“Contracorriente” es el nombre de la primera colección de libros de la nueva editorial – cooperativa “Río Ancho”. Y con contra “Contracorriente” se puede sintetizar fácilmente lo que pasa tanto en este colectivo como en muchos más que pretenden publicar y distribuir a escritores rosarinos. “Río Ancho” surge de la necesidad de los que escriben y quieren transformar sus palabras en libros, sin saber editar, ni distribuir, ni diseñar pero aprendiendo sobre la marcha. Así, ésta es una más de las nuevas y múltiples ofertas que hay para editar de manera cooperativa y sin poner plata, una alternativa a las grandes editoriales y a la falta de oportunidades de muchos autores rosarinos.
Cuando Juan José Bereciartúa –escritor, primer autor editado por Río Ancho y presidente de la cooperativa– dio cuenta del premio estímulo que otorga la provincia, convocó a sus compañeros del taller de escritura que hacía y les dio la gran noticia: “Acá está la solución para que tengamos nuestros libros”. Bereciartúa juntó un grupo de entre seis y siete personas, armaron el proyecto y ganaron el premio. “Y fue un verdadero estímulo, porque, a partir de ahí, nos pusimos a laburar como locos”, explicó Pablo Colacrai, miembro del colectivo. Todo esto sucedió hace apenas unos meses, a fines de 2011. “En enero hicimos los papeles para formar una cooperativa de trabajo. Luego empezamos con el proyecto: editar una colección de cuatro libros de narrativa contemporánea llamada «Contracorriente»”.
El primer libro editado fue La Virgen de San Martín, de Juan José Berciartúa. El segundo se presentará el 8 de agosto: un libro de cuentos llamado La noche en plena tarde, de Pablo Colacrai. Y se espera, para fin de año, hacer un concurso para elegir dos o tres títulos a publicar durante 2013.
De oficio editor
“¿Cómo aprendimos a editar? Así, editando”, explicó Pablo. Su compañero, Sebastián Ocampo, agregó: “También leímos libros, manuales, hablamos con gente del oficio”. Y los dos completaron, casi al unísono: “Seguimos aprendiendo”. Los dos coinciden en que editar es un desafío: una responsabilidad con la forma y el contenido del libro. “Nos propusimos crear un libro que sea atractivo. No sólo como material literario sino como objeto. Y trabajamos mucho respecto a eso”, señaló Sebastián. Para eso, contaron, tomaron como referencia varias editoriales y diseños, y luego probaron: dónde poner logos, imágenes, fotografías, dónde ubicar cada parte del libro. Qué tipografía usar. Qué tamaño del libro. Y ante todo: cómo trabajar el texto. “Nosotros queríamos que la editorial tenga un laburo fuerte sobre el contentido. Queremos que se sepa que es una edición cuidada: que son textos que pasaron por una instancia de selección y edición. Esa es nuestra meta”, sostuvo.
Río Ancho es una más de las muchas editoriales que surge del encuentro entre amigos y/o colegas. De gente que quiere que haya ciertos títulos en la calle y que, como ninguna editorial “grande” apuesta a ellos, decidieron aprender a organizar el texto, imprimirlo, encuadernarlo y sacarlo a la calle. “Es una movida interesante y necesaria, que surge por el hueco que hay en Rosario: la edición de autores rosarinos es un espacio que no está cubierto”, dijo Sebastián. Su compañero, por otro lado, agregó: “Sin embargo, hay que encontrarle la vuelta para que esto esté en todos lados. Por eso buscamos ser lo más atractivos posibles. Queremos que el libro salga, esté en librerías, esté en vidrieras. La idea es que la cooperativa sea una garantía: que se sepa que hubo un grupo de seis o siete personas que avalaron que el libro se edite, que nadie pagó por eso”.
En ese marco, los editores destacaron la “buena predisposición de los libreros de Rosario”. El único libro editado por Río Ancho está en prácticamente todas las librerías de la ciudad, incluidas las más grandes y “complicadas”. En las únicas dónde estos libros no pueden encontrarse es en las grandes cadenas, como Yenny.
Cooperativa a largo plazo
“La editorial es de todos a nivel total. Si bien nos dividimos para ser más operativos, tenemos reuniones y todos consultamos las estrategias. Elegimos organizarnos en una cooperativa porque es una figura con la que nos sentimos cómodos, especialmente porque aprendemos a manejarnos de manera horizontal”. La Editorial “Río Ancho” está institucionalizada bajo el nombre de cooperativa. Y si bien sus miembros y la práctica misma se llevan adelante como las leyes del cooperativismo lo demandan, falta dar el paso más difícil: lograr que, organizados de esta manera, la editorial – cooperativa de un rédito económico, que los trabajadores puedan vivir del trabajo dentro de la organización.
“Ese es un proyecto a largo plazo. El tema es que una editorial rosarina publicando a escritores rosarinos no tiene manera de cubrir costos. Pero tenemos un proyecto: lograr la manera de entender la sustentabilidad y que alguno de nosotros pueda trabajar de esto. Ahora funcionamos porque tenemos un subsidio y va a funcionar en tanto y en cuanto podamos mantenerlo así. Para que alguno de nosotros pudiéramos cobrar habría que buscar estrategias de comercialización que no son nuestro fuerte aún”, sostienen los hacedores de “Río Ancho”.