El índice de pobreza llegó al 39,2% de los argentinos, según el registro del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) correspondiente al segundo semestre del 2022. En este informe, se muestra que la población que no llega a cubrir la Canasta Básica Total (CBT) es de 18,1 millones de personas, lo cual representa un crecimiento del 2,7% respecto del semestre anterior (36,5%). En tanto, el nivel de indigencia casi no registró variantes ya que en el segundo semestre terminó en 8,1% contra el 8,2% del primer semestre.
La población más afectada por el retroceso de la capacidad de compra de la población son los más chicos. Dentro de la población infantil, más de la mitad está por debajo de la pobreza: el 54,2% de los niños menores de 14 años son pobres.
En Argentina, un grupo familiar es pobre si con sus ingresos formales no llega a cubrir la CBT, que según el propio Indec, es de $177.063. Pero el Consejo Nacional del Salario determinó que el salario básico llegará a los 80.342 pesos. La cuenta es sencilla: se necesitan dos salarios mínimos de abril para cubrir la canasta básica del mes de febrero para una familia tipo (corriendo dos meses por detrás de la inflación acumulada). El Indec determina en su informe que el ingreso promedio de un hogar, entre julio y diciembre del año pasado, fue de $83.758.
https://twitter.com/INDECArgentina/status/1641516162453217287
Si se hace un desagregado por edad, la población más afectada es el sector infantil: el 54,2% de los menores de 14 años son pobres, mientras que entre los jóvenes de entre 15 y 29 años la pobreza alcanza al 45%. La juventud argentina representa el 57,7% de las personas pobres del país.
Por ciudades, el mayor porcentaje de índice de pobreza se registró en Concordia, Entre Rios, con el 55,2%; seguido por Resistencia, Chaco, con el 54%; Santiago del Estero, con el 46,5%; San Luis y Corriente, ambas con el 45,2%. En lo que respecta al nivel de índigencia, el mayor número correspondió a Resistencia, con el 14,4%; seguida por Formosa y Santa Rosa, La Pampa, ambas con el 13,2%; y Concordia, con el 11,1%.
En el segundo semestre de 2022 el porcentaje de hogares que se ubicaron por debajo de la línea de pobreza fue del 29,6%, donde residen el 39,2% de las personas comprendidos en esta situación. Dentro de este conjunto se distingue un 6,2% de hogares por debajo de la línea de indigencia, que incluyen al 8,1% de las personas.
Mirando a Rosario y para atrás
El relevamiento del Indec muestra que uno de cada tres rosarinos es pobre, lo que quiere decir que 444.678 (el 33,2%) de las personas no llegan a cubrir la CBT en la ciudad.
En el 2019, el registro correspondiente al último semestre de la gestión de Mauricio Macri, la pobreza alcanzó el 35,4%, mientras que la población sub14 sumida en la pobreza llegaba a los 32 puntos porcentuales. De este mismo modo, Rosario llegaba a los 35% de su población pobre, lo cual representaba a 460.890 rosarinos que no llegaban a traspasar con sus ingresos la línea de la pobreza.
Seis años atrás, es decir en el segundo semestre del 2016, la pobreza llegaba al 30,3% a niveles nacionales, mientras que en Rosario la cifra era de 26,7% (o bien, de 344.796 personas).
Con una inflación que ya lleva el 13,1% acumulada en los dos primeros meses del año y una cifra proyectada por encima del 60% anualizado, lo impredecible de los años electorales y lo volátil de los factores macroeconómicos dispuestos de cara a diciembre del 2023 (los vencimientos de deuda externa, flaqueo de los ingresos de divisas por la sequía, la insuficiencia de las paritarias para empatar los salarios con la corrida inflacionaria y por lo tanto la brecha que se acumula entre el poder adquisitivo y el valor de los bienes de consumo, los aumentos programados por el gobierno de los servicios) es probable que la tendencia persista en alza, por lo menos, para el próximo semestre, dato que se sabrá recién en septiembre próximo.