La cantidad de remises ilegales remitidos al corralón municipal aumentó en un 147 por ciento respecto al año pasado. El incremento de traslados obedece a la decisión de la Municipalidad de Rosario de eliminar la circulación de vehículos sin permiso para trasladar pasajeros y así, promover condiciones más seguras en el transporte público. El secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago, advirtió que también se clausuraron remiserías clandestinas en distintos puntos de la ciudad.
A lo largo de 2015 se secuestraron 138 remises ilegales en procedimiento realizados en la calle. En 2016 este número se redujo en un 22 por ciento: fueron 108 los automóviles remitidos al corralón que trasladaban pasajeros de forma ilegal. Sin embargo, según precisó el funcionario, este año la cantidad de vehículos secuestrados ascendió a 267, es decir, se incrementó en un 147 por ciento respecto de 2016. Cabe destacar que aún hay más de un mes por delante para que finalice el año.
Zignago explicó el motivo de esta suba: «Este año aumentaron los controles como estrategia en el marco de la emergencia en seguridad, para tener mayor presencia en el espacio público», indicó.
«Nos interesaba gestionar estos controles porque el municipio tiene el poder concedente de un servicio público, como los remises. La actividad irregular no sólo afecta al servicio sino que también deteriora ese poder concedente y pone en riesgo a las personas que deciden abordar este tipo de servicios que simulan ser parte de un sistema, pero no lo son», agregó.
De acuerdo con el funcionario, la decisión de un pasajero de utilizar un servicio irregular en vez de los que están autorizados por el Estado para transportar personas supone un riesgo físico tanto por el conductor, que no está registrado ni autorizado para circular, como por el vehículo, que no se somete a las pericias técnicas correspondientes ni cuenta con el seguro necesario para que la póliza alcance al pasajero en el caso de que, por ejemplo, ocurra un siniestro. «La gente se expone a una situación de vulnerabilidad que si tomara los servicios autorizados se evitarían», enfatizó el funcionario.
Remiserías clausuradas
La política de prevención también contempla la fiscalización de remiserías o locales de radiotaxis. Este año, además, se realizaron 16 inspecciones en locales de este tipo que no estaban habilitados. Se trata de inmuebles en los que funcionaban centrales clandestinas que recibían llamados y derivaban móviles no habilitados por la Municipalidad para recoger clientes.
En todos los casos las órdenes de registro que autorizaban a la Guardia Urbana Municipal (GUM) y a las fuerzas de seguridad a ingresar en las viviendas fueron emitidas por la Justicia de Faltas Provincial.
De esos registros, 12 terminaron en clausuras preventivas. Dos de estas clausuras fueron violadas por lo que se realizaron reimplantes de clausuras.
«Se realizan intervenciones en locales donde los vecinos denuncian que sospechan que se realiza este tipo de actividad. En esos casos se secuestra el material que utilizan para establecer las comunicaciones y hacer que la remisería ilegal funcione. Y, si se puede constatar que hay autos realizando transporte de pasajeros en forma clandestina, también se secuestran», dijo Zignago, quien detalló que las denuncias se reciben a través del 147 —teléfono de atención al ciudadano— o de la GUM.
Luego, destacó: «Probar que un auto es utilizado para el transporte de pasajeros es difícil. Cuando se trata de controles en la calle, lo más importante el relato del propio pasajero. También se constata si dentro del auto hay documentación, como rutas de calle o tarifas».
Una vez secuestrado, según mencionó, el auto o clausurada la remisería, el caso pasa al Tribunal Municipal de Faltas, desde donde se disponen las multas. En caso de reincidencia pueden, incluso, retirar la licencia al conductor involucrado.