Una bomba explotó el sábado ante un liceo de Brindisi (sureste de Italia), donde mató a dos alumnas e hirió gravemente a otras seis, en un atentado que no fue reivindicado pero ocurre en vísperas del 20º aniversario del asesinato del juez Giovanni Falcone.
Los responsables del liceo indicaron que la explosión tuvo lugar a la 07:45 locales (2:45 hora argentina), justo cuando las alumnas llegaban al liceo profesional que lleva el nombre de Francesca Morvillo Falcone, esposa del célebre juez antimafia Giovanni Falcone.
«Acababa de ir al bar enfrente de la escuela. Vi cómo todo se caía» indicó un superviviente a la televisión local.
Una empleada de la oficina del fiscal que se encuentra junto a la escuela dijo al diario Repubblica que «estaba abriendo la ventana y me golpeó la ola de la explosión. Vi a las niñas tiradas al suelo, cubiertas de negro. Sus libros ardían. Fue terrorífico».
Una joven, de 16 años según la prensa, «no sobrevivió» a sus heridas, informó el consejero regional Fabiano Amati al canal Sky TG24.
Paola Ciannamea, funcionaria hospitalaria, dijo que una de las heridas, también de 16 años y cuya muerte fue anunciada por fuentes policiales citadas por la prensa local, indicó que la chica seguía viva pero grave.
«No está muerta. Fue operada. Está muy grave pero estable», declaró Ciannamea también a Sky TG24. Otras cinco alumnas sufrieron quemaduras en todo el cuerpo y una de ellas podría ser amputada de las piernas, indicaron fuentes sanitarias. Otras cinco estudiantes tuvieron heridas leves.
La bomba estaba compuesta por bombonas de gas unidas entre ellas, escondidas en mochilas y que colocadas cerca de un muro del liceo, según los primeros elementos comunicados por las fuerzas del orden a los medios de comunicación.
Los carabineros y la policía establecieron rápidamente un perímetro de seguridad alrededor del liceo y unos artificieros están en el lugar. El atentado no fue reivindicado en un primer momento.
Las televisiones mostraban daños limitados, con el muro del liceo ennegrecido por el humo de la deflagración, pertenencias de las alumnas esparcidas por el liceo profesional, que cuenta con 600 alumnos y que se dedica principalmente a la formación de empleos del mundo de la moda y que cuenta en su gran mayoría con alumnas chicas, pero ningún agujero en la calzada ni otros daños aparentes.
«Los primeros en auxiliar a los heridos han sido un profesor, un vigilante y un agente técnico. Hablaron de una fuerte explosión que tiró al suelo a varios alumnos», indicó al diario la Reppublica Valeria Vitale, directora administrativa del instituto Morvillo Falcone. «Las alumnas están en estado de choc, el director se fue directamente al hospital», añadió.
No se decretó ninguna evacuación masiva pero los alumnos de otros liceos de la ciudad abandonaron inmediatamente sus centros escolares, acompañados de sus padres que vinieron a buscarlos.
Los medios de comunicación relacionaron el evento con el 20º aniversario del atentado del 23 de mayo de 1992 que mató al célebre magistrado Giovanni Falcone, a su esposa y a sus tres guardaespaldas. La mafia siciliana había hecho explotar cuando pasó su coche 500 kg de dinamita escondido debajo de la autopista entre el aeropuerto de Palermo y el centro de la ciudad.
«Las hipótesis son numerosas y ninguna nos da ninguna certeza», declaró la ministra del Interior, Annamaria Cancellieri, a Sky TG24. A la vez que estimó que había que mantener «una extrema prudencia», admitió si estupefacción ante el hecho de que el liceo llevara el nombre del juez y de su esposa.
El alcalde Mimmo Consales estimó en la prensa local que había «demasiadas coincidencias en este caso», en una alusión al aniversario y al hecho que una «caravana de la legalidad» debía pasar el sábado cerca de Brindisi para conmemorarlo.
La dirección departamental antimafia mandó al lugar al fiscal de Lecce y una reunión estaba en curso el sábado por la mañana en Brindisi.
Pero los investigadores no confirmaron lo que sigue siendo una simple hipótesis, cuando otros medios evocan la actuación de un desiquilibrado o una venganza.
El presidente italiano Giorgio Napolitano, dijo seguir los eventos «con aprehensión y expresó su proximidad hacia las familias de las víctimas, los heridos y toda la población de la región».
El presidente de la región de Apulia (sur) Nichi Vendola se desplazó a los lugares de la explosión y el ministro de Educación Nacional, Francesco Profumo, se le esperaba durante el día.
Las autoridades locales preveían la convocatoria de una gran manifestación durante la tarde en Brindisci de apoyo con las víctimas. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, dijo que el ataque era «un acto absolutamente horroroso y vil».