Tres hombres armados irrumpieron este jueves por la tarde en la sala de recepción del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB o antiguo KGB) y abrieron fuego con fusiles Kalashnikov, informaron agencias rusas y la web del diario Izvestia.
Dos de los atacantes fueron abatidos inmediatamente por fuerzas del FSB mientras un tercero salió a la calle y siguió disparando contra efectivos de seguridad y peatones.
El agente que trató de neutralizar a uno de los atacantes fue alcanzado por las balas y murió en el acto. Hay además varios heridos, entre ellos dos oficiales de los servicios secretos.
El portal de noticias Mash identificó al asaltante que logró huir como Iliá Fisenko, que al final fue aniquilado por unidades antiterroristas del FSB y de los Omon de la Policía.
“Me cuesta entender qué pasó exactamente. Al principio me pareció que eran fuegos artificiales. Y la gente que estaba caminando a mi lado también se dio vuelta, pero luego entendimos que estos sonidos graves eran disparos”, le contó a la agencia rusa Sputnik el testigo Vladímir Adiásov.
El tráfico vehicular estuvo varias horas cortado en la zona y a los funcionarios de los numerosos establecimientos oficiales presentes en la zona se les prohibió acercarse a las ventanas. La motivación del ataque no está clara, pero el FSB, la Fiscalía General de Rusia y el Comité de Instrucción (SK) hablan directamente de “terrorismo”.
El presidente Putin se encontraba en el Kremlin en un concierto, precisamente junto al director del FSB, Aleksándr Bortnikov, y su homólogo del Servicio de Inteligencia Exterior, SVR, Serguéi Naryshkin.
Fuentes de los servicios especiales informaron que probablemente el ataque estaba vinculado con un discurso de Putin para conmemorar el día de los servicios de seguridad, un evento en el que había destacado además la efectividad del estado ruso a la hora de neutralizar ataques extremistas.