Pese a que el gobierno postergó la aplicación del mecanismo de indexación previsto para mayo, las próximas facturas de gas llegarán con aumentos del orden del 500% en las áreas residenciales y en comercios e industrias la suba será superior al 1.000%, en relación a lo que los usuarios pagaban el año pasado. En ese escenario, desde el Ministerio de Economía decidieron aplazar los aumentos previstos en los últimos meses para que no impacte en la inflación y el índice continúe desacelerando.
Según citó el sitio Iprofesional un informe elaborado por la consultora Economía y Energía, las próximas facturas de gas llegarán con aumentos por encima del 500% en la comparación interanual para usuarios residenciales de altos ingresos, mientras que en el caso de los comercios e industrias la suba será superior al 1.000%. Dichos incrementos podrían ser todavía mayores en el período invernal, dado que el gobierno autorizó dos cuadros tarifarios en el Pist (Punto de Ingreso al Sistema de Transporte), uno para verano y otro para invierno.
En el caso de los hogares residenciales, según el informe, la suba mensual representaría un salto del 20% frente a la factura anterior.
El estudio reveló también que con los aumentos de este servicio en los primeros meses del año, dejó las tarifas en niveles cercanos a los de 2019, tras las subas de la gestión de Mauricio Macri. En el caso de los usuarios de ingresos bajos y medios, aún mantienen una gran parte del costo subsidiado.
En este contexto, luego del superávit difundido sobre las cuentas públicas del primer trimestre, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció la postergación de los aumentos previstos para mayo, con el motivo, según dijo, de cargar con más gastos a la clase media.
Las boletas de gas se componen de cuatro ítems: costo de generación, transporte, distribución y, sobre eso, se aplican los impuestos (nacionales, provinciales y municipales). El gobierno cubre con subsidios la diferencia entre el precio de extraer gas y lo que pagan los diferentes usuarios.
Actualmente, existe un esquema de subvenciones que divide a los usuarios residenciales en 3 segmentos: Nivel 1 (ingresos altos) que pagan pleno, Nivel 2 (ingresos bajos) con tarifa social y Nivel 3 (Ingresos medios) con un tope de consumo subvencionado.
A fines de abril, el gobierno anunció que postergaba los aumentos en las tarifas de luz y gas previstos para este mes. El objetivo es mantener el sendero de desaceleración en la inflación, que ya en abril volverá a ser de un dígito según estiman consultoras privadas.
A partir de este 1º de mayo estaba estipulado que se aplique el mecanismo de indexación mensual que definió la Secretaría de Energía, para evitar un atraso en términos reales contra la inflación. Pero, el gobierno decidió patearlo para adelante
En este escenario, los entes reguladores, tanto el Enre como el Enargás, no publicaron los cuadros tarifarios correspondientes al mes de mayo, luego de los fuertes aumentos aplicados durante el primer cuatrimestre, que alcanzaron el 200% en electricidad y más del 300% en gas. A ese ajuste, en el Amba se suma el agua, que trepó 209%, y el transporte público, que subió 410%. En Rosario, desde el recambio de gobierno del pasado 10 de diciembre, el pasaje subió 378%.
Escalera y ascensor
Las empresas transportadoras de los servicios públicos debían comenzar a aplicar la indexación mensual en sus tarifas, que se traduciría a un aumento en las boletas que reciben los usuarios: están atadas a la evolución de los salarios, inflación y otras variables.
Los aumentos de estas fórmulas iban entre el 10% y el 12,5%, lo que implicaría una suba cercana al 5% en las facturas finales que reciben los usuarios. Pero, si bien las empresas ya habían sido notificadas de cuánto sería el aumento de mayo, la decisión de aplicar o no esa suba dependía del Ministerio de Economía. Y, finalmente, Caputo definió no aumentar en mayo las tarifas, cuya puesta en marca coincidía con el Día del Trabajador, cuando la CGT salió a la calle, y ya había lanzado un paro nacional para este jueves 9. A esas protestas se sumó la masiva concentración nacional por el presupuesto para las universidades y la educación pública, con réplicas en todas las ciudades del interior.