El politólogo, docente e investigador Atilio Borón visitó Rosario para disertar en una serie de encuentros con trabajadores, periodistas, estudiantes y público en general. Este miércoles se presentó junto con el teólogo de la liberación Frei Betto en el Sindicato de Empleados de Comercio para charlar junto con dirigentes sindicales locales acerca del “Trabajo y organizaciones sociales en el neoliberalismo”. Más tarde, visitó la Facultad de Arquitectura (UNR) para hablar sobre la “realfabetización política de América latina”. Este jueves, a las 18.30, cerrará su visita con una conferencia sobre “Geopolítica de la batalla de ideas”. El encuentro, organizado por el Sindicato de Prensa, se da en el marco del Día del Periodista y tendrá lugar en el teatro La Comedia (Mitre 958), con entrada libre y gratuita.
—¿Cómo analiza los movimientos sociales y culturales en tiempos de neoliberalismo y ajuste?
—Tenemos que alentar una discusión sobre la batalla cultural que es necesario dar como condición para detener el avance del neoliberalismo y las políticas neoliberales en Argentina. Tenemos que considerar los movimientos sociales y las nuevas formas de organización que se requieren ante el hecho que lo que llamamos clase obrera cambió en su estructura, composición, ideología, y en sus formas de pensar. A menos que haya una renovación de las organizaciones gremiales va a ser difícil que puedan canalizar esos impulsos que vienen desde abajo. Por suerte algunos sindicatos han demostrado estar a la altura de las circunstancias, pero los que no lo hicieron realmente van a verse en figurillas para mantener la lealtad de sus afiliados. Hoy las cosas cambiaron mucho y el viejo modelo sindical está absolutamente agotado.
—¿Cómo fueron los cambios que se dieron en los movimientos sindicales?
—Los cambios se dieron en algunos pocos sindicatos donde se profundizó la democracia sindical, la participación de la base, la formación de los trabajadores y de los afiliados. Eran temas que normalmente no eran tenidos en cuenta. Las organizaciones gremiales tradicionales se manejaban de una manera más clientelística. Ahora se manejan de otra manera y creo que eso es lo más conveniente. Todavía es incipiente. No es un movimiento que sea generalizado, pero se pueden ver estas tendencias en algunos sindicatos argentinos.
—¿Cuál es la batalla cultural a dar?
—La batalla cultural viene de Bolívar, Martí, Fidel y Gramsci. Si no le ganás la cabeza a la gente no podés dar ninguna batalla. Si el neoliberalismo ha perdurado hasta hoy es porque ganó esa batalla. Tenemos que pasar a la contraofensiva y en eso estamos.
Realfabetización política
La actividad estuvo enmarcada en el ciclo pre centenario de la Reforma Universitaria. El año próximo se cumplen cien años desde la reforma de 1918 que sentó las bases de la actual Universidad.
“Los chicos de la reforma del 18 fueron pioneros de una serie de cambios que fueron parte de América latina con una repercusión de jóvenes inquietos que vivían en una sociedad muy cerrada. Fueron capaces de plantar bandera y decir que la universidad no tiene que ser refugio de mediocres ni sede los dogmas; los profesores no pueden ser tiranos que ejercen despotismo sobre los estudiantes y la institución debe ser cogobernada. Hoy debe haber chicos iguales. No me parece que ese espíritu crítico haya desaparecido”, señaló el politólogo en declaraciones a Radio Universidad.
En cuanto a la importancia de la Universidad en la realfabetización política, Borón destacó la necesidad de contrarrestar la tendencia hacia la despolitización y la banalización de la vida social que imponen los medios de comunicación bajo la cultura del entretenimiento. “La utopía nos sirve como instrumento para darle sentido a nuestras vidas. De lo contrario lo tenés que encontrar en las trivialidades de la televisión basura, que es un dispositivo de despolitización y embrutecimiento de la población”, explicó el docente e investigador, quien advirtió que en América latina hay democracias de baja intensidad.
“La realfabetización política significa enseñar qué es vivir en democracia y cuáles son los poderes que impiden que funcione. Hay un ritual electoral que no se trata sólo de cómo llegar al gobierno sino de qué es lo que hace la autoridad y si eso permite crear una buena o mala sociedad. En América latina estos regímenes crearon una sociedad peor, más injusta, con jóvenes sin futuro donde la droga se expandió notablemente y muchos gobiernos se fueron convirtiendo en narco gobiernos”, concluyó Borón.
La generación de la utopía
Frei Betto es un teólogo brasileño y uno de los máximos exponentes de la Teología de la Liberación. Es autor de más de 50 libros y recibió múltiples premios y reconocimientos. Fue asesor del presidente Lula da Silva entre 2003 y 2004 y coordinador de la Movilización Social del programa Hambre Cero. “Soy de una generación con visión de utopía, donde había drogas pero no drogadictos. Ahora hay muchas drogas porque no hay utopías. Debemos llamar la atención de la juventud para que asuma su protagonismo social, político y económico”, señaló Betto.