Otro aumento a la vista. En estos primeros días del año llegará un incremento en los productos de panificación de un hasta 12 por ciento. La suba de los servicios es uno de los puntos que dejó nocaut al sector panadero. “Hace más de un año que cayeron las ventas y no repuntaron, además se suman los despidos”, afirmó Gerardo Di Cosco, presidente de la Asociación de Industriales Panaderos de Rosario, en diálogo con El Ciudadano.
“El grave problema que estamos sufriendo en la industria panadera es el aumento salvaje en las tarifas y las mermas en las ventas que cayeron un 30 por ciento hace más de un año y no se volvieron a recuperar”, sostuvo Di Cosco.
El representante de los industriales panaderos explicó que además de la harina, también subió el precio de la margarina y la levadura, entre otros insumos. “Hay panaderos que se les hace cuesta arriba pagar los servicios y mantener las fuentes laborales”, afirmó.
Y agregó: “Nuestra industria jamás expulsó mano de obra. La mayoría son todas pymes que tienen entre 5 y 15 empleados y trabajan codo a codo. Echar a una persona no es un número, hay un problema social muy grave detrás de todo esto”, aseguró el presidente de la Asociación de Industriales Panderos de Rosario.
El año pasado en la 2° Circunscripción de la provincia de Santa Fe, desde la localidad de Barrancas hasta Venado Tuerto y Rufino, hubo 300 despidos en el sector panadero. También hubo recortes de horas extras y, en algunos casos, se llegó al fin de ese plus.
Otro de los puntos de preocupación que remarcó Di Cosco fue la clandestinidad que existe en el sector panadero: está rondando entre un 30 y 40 por ciento en todo el país.
“Hay panificadoras que trabajan a puertas cerradas y adentro están fabricando. No tributan nada, quizás estén enganchados de la luz y al personal no lo tienen registrado. Algunos compran el pan allí y después lo reparten más barato. Es decir, que están consumiendo pan que no saben en qué condiciones se fabrica y están jugando con la salud de la población, que es lo más grave. Le hicimos el reclamo a la Municipalidad de Rosario. Todas las semanas nos envían denuncias los panaderos y la transferimos”, especificó el dirigente del sector.
Di Cosco contó que en Rosario hay alrededor de 500 panaderías y están muy preocupados para seguir manteniéndolas abiertas –los que están legalmente constituidos– debido a las caídas de las ventas, el aumento de las tarifas y las panaderías clandestinas, entre otras cuestiones.
“En estos últimos dos años, peor aún. Antes nos escuchaban, nos abrían los ministerios y podíamos dialogar. Ahora ni nos escuchan”, recalcó.
Y concluyó: “Bajaron mucho las ventas y el dinero no alcanza. Tiene que haber más trabajo, aumento de salario, más consumo, reactivación del mercado interno. Ahora tenemos que enfrentar un enfriamiento de la economía”.
Un panadero de Pichincha
“Con los aumentos de los servicios, disminuyeron las ganancias y las ventas. Se hace pesado pagar los impuestos”, dijo Tomás, dueño de una de las panaderías del barrio de Pichincha.
Y agregó: “Es un negocio muy difícil, aunque parezca sencillo. Lo que hacemos son productos artesanales. En nuestra panadería no tenemos grandes máquinas, es un negocio chico y hay mucha variedad de productos. Hay que vender todos los días mercadería fresca, lo que te sobra no se puede recuperar. Tengo conocidos del rubro y familiares que tuvieron que cerrar panaderías”, aseguró.