Si bien la previa para vendedores y vecinos no era la misma que otros años una multitud inició la peregrinación propuesta por el padre Ignacio Peries en el barrio Rucci. El tradicional recorrido arrancó pasadas las 20.30, pero muchos eligieron no esperar la imagen de madera de Jesús y caminaron hacia las 15 estaciones donde los parlantes colocados por la organización permitía a Peries explicar en qué momento del camino de Jesús estaban previo a su crucifixión en el Monte Calvario.
En 2018 hubo unos 300 mil feligreses y los vendedores y organizadores contaron a El Ciudadano que aún con la promesa de lluvia, el calor, los alguaciles y la crisis económica reinante iban a igualar o superar el número. Las apuestas estaban en dotar a quienes llegaban de bidones para cargar agua bendita, ofrecerles agua o alguna rosca de Pascua para calmar el hambre o algún elemento de la variada santería que improvisaban en los puestos. La mayoría estaban en el principal ingreso al barrio, al costado de la Circunvalación.
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