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Atrapan a un lugarteniente de Esteban Alvarado en barrio Echesortu

El muchacho tenía orden de captura por estar sindicado como uno de los que participó en el secuestro y asesinato del prestamista Lucio Maldonado ocurrido en noviembre pasado. Le encontraron medio kilo de cocaína y unos dos millones de pesos. Desde Fiscalía indicaron que el martes será imputado

Mauricio Laferrara tiene 22 años y fue apresado este viernes por la tarde en un operativo de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE). Es hijo de un conocido ex convicto por narcotráfico, el chatarrero Jorge Laferrara, quien en sus 57 años supo tejer alianzas con Los Monos pero después cortó relaciones y se pasó del lado de un experimentado ladrón de autos y sospechado narco, Esteban Lindor Alvarado. Como parte de esta última entente también está Mauricio, quien para la Fiscalía pertenece al círculo cercano de Alvarado: su identidad salió a la luz en agosto pasado cuando en la imputativa a un cuidador de caballos se lo sindicó como quien trasladó luego de su secuestro al prestamista Lucio Maldonado a la quinta Los Muchachos donde fue asesinado. El allanamiento donde cayó Mauricio se hizo a las 16 de este viernes en un departamento de 9 de Julio al 3300; ahí la TOE encontró medio kilo de cocaína, 1.400.000 de pesos y 6 mil dólares. Con el correr de las horas las fuentes relacionadas con la pesquisa indicaron que el muchacho también está nombrado en las investigaciones por el secuestro y asesinato de Cristian Enrique en Cabín 9 y por su participación en el triple crimen de Granadero Baigorria donde dos hermanos vinculados con Los Monos y un tercer hombre fueron acribillados a tiros en plena luz del día.

“Ojalá no salte tu teléfono con el de Mauri porque van a haber muchos más problemas”, se escuchó la voz de Alvarado en un audio que reprodujeron los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery en la audiencia imputativa a Facundo Fabián “Lapo” Almada. De 27 años y eximio jinete y cuidador de caballos, este joven fue acusado en agosto pasado por homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y agravado por el uso de arma de fuego en calidad de partícipe primario, delito que prevé prisión perpetua. La Fiscalía encuadró así el crimen de Maldonado, secuestrado en la puerta de su casa de barrio Tablada en la madrugada del 11 de noviembre último y arrojado sin vida 36 horas después en Circunvalación y Oroño con tres tiros, las manos atadas y la nota: “Con la mafia no se jode”.

Según la investigación, cuatro hombres secuestraron a Maldonado a la 0.42 de aquel domingo, lo llevaron a una quinta del paraje Los Muchachos (en jurisdicción de Piñero), registrada a nombre de los hijos de Alvarado. El cadáver fue encontrado a los dos días en el mismo lugar donde la noche del crimen fue captada a las 5.12 la camioneta Volkswagen Amarok utilizada en el secuestro.

El fiscal sostuvo la presencia de Lapo Almada en la quinta basado en conversaciones sacadas del teléfono de una joven con quien según la acusación es su hermano Mauricio Laferrara, quien le pide, a la 0.53 de esa madrugada, que le pase urgente el teléfono de Lapo. La muchacha obedeció porque le figura un llamado desde su Whatsapp con el contacto “Lapo3”. A la 1.02, Mauricio le pidió a su hermana que le preguntara a Lapo si estaba “en el campo” porque estaba llegando y que le avisara porque era urgente. El 19 de agosto Lapo cayó en un festival de destrezas criollas en la localidad de Andino y le secuestraron un celular, el cual fue mandado a peritar para determinar si era el que Alvarado se refería en la advertencia.

La caída

Unos días antes de la audiencia donde Lapo fue acusado, los fiscales emitieron una orden de captura para Mauricio. Por eso, hacía un par de meses que tanto el Organismo de Investigaciones (OI) como el personal de la TOE estaban tras sus pasos. Esta semana, la TOE dio con el dato de que se escondía en un departamento sobre Mendoza casi esquina Riccheri, y este jueves por la noche los investigadores hicieron un allanamiento allí, pero no lo encontraron. Luego se enteraron de que hacía dos horas que sus cómplices lo habían ayudado a escapar.

Tras una serie de medidas para dar con el prófugo, este viernes determinaron que Laferrara se escondía en un departamento ubicado a seis cuadras del otro, en 9 de Julio 3332. Pasadas las 16, la TOE irrumpió en el lugar y atrapó a Laferrara, quien estaba durmiendo. Tras la requisa, los investigadores secuestraron una mochila con medio kilo de bochitas de cocaína, 1.400.000 pesos y 6.000 dólares.

Voceros de la Fiscalía indicaron que el fiscal Matías Edery ordenó que el muchacho quedara detenido e incomunicado hasta el próximo martes, cuando se realizará la audiencia imputativa y se conocerá la acusación en su contra.

El triple crimen de Baigorria

Luego de la detención, fuentes del caso dejaron trascender la relación de Mauricio con al menos dos resonantes hechos de violencia.

Uno fue el triple crimen ocurrido en plena tarde del 16 de abril de 2018 en Granadero Baigorria. Eran las 16 cuando Gerardo “Abuelo” Abregú subió el Chevrolet Corsa a la vereda de la casa de Liniers 2046 de esa ciudad. Lo acompañaban los hermanos José y Ezequiel Fernández, conocidos como Grasita y Parásito; al menos el segundo vinculado con un secuestro extorsivo de septiembre de 2017 en complicidad con Ariel Máximo “Guille” Cantero desde prisión.

El Abuelo apagó el motor y se escucharon unos 30 disparos y los tres hombres fueron acribillados. Ese día y en las semanas siguientes ningún investigador se animó a confirmar si el ataque había sido una agresión externa contra Los Monos o bien alguna desinteligencia al interior de la banda. Para la Fiscalía fue un crimen planificado y por encargo, del cual no había ningún sospechoso formal hasta este viernes, cuando apareció sindicado Mauricio Laferrara.

Un hermano de Grasita y Parásito, Nahuel “Chino” Fernández, está desaparecido desde agosto de 2018, cuando lo vieron por última vez cerca de la casa de su madre en barrio 7 de Septiembre. La principal hipótesis es que fue secuestrado y asesinado, aunque nunca apareció el cuerpo.

Enrique, secuestro y muerte

El segundo de los hechos en el que Mauricio Laferrara fue señalado por voceros del caso, y que en diciembre pasado la Fiscalía había relacionado con Alvarado, fue el secuestro seguido de muerte de Cristian Enrique, un joven de 22 años, a quien cuatro hombres con chalecos policiales lo pararon en plena tarde del 23 de octubre de 2018 a una cuadra de su casa de Cabín 9 y le dijeron que se metiera en un auto. Fue la última vez que su pareja lo vio con vida. Su cuerpo apareció el 10 de noviembre siguiente en un zanjón al costado de la ruta 14, a la altura de la entrada a Soldini.

Por entonces, la Fiscalía tenía la hipótesis de que se había tratado de un secuestro extorsivo aunque no lograron reunir elementos que corroboraran la hipótesis de que Enrique había participado en el secuestro de Colián Miguel, el patriarca de la colectividad gitana que fue secuestrado en el predio de su negocio de compraventa de vehículos en la zona de Arijón y Crespo el 3 de septiembre anterior. Cuatro horas después, lo dejaron ir y las miradas se posaron en Los Monos. La familia del comerciante jura que no se pagó el rescate, pero por lo bajo allegados a la víctima hablaron de un abono de cien mil dólares.

Por este caso, el 28 de noviembre de 2018 la Fiscalía ordenó ocho allanamientos en los que detuvieron a cuatro hombres, los cuales no quedaron relacionados con la causa de Enrique. Uno de estos apresados fue Mauricio Laferrara. Cayó en un operativo de la PDI en la cuadra de Boman al 3300 de barrio Plata. En ese lugar, le encontraron una moto robada, balas calibre 9 milímetros y más de 25 mil pesos, según indicaron voceros judiciales en dicha oportunidad.

Con su padre

Jorge Alberto Laferrara, de 57 años, fue condenado a 14 años de prisión por asesinar a Agustín González, de 15 años, en 2005 en el barrio La Granada. Este crimen le valió el enfrentamiento con Los Monos; incluso en 2014 y mientras estaba prófugo de una transitoria una balacera lo mandó al Heca y todos sospecharon del clan de la Granada. En 2015 volvió a desaparecer hasta el 21 de junio pasado, cuando fue detenido en un control en la ruta 18 a la altura de la localidad de Piñero. Iba a bordo de una Toyota Hilux e intentó coimear a los uniformados, según la acusación. En la camioneta estaba su hijo Mauricio, a quien presentó como su sobrino y el cual aún no tenía el pedido de captura en la causa que lo tiene a Alvarado como instigador del asesinato de Maldonado y como el líder de una asociación ilícita integrada por jefes policiales y civiles para cometer diferentes delitos.

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