En la noche del domingo 18 de junio pasado, los vecinos de la zona de Cerrito y 9 de Julio, en la localidad de Álvarez, departamento Rosario, se sobresaltaron por una andanada de disparos que tuvieron por blanco el chalet del empresario Matías Matarochi, dueño de una compañía de logística con más de 50 camiones propios y 400 alquilados a quien hacía poco le habían concedido la excarcelación de una prisión preventiva por una causa de contrabando y lavado de activos. En la noche de este martes, la misma vivienda volvió a ser atacada, pero esta vez Matarochi emprendió con camioneta Wolksvagen Amarok una espectacular persecución de los atacantes, que se movilizaban en un Citröen C4 finalmente abandonado en Cabín 9. El vehículo del empresario quedó allí, en el límite de Rosario y Pérez, con un disparo en el parabrisas.
Matarochi había sido detenido en septiembre de 2021 al cabo de un megaoperativo con 34 allanamientos realizados por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). Los operativos fueron en domicilios particulares, estudios jurídicos y contables, escribanías, concesionarias, inmobiliarias y empresas de la construcción y transporte en Rosario –varias oficinas de Puerto Norte–, Villa Gobernador Gálvez, Funes, Roldán, Álvarez, Acebal, Alvear y Piñero, además de en las localidades salteñas de Salvador Mazza y Las Lajitas.
La causa federal de la que se desprendieron los allanamientos está centrada en el clan familiar de Norberto Derminio, basado en Villa Gobernador Gálvez. Además de las detenciones, incluyeron el secuestro de dos millones de dólares, cinco millones de pesos y 25 autos, varios de alta gama, una pasión del jefe del grupo.
Norberto Derminio y su padre, Juan, tienen antecedentes por delitos de narcotráfico. En 2008, la Policía de Santa Fe le descubrió una cocina de drogas en su casa de Villa Gobernador Gálvez. Pero después, los negocios se diversificaron para centrarse en el contrabando, aunque se presume que siguieron vinculados a bandas narco. Para la nueva trama, el socio principal fue Matarochi, de acuerdo a los investigadores.
La trama de la organización luce compleja y el negocio, de alta rentabilidad. Contrabando de tabaco desde Paraguay y de alimentos y bebidas a Bolivia, una firma mayorista de importación de indumentaria para niños y varias minoristas por medio de las cuales se lavaban las ganancias ilegales, y la logística provista por Matarochi con su compañía MM, por sus iniciales.
La causa, que aún no fue elevada a juicio, es conducida por titular del Juzgado Federal 3 de Rosario, Carlos Vera Barros. En los operativos de 2019 fueron detenidos Norberto Derminio, su padre Juan, sus allegados Micaela Belén Barbieri y Diego Antonio Ramón Noguera y Matarochi. El empresario de logística quedó con prisión preventiva en la cárcel federal de Marcos Paz hasta que, a principios de junio y a pedido de su defensa, fue excarcelado.
Poco después de quedar en libertad, sufrió el primer ataque a balazos en su casa de Alvear, en esa oportunidad por parte de dos personas en una moto de acuerdo a los indicios iniciales. Y pasadas las 21 de este martes, se repitió. Pero esta segunda vez, Matarochi salió a perseguir al dúo que había llegado hasta la localidad de Alvear en un C4. Le chocó al auto desde atrás con su Amarok y los atacantes terminaron abandonando su movilidad en Cabin 9 para huir a pie.
Persecución de película
El relato que hizo Matarochi a la policía da cuenta de un raid singular. El empresario dijo que, cuando volvía de Rosario a su casa, recibió una llamada telefónica de su pareja avisándole que habían tiroteado la vivienda y dándole la descripción del auto en el que se movieron los atacantes. El hombre, entonces, se detuvo en el ingreso a la localidad de Álvarez a la espera del vehículo. Cuando lo vio, continuó en su declaración, comenzó a seguirlo, llegando a impactarlo con su Amarok, pero sin conseguir que se detuviera.
Matarochi agregó que, a la altura de la fabrica de muebles Reno, sobre la ruta provincial 20S, en Piñero, el acompañante del C4 que perseguía le disparó y una de las balas dio contra el lado izquierdo del parabrisas de su Amarok. Igual, aunque desde mayor distancia, dijo, continuó la persecución por la misma ruta hasta la AO12, de allí hacia el oeste, después por la 14 hacia el norte hasta llegar a Pérez por avenida Manuel Belgrano. En el barrio Cabin 9, sobre avenida Los Talas, siguió, el Citröen se detuvo y sus dos ocupantes bajaron para escapar a pie cruzando las vías férreas.
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