La nutria gigante o lobo gargantilla es una especie que abundaba en la Argentina, pero se perdió por completo en el territorio nacional por la acción humana en las década del 70 y 80. Medio siglo después está en marcha un ambicioso proyecto público-privado para reintroducir a la especie en uno de sus hábitat naturales, los esteros del Iberá, y hasta pocos días atrás sólo había tres ejemplares de pteronura brasiliensis, todos traídos de Europa. Pero no: para sorpresa de todos apareció una cuarta, la primera en estado silvestre en ser vista en cinco décadas, y ahora el misterio es cómo llegó o cómo sobrevivió en El Impenetrable. Estaba en una de las márgenes del río Bermejo, que limita las provincias de Chaco y Formosa.
El 21 de marzo de 2019 arribaron al Aeropuerto Internacional de Ezeiza dos pasajeros únicos: Coco, desde Dinamarca, y Alondra, desde Hungría. Un macho y una hembra de nutrias gigantes pasaron con éxito el control de la documentación sanitaria y la revisión veterinaria en el puesto del Senasa de la aeroestación y allí mismo se otorgó un permiso especial del tránsito para el transporte de ambos hacia el Parque Provincial San Cayetano, en Corrientes, donde se encuentra el predio para cuarentenas de importación habilitado por el organismo nacional de sanidad animal.
Eran las primeras nutrias gigantes presentes en el país desde principios de la década del 80 cuando los últimos ejemplares habían sido vistos en el territorio de Misiones, para luego desaparecer por completo. “Controlamos la documentación para verificar el cumplimiento de los requisitos sanitarios exigidos por nuestro país. Luego, inspeccionamos el estado de los ejemplares para constatar la ausencia de signos clínicos compatibles con enfermedades y supervisamos las condiciones sanitarias del transporte”, explicó entonces Luis Calascibetta, jefe de inspección veterinaria del Senasa en Ezeiza.
El proyecto de reintroducción de la especie en Iberá es el primer intento a nivel mundial para traerla de vuelta a un lugar donde desapareció por acción del hombre. La pareja está en el Iberá en situación de “pre-suelta”, según explicó la Fundación Rewilding Argentina, organización no gubernamental que trabaja en diferentes proyectos con el fin de “enfrentar y revertir la extinción de especies y la degradación ambiental resultante”. Entre las iniciativas que lleva adelante están, entre otras, la reintroducción de especies como el yaguareté y el guacamayo rojo, que ya están habitando en la provincia de Corrientes.
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Y ya son tres
En abril pasado, tras un período complicado para la Fundación para mantener el trabajo en plena pandemia de coronavirus, llegó a la Argentina Nanay, un macho de nutria gigante, procedente de Suecia, desde el zoológico de Eskiltuna. “Nanay transita aún el período de cuarentena en la localidad de San Cayetano”, informó Rewilding tras el nuevo y exitoso operativo de transporte internacional y nacional.
Así la especie que habitó el humedal correntino hasta la década del 70 volverá a estar presente en el lugar. Pero todo es a paso lento: la reintroducción depende no sólo de la adaptación y supervivencia de ejemplares que transitaron por cautiverio sino de su reproducción y crecimiento en número. Que prospere depende de una enorme cantidad de factores y de mucho tiempo. Y más tratándose de animales perseguidos en otros tiempos: cazada por su piel, la nutria gigante es una de las especies de la familia más amenazadas en Latinoamérica, incluso en los países donde no ha desaparecido y está protegida.
En condiciones óptimas es una especie que llega a casi 2 metros de largo, del hocico hasta la cola, y puede pesar 45 kilos. Se caracteriza por vivir en familias de 10 a 20 individuos, es un gran depredador de peces, que es su principal fuente de alimento.
No hay tres sin cuatro
En medio de los preparativos para encontrar una nueva hembra reproductiva, este lunes se dio una sorpresa en el Parque Nacional El Impenetrable: la cuarta nutria cuya presencia está confirmada en la Argentina. “No sabemos su sexo y provisoriamente la llamamos Teuco”, explicaron en sus redes sociales los miembros de la Fundación Rewilding. Teuco es el nombre de uno de los afluentes del Bermejo, y no se sabe a ciencia cierta cómo una nutria desaparecida fue a parar ahí.
“La explicación más sencilla (aunque compleja) de la aparición de la nutria gigante “Teuco” en El Impenetrable es que haya dispersado desde el Pantanal paraguayo o brasileño, nadando más de mil kilómetros por los ríos Paraguay y Bermejo. Si algún investigador de esa zona en Brasil o Paraguay poseyera un registro de las manchas de los individuos que allí habitan podríamos, quizás, localizar a Teuco entre ellos”, explicaron investigadores de la Fundación.
Así hicieron referencia a un patrón único: “¿Cómo podemos distinguir a los individuos de nutria gigante? A esta especie también se la llama lobo gargantilla porque presenta una mancha blanca en la garganta, cuya forma y tamaño son distintos en cada individuo, como nuestras huellas digitales. Teuco tiene una enorme mancha blanca, mientras que Nanay, por el contrario, no la tiene desarrollada”, completaron.
Con todo, los integrantes de la Estación de Campo El Teuco, de la fundación Rewilding Argentina, fueron quienes se toparon y lograron fotografiar a la primera nutria gigante en estado silvestre en el país donde menos lo esperaban: “En el río Bermejo la extinción se verificó mucho antes, al menos hace 100 años atrás. O eso creíamos”, celebraron en la página de Facebook de la institución.