Juan Manuel de Rosas recorre los últimos 50 metros antes de chocar contra el bulevar 27 de Febrero y la imponente estación ferroviaria Central Córdoba. Allí, a la altura del 2555 de la calle con sentido vehicular de norte a sur, se sitúa el Atalaya Club. Una de las instituciones históricas de la República de la Sexta, en la zona sudeste de Rosario, que nuclea a 900 socios, promueve 6 disciplinas y se caracteriza por una irrenunciable tradición basquetbolística.
“A pesar del crecimiento del voley femenino en los últimos años, el básquet es el deporte que le da vida al club”, justifica Sol Nieto, presidente de Atalaya que ya lleva 4 años de gestión.
Aunque tenga al básquet como deporte predilecto –en las ramas femenina y masculina-, en Atalaya también se pueden desarrollar otras disciplinas como voley femenino, patín artístico, taekwondo o gimnasia funcional. Y además las actividades que ofrece el natatorio del club: natación competitiva, aquagym e hidroterapia.
“La pileta climatizada se encuentra concesionada por un particular, que se hace cargo del servicio de gas natural y del mantenimiento del natatorio en otoño e invierno”, explica Nieto. En primavera y verano, cuando el flujo de socios se duplica para aprovechar el natatorio y los espacios verdes, la temporada de pileta pasa a ser administrada por el club.
“Creo que somos el único club de la zona que tiene espacios verdes. El sector del quincho y de camping explota de gente en verano”, apuntó la dirigente. “Todos los años hacemos un análisis de captación de socios. Generalmente llegamos a familias que viven de 27 de Febrero hacia el sur”, añadió.
Actualmente, a partir del ajuste económico que debieron hacer los clubes de barrio por el incremento tarifario de los servicios públicos, desde julio la cuota societaria de Atalaya asciende a 160 pesos para mayores y 140 pesos los menores. Asimismo, aquellos chicos que realizan un deporte en particular, abonan un adicional cercano a los 160 pesos. En los meses de calor, el club propone facilidades con planes de grupo familiar para que todos puedan disfrutar de las instalaciones.
Como cualquier asociación sin fines de lucro, Atalaya también cumple una función de contención social. El amplio salón en donde se sitúa el bufete también alberga distintos eventos como peñas folclóricas –provenientes del ministerio de Innovación y Cultura de la provincia de Santa Fe-, funciones de teatro y noches de karaoke. “También son históricos los almuerzos de los domingos al mediodía en el club. Allí se mezclan antiguas y nuevas generaciones de socios para compartir gratos momentos”, cuenta Sol.
No son tiempos fáciles para administrar los recursos que generan los clubes. Atalaya le hace frente a los costos que insumen los honorarios de los profes de los distintos deportes y las áreas de portería, mantenimiento y secretaría.
“A raíz de los tarifazos, si antes debíamos pagar 12 mil pesos de luz, ahora tenemos que abonar 25 mil. Decidimos restringir el uso para no excedernos en el consumo”, indicó Nieto.
Atalaya supo consagrarse campeón del Top 4 en 2011, al imponerse en el clásico sobre Sportsmen Unidos. Y el año pasado, el representativo femenino Sub 17 logró el título en el Argentino de Clubes, convirtiéndose en el primer campeón en categoría U17 proveniente de una ciudad del interior del país, además de haber obtenido el trofeo de manera invicta con 10 triunfos.
“Estatutariamente somos un club de básquet. Y estamos avanzando en un proyecto deportivo desde escuela hasta primera división, para que nuestro primer equipo se provea con jugadores surgidos del club”, confió la presidente del Azul.
“A principios de cada temporada, armamos un presupuesto para destinar al básquet y de un determinado número no nos movemos. Aquellos dirigentes de clubes de primera división que digan que no contratan jugadores profesionales, estarían faltando a la verdad”, cerró Nieto.
Básquet, deporte predilecto
Atalaya fue fundado el 11 de abril de 1934 bajo el nombre original de Circulo Sportivo Social Atalaya. Se creó con la idea de practicar básquet en una época en que todavía no había alcanzado su difusión. En ese año, Pedro Dogliotti se hizo cargo de la presidencia del club y a partir de allí se transformó en un referente de la institución, a través de un mandato que se extendió por espacio de 20 años.
El 25 de marzo de 1936, se vio obligado a cambiar su denominación para afiliarse a la Asociación Rosarina. Entonces surgió el nombre de Atalaya Club y su primera camiseta fue azul, con la letra A en el frente.
En un principio, Atalaya se encontraba ubicado en La Paz y Laprida. Fue ahí donde se construyó la primera cancha de polvo de ladrillo gracias a las donaciones y colaboración de los vecinos, quienes pusieron todo de sí para lo que serían los orígenes de este club tan amado por el barrio de La República de la Sexta.
Debido a que Atalaya estaba quedando chico a partir de la creciente cantidad de socios, cambió de sede y pasó por Viamonte 534 y Buenos Aires 2255, hasta que finalmente se trasladó a la actual dirección: Juan Manuel de Rosas 2555.
Con el correr de los años, Atalaya se fue aggiornando a los tiempos modernos y a las demandas de los socios. En 2012 inauguró el techo parabólico de la cancha de voley, mientras que un año después se ejecutaron las obras para reemplazar el piso parqué del estadio de básquet.
Luego de que en 2010 atentaran contra el quincho de paja del club arrojándole una bomba molotov, los daños fueron cuantitativos y las obras de recuperación del espacio fueron progresivas. Y cuatro años después, la comisión directiva pudo inaugurar el nuevo quincho, construido de material y completamente cerrado.
Atalaya es sinónimo de básquet. Néstor Carriello, Alberto “Tito” Ornati, Carlos Ossola, Daniel “Coco” Montanini, figuran en el olimpo de los grandes jugadores del Azul. Contemporáneos, los campeones del 97: Eduardo Peca, Mariano García, Martín Moser, Germán Andersen, Gastón Morange, Gabriel Paradiso, Pablo Vela, Mauricio Piva, Leandro Tano, Sebastián Garnero, Julio Galván, Gabriel Bracco y Pío All (DT). Y más acá en el tiempo, Lisandro Villa traspasó fronteras del básquet local para llegar al TNA.
Mujer al gobierno
Sol Nieto lleva 4 años de gestión al frente de la comisión directiva de Atalaya Club. “Cuando asumí tenía 27 años y mucho por aprender. Al principio fue complicado, pero con el respaldo de mis pares de la dirigencia y de los socios, pudimos acomodarnos”, expresó sobre la experiencia de haberse transformado en la primera presidente de la historia de la institución. En un ámbito social de predominancia masculina, las mujeres se abren camino en la conducción de los clubes. “De hecho no soy la única mujer en la comisión directiva de Atalaya”, advierte Sol. “En abril de este año hemos renovado mandato y vamos a gobernar al club hasta 2018”, indicó. Asimismo las mujeres de Atalaya copan el espacio del salón de juegos, en donde transcurren horas y horas de burato desde hace muchos años.
Otro club fuerte de la República de La Sexta
Atalaya Club es otra de las instituciones que se distinguen dentro de La República de la Sexta, ese popular barrio delimitado por las calles San Martín (al oeste), Pellegrini (norte), 27 de Febrero (sur) y Belgrano (este). Al Azul le toca convivir con otros cuatro clubes en la barriada: Banco de Santa Fe (27 de Febrero y Alem), Temperley (Ayacucho entre Riobamba y Cerrito), Sportsmen (1º de Mayo y Cerrito) y El Tala (Cochabamba y Juan Manuel de Rosas).