Más de la mitad del costo final de la suscripción a una plataforma para ver películas y series son impuestos, o dicho de otra forma los diferentes gravámenes que aplican al servicio duplican su valor original.
Uno de los servicios de streaming más populares está comunicando a sus clientes nuevos valores para su abono desde el 8 de enero de 2023, lo cual derivó en un análisis de precios que determinó que se pagará más de impuestos que por la suscripción en sí misma.
Esta ecuación se provoca a partir de los diferentes tipos de cambio que se aplican en caso de compras de bienes o servicios en dólares a través de tarjetas de crédito.
El abono básico de Netflix tendrá un costo de $ 699 por mes, mientras que el estándar se ubicará en $ 1.299 y el Premium pasará a costar $ 1.899.
A estos valores se le debe adicionar el Impuesto PAIS (35%), el IVA (21%), más las percepciones de ganancias y bienes personales (35% y 25%, según nivel de gastos), y el impuesto al sello en los casos que corresponda.
Para quienes vivan en la Capital Federal y sus consumos en moneda extranjera sean inferiores a US$ 300 el desglose es el siguiente.
Los mismos porcentajes se aplican para las categorías Estándar y Premium. En este caso los impuestos equivalen al 78,11% del valor del abono. Pero si los consumos en moneda extranjera mensuales superan los US$ 300.
De esta forma se tendrá que pagar un 103,41% de impuestos adicionales al servicio, según precisó un trabajo del estudio SDC Asesores Tributarios a cargo de Sebastián Domínguez.
“Si bien parte de los pagos realizados son percepciones que pueden computarse como pago a cuenta del impuesto a las ganancias, del impuesto sobre los bienes personales y/o solicitarse su devolución, la realidad es que, por el efecto de la inflación y la demora en poder ser computado o devuelto, gran parte de los mismos se transforman en un costo”, indicó Domínguez.
Por otro lado para los clientes que no pueden pedir la devolución se convierte en un costo pleno.