Por: Agustín Aranda
¿Qué es un juguete sexista? Pregunta y desafío al que la subsecretaria de Acción Social de la Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario, Andrea Travaini, se sometió: “No hay un juguete no sexista sino la connotación que se le da por parte del adulto. La propuesta del juguete no sexista y no violento tiene que ver con concretizar a los adultos sobre la construcción de estereotipos que son saludables para cada género. Debe pensarse en juguetes que varones y mujeres puedan compartir”. De acuerdo con Travaini, debe modificarse el precepto de que una muñeca es para una niña y una pelota es para un niño. “Borrar aquella suspicacia que genera cuando un nene agarra una Barbie y cuando una nena agarra un camioncito”, detalló. Para ello, la Municipalidad de Rosario lanzó la campaña que brega por un juguete no sexista y no violento. En los Centros Crecer, ludotecas y talleres del Presupuesto Participativo ya empezó la capacitación del personal. Durante el mes de diciembre –a razón de mayor actividad del sector juguetero– será el turno de la distribución de afiches y postales en jugueterías, escuelas y diferentes espacios de la ciudad.
“No existe un juguete sexista sino el significado que las personas hacen del mismo reduciendo las posibilidades por considerarlo inadecuado para un niño o niña. En este sentido, es la propuesta de comercialización de los juguetes lo que es sexista”, aseguró por su parte Gloria Schuster, integrante del equipo de Educación Sexual Integral del Ministerio de Educación de Santa Fe. En cuanto al perfil violento –menos conflictivo en su comprensión–, la campaña apunta a no promover juguetes y juegos violentos como ametralladoras, cuchillos o pistolas, que por la ordenanza 8020 desde 2006 están prohibidos. “No son ideales a la hora de promover valores de cooperación y solidaridad sino de dominación de unos sobre otros”, sostuvo Travaini.
La tendencia actual
Consultado por la iniciativa municipal, Juan Francisco Benzi, presidente de la cámara de jugueterías de Rosario, explicó: “Tuvimos una reunión con la Municipalidad para que las jugueterías de la ciudad no alimenten la elección del juguete desde el género sino de edad, pero se realizó particular hincapié en evitar la venta de réplicas de armas de fuego, que son el extremo del juego bélico. Es decir, hasta un disfraz de los Power Rangers es belicoso. Por algún lugar se empieza”.
“No creo que haya juguetes que hoy se promocionen que sean sexistas o violentos. Hoy hay una mezcla entre juegos tradicionales y artículos de Ben 10, principalmente, cuyo personaje bien puede luchar, pero no tiene espadas, pistolas, sólo un reloj con el que se transforma”, reflexionó Matías Benzi, director de la cadena de Jugueterías Gulliver. Según un relevamiento de las distintas jugueterías de la ciudad, el mercado posee una dinámica que responde a dos ejes: la temporada y la promoción por televisión, en especial los canales para niños. “Por ejemplo, para esta navidad va a venderse mucho una heladería –en referencia a una fábrica de helados para jugar– para chicos que, en agosto, era imposible de comercializar. Y por otro lado, la difusión y promoción por la televisión y el cine”, sostuvo el empresario.
Según destacó, el caso más emblemático es la línea de juguetes del film de Disney Pixar Toy Story 3, que se venden mucho desde su lanzamiento en cine. “No hay un artículo que se mantenga todo el año”, aseveró el comerciante.
Si se quiere trazar una línea general sobre los juguetes para infantes que en la actualidad poseen mayor demanda se debe mencionar las líneas de juguetes y juegos de Ben 10, Mickey y Hello Kitty. También se destacan la línea de productos de Bakugan, Transformers. “En el caso de las niñas es más simple: muñecas como Barbies y distintas princesas. Es un motivo que se vende mucho el de las princesas, a partir de lo que ocurre con las películas de Disney”, señaló una de las empleadas de Globo Rojo, otra juguetería céntrica.
Por otro lado, desde la cámara que nuclea a los jugueteros en Rosario, señalaron que de 2009 a 2010 ha crecido de forma significativa –un 20 por ciento en volumen– la venta de juegos de mesa, tales como el Juego de la Vida, el Monopolio (o su versión costumbrista El Estanciero), y el Simón Dice –un ejercicio lúdico para aceitar la memoria–, entro otros.