El juez de Instrucción 11ª, Hernán Postma, caratuló la causa del chofer de colectivo 113 al que le dieron una feroz golpiza en la madrugada de anteayer y sigue en estado delicado (ver recuadro) como “tentativa de homicidio”. El cambio de carátula se produjo luego de que a los dos imputados como autores del hecho se les tomara declaración: uno de ellos se negó a hablar, en tanto que el joven que está señalado como quien golpeó al trabajador enmarcó en caso en una discusión y una riña. “Yo me la banqué, él no”, trascendió que dijo. A la par de la causa judicial que está en curso, este medio dialogó ayer con referentes de las organizaciones sindicales de los choferes del transoporte urbano de pasajeros: tanto la mayor, UTA, enrolada en la CGT como la más pequeña y nueva, Aota, enrolada en la CTA, coincidieron en pedir mayor seguridad, en particular en el turno nocturno. En concreto piden un policía por unidad entre las 21 o 22 y las 5 o 6 del día siguiente.
“En este caso puntual no era zona de peligro”, marcó el secretario adjunto de la Unión Tranviarios Automotor, Sergio Copello, quien así dejó picando una cuestión paradójica: el hecho más grave del que fue víctima un trabajador del transporte de pasajeros ocurrió en una de las zonas en que menos se temían hechos de violencia.
En ese marco, el sindicalista insistió en el pedido que vienen exigiendo desde hace tiempo: “Pedimos lo mismo de siempre: presencia policial, trabajo preventivo y control de las unidades”.
“En este caso puntual, no era una zona de peligro, lamentablemente es la realidad que vivimos todos. Barrios peligrosos hay en toda la ciudad, en la periferia peor aún, pero para nosotros hoy lo más importante es que el compañero tenga un pronto restablecimiento”, remarcó Copello.
Por su parte, Alberto Montenegro, secretario general de la Asociación de Obreros de Transporte Automotor, dijo que la solución ante estos hechos de violencia ya se la han reclamado al Ministerio de Seguridad y a la Secretaría de Servicios Públicos: “De las 21 a las 5 de la mañana, tiene que haber un uniformado custodiando al chofer y a los pasajeros en todas las unidades de colectivos”.
“Los políticos tienen que dejar de dormir la siesta y despertarse, están haciendo caso omiso de las aberraciones que están pasando. Todos los días roban, no podemos esperar a que maten un compañero”, dijo Montenegro.
El titular de Aota puntualizó que vienen denunciado hechos delictivos desde el año pasado. “Hace poco en Cerrito y Gutenberg, en la línea 123, subió un policía y preguntó si estaba todo bien, el chofer y los pasajeros dijeron que sí, se bajó el uniformado, y a las siete cuadras le robaron a todos; puedo seguir contando muchísimos más, esa medida no sirve, no va”, particularizó.
El dirigente sindical contó que tuvieron una reunión en el Concejo, ya que los ediles tienen asesores en seguridad, y pidió que tomen en carácter de urgencia las medidas que correspondan. “Les piden plata a los choferes para dejarlos pasar. Un chofer de la línea 142, lo tirotearon y el tiro le pegó en la ventanilla del chofer; nos encontramos sin ninguna respuesta”, expresó.
Montenegro advirtió: “Estamos conectados con las vecinales, vamos a ir a Casa de Gobierno con el pueblo, para reclamar seguridad en Rosario. Estamos indignados porque vemos que pasan las cosas día a día y no hay ninguna solución. La gente entra a trabajar a toda hora y no están en condiciones de tomar un taxi, hay que solucionar esto ya”.
Según fuentes policiales el hecho ocurrió a las dos de la mañana de anteayer en Leguizamón y Génova, en el barrio de Arroyito. De acuerdo con testigos, dos muchachos, uno con buzo blanco y otro con buzo negro, pararon el colectivo de la línea 113. Se subieron y el de buzo negro empezó a discutir con el chofer, Jorge Osvaldo Brex, de 57 años. Acto seguido se bajó y empezó a caminar. El de buzo blanco se quedó en la unidad, se sentó en el primer asiento y siguió discutiendo con el chofer, que lo terminó bajando del colectivo. En eso se escuchó: “Vení bajate que te voy a cagar a trompadas”. El chofer descendió, y ahí el del buzo blanco lo tomó del cuello, lo tiró al piso, le colocó una rodilla en el hombro y lo empezó a golpear durante un lapso de unos cinco minutos, según testigos. El otro se quedó mirando.
Según contó el agresor en la comisaría 9ª, le pidió al chofer que lo llevara hasta Alberdi, a tres cuadras, y éste se negó. Cuando se bajó el trabajador lo empezó a insultar y ahí fue cuando comenzó la pelea. “El tipo se bajó primero, yo me la banqué y el no se la bancó”, sostuvo.
Según dijo la Policía, los muchachos practican boxeo y venían del Caribe Canalla. También se informó que se les realizaron todas las medidas necesarias para detectar alcohol o drogas y las mismas dieron negativas.
