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Autocultivo, un reclamo tan vigente como necesario

Obligadas a seguir en la clandestinidad, un grupo de madres rosarinas no se quedaron quietas y recurrieron a la justicia presentando un recurso de amparo
Fabián Peralta (*)

Cuando en 2017 el Congreso de la Nación sancionó la ley 27.350, más conocida como ley de uso medicinal de la planta de cannabis muchos (con bastante de ingenuidad) creímos que se daba un gran paso adelante y se consagraban un nuevos derechos.

Pero a poco de leer la ley veíamos que lo que se había sancionado no cubría el reclamo de las madres.

Además de contemplar el uso para una sola patología, no permitía el Autocultivo.

Para nosotros, la Asociación Civil Miradas, No Habrá Ley de Cannabis Medicinal Plena sino se establece el Autocultivo como una posibilidad.

En realidad, el gobierno nacional nunca tuvo decisión política de habilitar una ley que realmente de respuesta a la demanda de las madres.

No pudo impedir que la ley se discuta y entonces optó por tener una norma que altere lo menos posible el statu quo.

Obligadas a seguir en la clandestinidad, un grupo de madres rosarinas no se quedaron quietas y recurrieron a la justicia presentando un recurso de amparo.

En ese marco, la jueza federal Sylvia Raquel Arramberri dio lugar al amparo y de manera contundente, entre los considerados del fallo señaló: “Valoro especialmente, la necesidad de procurar evitar cualquier retroceso ante los notables avances en la calidad de vida de los niños y sus familias, y las consecuencias disvaliosas que podría traer aparejada la interrupción”.

Entonces sucede lo impensado.

La Secretaria de Salud de la Nación (el ex ministerio que el gobierno nacional devaluó), apela el fallo.

O sea, quién debería garantizar el derecho a la salud es el que apela un fallo que hacía exactamente eso.

En estos días la Cámara revocó el fallo de la jueza Arramberry.

Intenta impedir lo que nada ni nadie podrán impedir.

Natalia Mola, una de las referentes de Madres que se Plantan, explicó a quien quisiera escuchar los beneficios que logró el aceite de cannabis en la salud de su hijo Félix, un niño de 5 años que sufre epilepsia.

“Él nunca respondió al tratamiento convencional. Estaba medicado y seguía con crisis, entonces decidimos probar con el aceite, buscando estabilizar su salud. Fue instantáneo el cambio, nos cambió la vida, con el aceite logramos estabilizarlo, empezó a avanzar de a poco, a recuperar el tiempo perdido. Hoy es un nene feliz, tiene crisis muy esporádicas, cuando antes las tenía todos los días”.

No hay madre que ante ésta evidencia deje de suministrarle aceite de cannabis a su hijo/a.

La Cámara cree que hizo justicia. Le parece justo que las madres no puedan seguir plantando cannabis y así producir el aceite que tanto bien les hace a sus hijos/as.

La Cámara está convencida que hace justicia impidiendo uno de los actos de amor más supremo como es que una mamá o un papá siembren, cultiven, produzcan mejor calidad de vida para su niño/a.

La cámara vive en una biblioteca mientras que la vida pasa por fuera.

No hay madre que deje de plantar por más penas que se impongan y por más cámaras que se empeñen en negar la realidad.

Hoy miles de madres plantan y tarde o temprano el autocultivo será ley.

El sol sólo se puede tapar con la mano un breve lapso de tiempo y no importa lo grande que pueda ser la mano de los jueces.

Ahora las madres recurren a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Esperamos que la corte Haga Justicia y esperamos también que si la corte falla a favor de las madres el fallo se cumpla y no pase como con el fallo Arriola (que despenalizó la tenencia para consumo personal y que está cumpliendo 10 años sin que se haga efectivo) y se traduzca en la modificación que debe realizar el congreso nacional de la actual ley  de drogas 23.737.

Me corrijo, no vamos a esperar. Vamos a acompañar a las madres y a la sociedad que pelea  por el derecho a la Salud.

 

(*) Referente de la agrupación Miradas
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