Durante la movilización que se realizó ayer en Rosario por el 25N, Día Internacional de la Lucha contra la Violencia hacia la Mujer, un violento hecho se produjo en el centro de la ciudad. Un automovilista atropelló a una de las manifestantes, luego intentó golpearla e intentó darse a la fuga, denunciaron organizaciones sociales.
El violento episodio ocurrió en el inicio de la marcha cuando la multitudinaria columna de mujeres pasaba por la esquina de Dorrego y Rioja. «Un grupo de compañeras se encontraba haciendo lo que se supone que el control de tránsito municipal tiene que hacer: garantizar que el transporte circule por otra calle para que las personas puedan marchar», indicaron en un comunicado.
Según la denuncia que hicieron en sus redes desde Ciudad Futura y la red de promotores territoriales de género «Estamos para nosotres», mientras avanzaban las manifestantes comenzó a sonar la sirena de una ambulancia. Abrieron el paso y habilitaron a los autos a circular para permitir que pase la unidad de servicio de emergencias.
«Una vez que ellos circulan, se genera un hueco que nuestras compañeras vuelven a cubrir con la intención de reanudar la marcha. Sin embargo, uno de los autos que no había cruzado arranca y, pese a que una compañera de Ciudad Futura intenta avisarle que debía detenerse, sigue adelante, acelerando y atropellándola», cuestionaron.
Lejos de disculparse, el automovilista descendió del vehículo y empezó a insultar a la mujer y esbozó intenciones de golpearla, según testigos. «No lo logró porque intervinieron otras personas. Entonces, volvió a subirse al auto dándose a la fuga. Dos cuadras después, fue frenado por gente que sale a correrlo y la policía motorizada, que lo retiene y garantiza la denuncia correspondiente», precisaron.
En el posteo también expusieron la ausencia de controles de tránsito. «Con estas palabras queremos expresar nuestra profunda preocupación ante este hecho de odio e irresponsabilidad que, asimismo, no se da de manera única y aislada. En marchas anteriores, especialmente las organizadas por mujeres y disidencias, también faltaron operativos de tránsito durante todo el trayecto. Es un deber del Estado garantizar algo tan básico como la seguridad de todas las personas que asisten a las marchas».
