El jamaiquino Usain Bolt, cada vez más grande, ganó la medalla de oro de los 100 metros llanos de los Juegos de Londres 2012 con un nuevo récord olímpico, al clavar el reloj en 9 segundos y 63 centésimas.
El récord anterior, del propio Bolt, era de 9.69 en Beijing 2008; aunque no pudo batir su marca mundial, de 9.58, obtenida el 16 de agosto de 2009 en Berlín, Alemania.
Detrás de Bolt se ubicaron su compatriota Yohan Blake (9,75) y el estadounidense Justin Gatlin (9,79); fue la final más rápida de la historia, con siete de los ocho competidores por debajo de los diez segundos (en Beijing habían sido seis).
Esta vez el que quedó por encima de los 10 fue otro velocista de Jamaica, Asafa Powell (11.99), con molestias físicas; en la semifinal había establecido una marca de 9.94.
Con un viento a favor de 1,5 metros por segundo, el jamaicano marcó un nuevo récord olímpico y logró el segundo mejor tiempo de su carrera, por debajo de los 9,69 que hizo en los Juegos de 2008.
Solamente el estadounidense Carl Lewis (en Los Angeles 1984 y Seúl 1988) logró encadenar dos oros olímpicos en la prueba reina de la velocidad, aunque el norteamericano, en Corea, lo hizo por la descalificación por doping del canadiense Ben Johnson, primero.
Bolt y Blake, actual campeón del mundo, habían avanzado a la final ganando sus series con 9,87 y 9,85 respectivamente.
Gatlin fue el más rápido de las semifinales al parar el reloj en 9,82, pero Bolt ganó su serie con cierta comodidad y guardando, evidentemente, energías para la definición.
El jamaiquino dio el primer paso en su intento de repetir lo de Beijing 2008, donde pulverizó tres récords del mundo en 100, 200 y los relevos 4×100 metros.
Bolt, de 25 años, dio de esta manera otro paso hacia el sueño que manifestó días atrás: «Quiero ser una leyenda».