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Assad, con “los días contados”

Lo dijo Barack Obama sobre el presidente sirio. Agregó que sólo resta saber “cuándo” caerá el régimen. Además, sostuvo que Washington está trabajando para acelerar la transición democrática del país árabe.

El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, dijo que su par de Siria, Bashar al Assad, tiene “los días contados” en el poder, en una entrevista publicada ayer, en la que precisó que Washington está trabajando para acelerar la transición a la democracia en ese país árabe.

“Los días (de al Assad) están contados. No es un asunto de si sucederá o no, sino de cuándo”, señaló Obama en una entrevista concedida a la revista mensual The Atlantic, publicada en su página web.

El mandatario norteamericano defendió la gestión de su administración sobre Siria e insistió en las diferencias en relación con Libia, donde la Organización del Tratado Atlántico Norte (Otán) dio apoyo militar a la insurgencia, con el aval de la ONU.

Obama admitió que Siria, que vive desde hace un año una revuelta en contra de su presidente que ya causó más de 7.500 muertes según la ONU, es un país más complejo que Libia y que naciones como Rusia bloquean una acción de ayuda de Naciones Unidas.

No obstante, según explicó el presidente estadounidense, el objetivo en estos momentos “es diseñar estrategias para poder entregar asistencia humanitaria”.

Además, destacó los esfuerzos de Washington mediante el grupo de “amigos de Siria” para promover iniciativas de ayuda humanitaria, para aliviar a las ciudades bastiones de la oposición atacadas por las fuerzas militares que responden a Al Assad.

El mandatario estadounidense dijo que Assad podría acelerar el fin de la crisis aceptando una transición pacífica, algo que anticipó “sería un gran golpe para Irán”.

Sin embargo, dada la resistencia que Damasco mostró para aceptar cualquier solución negociada para dejar el poder, Obama dijo que su gobierno y sus aliados trabajan en dirección para acelerar la caída de Al Assad.

“Estamos trabajando con la comunidad mundial para tratar de hacer eso”, advirtió.

Sigue la violencia interna

Miles de personas que se manifestaron ayer en todo el país para reclamar que el Ejército Sirio Libre (ESL) pueda recibir armas desde el extranjero, tras la caída del bastión rebelde de Baba Amr, en la ciudad de Homs. Al menos 35 personas murieron como consecuencia de la represión, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña.

Ayer por la mañana, siete camiones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y de la Media Luna Roja Árabe Siria (CRAS) llegaron a Homs con alimentos, medicamentos, mantas y leche infantil, pero no fueron autorizados a entrar en Baba Amr, un barrio asediado por los bombardeos desde el pasado 4 de febrero, una situación que el presidente del CICR, Jakob Kellenberger, calificó de “inaceptable”.

La ciudad de Homs es uno de los principales focos insurgentes en Siria, un país que vive desde mediados de marzo pasado una revuelta contra el régimen del presidente Bashar al Assad, cuya represión, según la ONU, causó ya más de 7.500 muertos.

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