El fundador de Wikileaks, Julian Assange, fue aislado por «su propia seguridad» de los otros presos en la cárcel londinense donde está detenido en espera de su proceso de extradición a Suecia por un presunto caso de delitos sexuales.
«Las autoridades penitenciarias lo hacen por su propia seguridad supongo», declaró la abogada Jennifer Robinson.
La letrada precisó que el australiano, de 39 años, fue trasladado a la unidad de segregación de la cárcel de Wandsworth, donde el juez ordenó el martes su ingreso preventivo hasta el 14 de diciembre tras denegarle la liberación bajo fianza después de que se presentara voluntariamente en la policía.
Según un diario británico, algunos prisioneros «mostraron un alto grado de interés por» Assange, lo que motivo su traslado. Robinson agregó que el australiano «no tiene ninguna distracción, tiene dificultades para hacer llamadas telefónicas, está solo».
Assange solicitó un ordenador portátil para preparar su vista del próximo martes, porque, según su abogada, «tiene dificultades para escribir a mano».
Robinson señaló sin embargo que Assange estaba «muy animado», aunque también «frustrado» por no poder responder a las acusaciones de que Wikileaks está detrás de los ciberataques contra las empresas que tratan de silenciarlo o de cortarle los medios de
financiación.
«Me dijo que no está para nada estaba para nada involucrado y que es un intento deliberado de mezclar a Wikileaks, que es una organización que publica en internet, con organizaciones de piratería informática», afirmó.
Los intentos por silenciar a Wikileaks se intensificaron desde el inicio de la publicación, el 28 de noviembre, de 250.000 cables confidenciales del departamento de Estado, que han sacado a la luz los entresijos de entresijos de la diplomacia de EEUU y suscitado reacciones amargas contra ese país.