Este jueves el Concejo Municipal de Rosario aprobó el “Plan especial urbano ambiental Canales Ibarlucea y Salvat”, un proyecto estratégico que completa, acompaña y potencia el proceso de urbanización de Nuevo Alberdi que se viene llevando adelante desde el año pasado y que busca no solo resolver un conflicto que lleva más de una década, sino hacer la urbanización más grande y justa de la historia de la ciudad, según la define el bloque Ciudad Futura/FSP, que impulsó la iniciativa.
“Después de más de diez años de lucha logramos esta victoria que es histórica y colectiva. Es la primera vez que un proceso de estas características no se cierra entre una pequeña casta privada y una elite política a espaldas de la gente”, aseguró Caren Tepp, presidenta del bloque Ciudad Futura/FSP.
La ordenanza regula de una forma innovadora el crecimiento de la ciudad en casi 500 hectáreas de extensión y recupera la capacidad de planificación en manos del Estado, ordenando la inversión privada para garantizar la mixtura y heterogeneidad social además de proteger las características ambientales del sector, describieron.
La normativa generará nuevos mecanismos como el reajuste de tierras, que permite la asociación de los propietarios para hacer un uso más eficiente del suelo y tener un reparto más equitativo de las cargas y los beneficios. Con la donación anticipada de tierra se crea un instrumento de captación de plusvalía urbana único que asegura los beneficios públicos desde el inicio del proyecto urbano, terminando con años de incumplimientos por parte de los desarrolladores privados.
“Como todo buen proyecto urbano, opera con dos restricciones generales: una natural y otra social y política. En base a eso planifica con justicia e igualdad. Una de esas restricciones es la física: el Valle de inundación de la cuenca del Ludueña. Y la otra es el polígono de la Ley Nacional de Barrios Populares que con años de lucha lograron que llegue a Nuevo Alberdi los vecinos organizados que nunca bajaron los brazos. Esos dos factores hacen de este plan una combinación de justicia social y preservación ambiental”, manifestó Tepp.
Con este Plan Especial aprobado se marcan las reglas generales: todos los desarrollos que quieran realizarse en Nuevo Alberdi deberán contar con la aprobación del Concejo Municipal de Rosario. Se contemplarán, entonces, desarrollos urbanos para distintos sectores, tierra para los actuales vecinos y una zona que seguirá siendo para fines productivos y ambientales.
Este proyecto seguirá mixturando lo rural y lo urbano. Mantiene una zona rural y productiva, donde se proyecta desarrollar un polo de producción de alimentos y donde se ubicarán todos los emprendimientos del barrio: la cría de animales, las huertas, parques agrarios y el Tambo, entre otros.
“Como siempre dijimos, el Tambo La Resistencia era el muro de contención para que no avancen con los desalojos sobre las familias de la zona rural. Ahora, una vez garantizado el proyecto de urbanización justo y el derecho a la tierra, el tambo se ubicará donde corresponda y ya estamos trabajando en alternativas”, aseguró Tepp.
“La urbanización de Nuevo Alberdi es retomar la conducción pública de la planificación que los Estados fueron perdiendo con la consolidación del neoliberalismo. Es recuperar el lápiz que dibuja la ciudad del futuro. Es poner el bien común por encima de la avaricia del mercado. Por los recursos a desplegar, las obras a realizar, las fuentes de trabajo directa e indirecta que va a generar. Estas tierras van a pasar de su estado ocioso y especulativo en el que estuvieron años a mover la economía en una de las peores recesiones de nuestra historia”, finalizó Tepp.
Además de Tepp, expusieron sobre la ordenanza el edil Fabrizio Fiatti, de Creo, Agapito Blanco de Cambiemos y la concejala María Fernanda Gigliani, de Iniciativa Popular.