Las denuncias de casos de violencia de género que llegan a la línea municipal conocida como el teléfono verde aumentaron en más de un 60 por ciento entre julio y noviembre de este año. Mientras a mitad del 2016 fueron 375 las llamadas que en Rosario alertaban sobre agresiones contra mujeres, en noviembre la cifra llegó a 600. Desde el Área de Atención Integral en Violencia de Género de la Municipalidad, atribuyeron el incremento al fuerte debate social que vivió la ciudad a partir del Encuentro Nacional de Mujeres y el Paro de Mujeres contra la violencia machista, dos convocatorias masivas que se llevaron adelante en octubre.
Los debates sociales que logran cristalizarse en movilizaciones populares suelen dejar una sensación: todos los que fueron interpelados por una causa –considerada problema social– logran juntarse.
Las participantes del Encuentro Nacional de Mujeres tuvieron la sensación, o más bien la certeza, de que durante días habían podido debatir sobre los problemas de las mujeres en un espacio de confianza y de intimidad pocas veces visto. Después vino la marcha y la ciudad se volvió el escenario de otros debates con nuevos actores: los detractores de las pintadas en las paredes de las calles de la ciudad, los que pedían a gritos de redes sociales que “el árbol de la pintada no tape el bosque de la violencia”, los que tildaban a todas las participantes de extremas y “feminazis”, los que justificaban la represión policial, los que se cansaron y decidieron no opinar más. Días después, la noticia del brutal asesinato de Lucía Pérez, una niña de 16 años que fue violada y empalada en Mar del Plata, llegó casi como el grito que precede al silencio. La convocatoria de mujeres y hombres fue casi instantánea, y el 19 de octubre se dio el primer Paro Nacional de Mujeres y una masiva marcha distintas ciudades del país.
Pero también los debates sociales suelen dejar otra sensación: lo que pasa y piensa un círculo de pertenencia no necesariamente es la representación de lo que pasa y piensa una sociedad. Es entonces cuando las estadísticas pueden echar luz.
En diálogo con El Ciudadano, la titular del Área de Atención Integral en Violencia de Género de la Municipalidad, Lucrecia Donoso, reveló que entre julio y noviembre de este año se registró un aumento del 62.5 por ciento en las denuncias que llegan al teléfono verde, la línea gratuita municipal que atiende las 24 horas los casos de violencia de género.
Los números de julio dan cuenta de 583 llamadas mensuales, 375 de las cuáles correspondían a agresiones contra mujeres. En octubre se dio un importante salto, registrándose 791 y 520 respectivamente, mientras que en noviembre los llamados llegaron a 800 y 600 de ellos fueron por casos de mujeres violentadas. Según Donoso, los números siguen en alza en diciembre. “Creemos que las marchas y las discusiones que se dieron durante este período generaron una masa crítica en todos los hombres y mujeres de la ciudad y eso posibilitó que más chicas se animen a denunciar”, dijo la funcionaria municipal y recordó otro factor: que este año se declaró la emergencia en violencia de género.
“Creo que hay mucha más visibilidad de la problemática y eso ocurre porque las mujeres estamos más fusionadas como colectivo. Es algo que viene pasando desde hace años pero que se cristalizó a partir de la frase del #Niunamenos”, explicó Donoso.
Para la funcionaria, el debate sobre la violencia contra las mujeres trajo una mayor visibilidad de los casos pero también la emergencia de los varones violentos: “Hay una respuesta de la sociedad patriarcal que contesta a los reclamos de las mujeres con más violencia. Es una reacción frente a un posicionamiento femenino. El sistema patriarcal se siente amenazado en sus privilegios”.