Un nuevo ataque contra la mano derecha del líder de la barra de Newell’s ocurrió anteanoche cuando dos desconocidos rociaron a balazos el frente de su vivienda de San Nicolás al 3700: el primo de Nelson “Chivo” Saravia, jefe suplente –debido a que Diego “Panadero” Ochoa está preso desde 2013– terminó con un disparo en una pierna. El quiebre entre los integrantes del paravalanchas surgió en marzo pasado cuando dos miembros de la barra quisieron sublevarse. Luego hubo un cruce de ataques que duró tres meses, donde se contabilizaron al menos una decena de hechos, entre los cuales fue baleado el frente de la vivienda del Chivo y uno de sus hermanos fue herido a tiros en el macrocentro. El fiscal regional Jorge Baclini ordenó entonces unificar las causas y el fiscal Rafael Coria vinculó formalmente seis de los hechos. Aunque esta causa no registra la comisión de homicidios, el año pasado se registraron dos crímenes de barrabravas del club del Parque cuya hipótesis principal de sus móviles está vinculada con la venta de estupefacientes.
Diego “Panadero” Ochoa quedó detenido en agosto de 2013 por estar sospechado de dos tentativas de homicidios y dos asesinatos, entre los que se encuentra el crimen de su antecesor en el liderazgo de la barra, Roberto “Pimpi” Caminos, caso en que su procesamiento se encuentra firme y está a las puertas de un juicio oral. Pasaron más de dos años sin la presencia física del líder en el paravalanchas y las internas comenzaron emerger a principios del año pasado.
Once agresiones
El 29 de marzo, Leo, el Paraguayo y Alpa se presentaron en las instalaciones del club del Parque para proclamarse los nuevos jefes y pidieron una reunión con los directivos. La seguridad de Newell’s les prohibió el paso, lo que confirmó que la barra seguía a cargo de Nelson “Chivo” Saravia, el hombre de 33 años que responde al Panadero.
Esa fallida autoproclamación del trío disidente fue el detonante de los ataques cruzados: el 30, desconocidos dispararon al menos 3 tiros contra el frente de la casa de Leo, en el extremo sur de Rosario. El 31, la policía detuvo al Chivo junto con otros 17 referentes de la hinchada de barrio Alvear –entre los que se encontraba su primo y convertido anteanoche en última víctima de la saga– y les incautaron tres armas de fuego. El 2 de abril, el portón de la casa de Saravia fue el que contuvo los tres tiros que desconocidos le dispararon a las 10 de la mañana en San Nicolás y 24 de Septiembre. Pasaron tres días y otro amigo de Ochoa denunció al menos 13 balazos en el portón de su casa de barrio Tablada.
De acuerdo con los pesquisas, el 11 de abril un muchacho, quien está sindicado como el referente de la barra en San Francisquito, recibió dos tiros en la pierna derecha por parte de los ocupantes de un auto rojo.
El quinto caso ocurrió el 13 de abril a la salida del boliche Jalisco de Fisherton, cuando un arrepentido simpatizante de Leo sufrió una brutal golpiza y el robo de sus pertenencias.
El 17 abril, un hombre muy cercano al entorno de Saravia fue víctima de dos tiros en las piernas y uno en la mano en bulevar Oroño al 6300. Dos días después, otro seguidor del Panadero terminó herido de cuatro tiros por la espalda en la esquina de Saavedra y avenida Francia.
En mayo, hubo dos ataques a balazos consecutivos contra otros miembros de la facción de Ochoa. El 12, un joven de 28 años fue herido de dos balazos en las piernas en Anchorena al 300.
No pasaron 24 horas y las filas del Panadero tuvieron un nuevo herido: Jesús José Saravia, de 37 y hermano del Chivo, fue blanco de una lluvia de balas cuando caminaba por Suipacha al 700. Como consecuencia de la balacera, Jesús quedó malherido con cuatro tiros en las piernas.
El ataque de anteanoche
Dos hombres que bajaron de un auto gris balearon anteanoche el frente de la casa de San Nicolás al 3700 donde el Chivo y otras personas estaban en la vereda. La balacera dejó como saldo a un primo del barrabrava herido en la pierna izquierda. Los pesquisas incautaron un cargador y cinco vainas servidas, dijeron fuentes policiales. Uno de esos plomos terminó en el muslo izquierdo de Fabián Claudio Saravia, de 38 años y primo del Chivo, a quien allegados llevaron al Heca, donde quedó internado sin riesgo de vida, describieron los voceros. Por la cercanía, los atacantes también detonaron sus pistolas un par de veces en dirección de la casa de quien resultó herido, cerraron los portavoces.
Dos muertes de narcobarras
Leonardo David Cesáreo era un hincha de Newell´s de 28 años con participación activa en la barra. Algunos rumores lo vincularon con la facción oficial aunque no lo ubicaron nunca en el entorno más cercano. Cesáreo estuvo relacionado con investigaciones de la Justicia federal por drogas. Era amigo y mano derecha de Jonatan “Yona” Fernández, asesinado el 1º de abril pasado de 6 balazos calibre 9 milímetros en la puerta casa de Padre Giaccone al 1300, cuando salió a tomar un remís y dos jóvenes le dispararon.
Fernández fue parte de la barra de Newell’s y había sido procesado, y luego desvinculado, por balear a un policía en la previa de un frustrado clásico en las afueras del Coloso del Parque, en enero de 2013. Además, a Yona la Justicia federal lo sindicó como el encargado de algunos puntos de venta de drogas en la zona que habitaba, en Las Flores Este.
Ocho meses después, su mano derecha, Cesáreo, tuvo igual destino. Fue ejecutado de seis balazos que salieron de una 9 milímetros cuando el 4 de diciembre desconocidos lo emboscaran un auto a la altura de Presidente Perón y Ovidio Lagos. Cesáreo había salido en moto con su novia tras comer un asado en las instalaciones de Newell’s.