Una investigación de la Policía Federal, originada en una denuncia de la Procuraduría de Criminalidad Económica y el Lavado de Activos (Procelac), concluyó con la detención de una persona de nacionalidad brasileña acusada, junto a su núcleo familiar, de realizar transferencias millonarias de fondos de origen ilícito por intermedio de activos criptográficos (criptomonedas) y activos fiduciarios. También utilizaban el mercado de compraventa de bienes y hasta incursionaron en el negocio vitivinícola.
El denunciado, identificado como M.C.S. había estado involucrado junto a su pareja, hace unos años, en maniobras de lavado de activos en Brasil. Se lo señaló entonces como propietarios de una entidad de asesoría financiera de Brasilia que promocionaba trasladar jóvenes universitarios a fin de estudiar en la Argentina. Sin embargo, todo era una estructura para mover sumas millonarias en reales derivadas de las ganancias de la organización narcocriminal conocida como Comando Vermelho.
En ese entonces, la justicia Brasileña (Juzgado Especializado en Crimen Organizado) cursó órdenes de detención y allanamientos y se bloquearon cuentas por 681 millones de reales y embargos de bienes muebles e inmuebles. Esa pesquisa pudo comprobar que las firmas involucradas lavaban dinero mediante la utilización de criptomonedas, pero no pudieron rastrear el origen de esos fondos.
Además de M.C.S. y de su esposa N.P.D., hubo otras tres personas brasileñas sindicadas en la trama criminal. Algunas tenían antecedentes por hechos similares que databan de octubre de 2019. En ese caso, por haber recibido depósitos bancarios (en cuenta del Banco Bradesco, del municipio de São Gonçalo, Rio de Janeiro) y transferirlos a otras dos sociedades. Se determinó que el dinero procedía del tráfico de drogas en la comunidad do Brejal, en las favelas conocidas como Complexo do Salgueiro que están dominadas por el Comando Vermelho.
La acción dirigida por la Fiscalía Federal 2 de San Isidro, a cargo de Fernando Domínguez, ante el Juzgado Federal 1 que encabeza Sandra Arroyo Salgado, se enfocó en determinar cómo operaba en la Argentina el grupo liderado por M.C.S. Así, desentrañaron un elaborado sistema de operaciones financieras sin marco legal o comercial registrado mediante el cual se introducían en el circuito legal sumas millonarias.
Las acciones de lavado consistían fundamentalmente en depósitos, transferencias, cambio de divisas, créditos mutuos y operatorias con poderes certificados por notarios de confianza del núcleo criminal. De esa forma, el cabecilla de la organización, apodado «El Negro» o «El Jefe», autorizaba a operar en su nombre a los denominados “testaferros o presta nombre”. Ellos eran los que firmaban temas administrativos y civiles, como la compra venta de bienes muebles (autos) e inmuebles (empresas, viviendas, terrenos). Con la triangulación, encubrían el origen del patrimonio.
Lavar con tinto
Personal del Departamento Operaciones Contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Narcotráfico de la Federal pudo individualizar funciones de todos los componentes de la estructura criminal liderada por el M.C.S.. El «Negro», su familia y su entorno llevaban un nivel de vida elevado. Pero, quizá en conocimiento de que lo investigaban, redujo al mínimo su exposición en redes sociales, en las que asumía una presencia constante cuando residía en Brasil.
La investigación permitió detectar una amplia serie de contactos del brasileño en la Argentina que le permitieron desarrollar el entramado de blanqueo. Entre ellos, personas con conocimientos prácticos y profesionales en el campo jurídico, notarial, comercial, mercado de capitales y criptoactivos que, incluso, trascendían al ámbito internacional.
Dentro de estos nuevos socios criminales se pudo dejar documentada la relación de la organización brasileña, relacionada en primera instancia a empresas de viajes estudiantiles, con el mercado de capitales informal en Argentina que opera en el microcentro porteño, en las conocidas cuevas financieras.
Uno de los integrantes de la red criminal, identificado como E.D.M. y sin antecedentes comerciales ni penales, armó a poco de ingresar a la Argentina una fuerte estructura dedicada a la compra/venta de activos virtuales.
La diversificación del poder económico de la organización llegó hasta el mercado vitivinícola: compraron una empresa radicada en la provincia de Mendoza con la que estaba previsto efectuar envíos de vinos a Brasil y a Francia.
Qué es el agente revelador
Los investigadores de la Federal le solicitaron al juez que habilite la figura del agente revelador, un personal encubierto que se involucra en el mercado criptográfico para obtener direcciones de las cuentas con las que opera una organización criminal. Es la primera vez que se utiliza el método en el país, y en este caso permitió el bloqueo de varias cuentas armadas para el lavado.
Con los resultados de las pesquisas, el juez ordenó realizar este lunes 40 allanamientos en la ciudad de Buenos Aires, zona sur y norte del Gran Buenos Aires y provincia de Mendoza. Los procedimientos terminaron con la detención de tres de los principales involucrados y el secuestro de más de 65 millones de pesos, 160 mil dólares, 25 mil euros, 30 mil reales y 1500 francos suizos. También, seis vehículos de alta gama, armas de fuego, teléfonos celulares, elementos de computación para realizar la maniobra y gran cantidad de documentación.
Por disposición judicial, se trabó embargo en todas las cuentas bancarias, se inhibieron de todos los bienes y se congelaron o bloquearon cuentas de criptomonedas de más de 22 personas. Además, quedaron clausuradas seis oficinas en el microcentro porteño que eran utilizadas para el intercambio ilegal de criptoactivos y divisas.