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Atacaron una casa dos veces a balazos

Los vecinos relacionan la agresión con la muerte de un joven el domingo.

En menos de una semana, una familia de Tablada fue el blanco de dos tiroteos contra el frente de su casa. El primero fue el domingo a la madrugada, cuando dos hombres pasaron en moto y abrieron fuego. Adentro, adultos y niños se refugiaron donde pudieron, mientras las balas atravesaban la puerta, la heladera, la sillita del bebé y varios muebles más. Esa misma noche, a pocas cuadras caía asesinado un joven de 34 años en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates y, según los vecinos, “fue todo parte de una misma recorrida a los tiros”. Ayer a la madrugada volvieron a sonar los disparos. Esta vez, una persona a pie llamó a los gritos a uno de los habitantes de la casa y abrió fuego. Los vecinos vincularon los ataques con un clan delictivo de renombre en la zona y en las crónicas policiales.

Según el testimonio de vecinos, los tiros estaban dirigimos a Elías, un joven que vive con sus hermanos y sobrinos en Chacabuco al 3900, en Tablada. “Todo empezó el viernes, que tirotearon una casa acá a la vuelta, por Presidente Quintana”, contó una mujer del barrio. De acuerdo con esta versión, la represalia recayó sobre Elías y su familia porque el chico fue confundido con el tirador. “El otro es más gordo y más alto, pero viste como es, te ponés un casco y somos todos iguales”, dijo un vecino.

La venganza llegó el domingo alrededor de las 3.30. Elías despidió a su novia, que se tomó un remís, y se quedó en la vereda con dos amigos. Dos muchachos en moto aparecieron a contramano por Chacabuco y empezaron a tirar. Las balas atravesaron la puerta e impactaron en varios muebles de la casa, mientras adentro niños y adultos se refugiaban en el fondo para salvarse.

De acuerdo con fuentes policiales, la denuncia de este primer ataque fue radicada por Elías en la comisaría 16ª. En el lugar, los peritos levantaron al menos cuatro vainas calibre nueve milímetros. Esa misma noche, en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates, Marcelo Orlando Ponce, de 34 años, caía asesinado en el medio de calle. Su nombre integraba la lista de barrabravas del club Newell’s a los cuales desde septiembre no se les admite el ingreso a la cancha Sánchez de Thompson. El muchacho era mecánico y, según contaron vecinos a este diario, tenía problemas con varias facciones distintas vinculadas al paravalanchas rojinegro. Su ataque fue relacionado con los disparos contra la casa de Elías. “Fue toda una recorrida a los tiros, que terminó con ese crimen”, dijeron en el barrio.

La balacera del domingo no sería la última. Ayer a la misma hora, a las 3.30, un hombre a pie llamó desde afuera a Elías y, segundos después, abrió fuego contra la vivienda. La familia llamó al 911 y esta vez llegó personal del Comando Radioeléctrico. “Los policías se les reían en la cara, decían que la comisaría que tenemos en el barrio no sirve para nada y los trataron de mentirosos”, contó una vecina. Lo cierto es que el impacto de varios plomos más quedó tatuado en el frente de la vivienda.

Los ataques contra la casa de Chacabuco al 3900 también fueron vinculados con bandas que pisan fuerte en Tablada, el Fonavi del Parque del Mercado y Barrio Municipal.

“Los soldaditos de René”, en referencia a un joven preso por el homicidio del Pimpi Caminos y sus socios, los F., resonaron entre los vecinos como los responsables de cualquier bala que toque el territorio. Los F. pertenecen a un clan liderado por Jorge F., alias Gordo, y tienen una chatarrería en Tablada, adonde se mudaron después de ser desplazados del Municipal.

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