El local bailable “Ay, Ramírez” (Alberdi 111 bis) fue cerrado de manera definitiva por no respetar la habilitación que tenía: bar con amenización musical. La Dirección de Inspección municipal, a cargo de Gregorio Ramírez, llegó el jueves por la noche para una nueva inspección y registró que se estaba violando el rubro por el cual había sido habilitado y procedió a bajar las persianas del lugar, que funcionaba desde hace más de una década. “Si el dueño quiere abrir otro local en esa misma dirección deberá empezar de cero con todos los trámites municipales, inclusive aprobar el Registro de Oposición de Vecinos, lo cual veo muy complicado”, señaló el funcionario municipal.
Consultado sobre el operativo, el director de Inspección informó que el local había sido “históricamente intervenido por la Dirección, ya se habían labrado varias actas y realizado clausuras preventivas. Hasta debimos sufrir hechos de violencia en la vía pública como rechazo de estas inspecciones, y llegamos al punto en que las irregularidades colmaban todo tipo de inspección, no quedó otra opción que cerrarlo”.
La habilitación municipal vigente Nº 3754/2010 estaba bajo el rubro “Bar sin elaboración con amenización musical”, pudiendo de este modo y concluido el horario de la amenización musical continuar con la actividad principal, la de bar. El problema es que la música no era una simple acompañante del servicio, sino el principal motor de la actividad del local: cada fin de semana, “Ay, Ramírez” presentaba números en vivo y era un boliche bailable. En medio de las inspecciones tenidas se pudo constatar que además de tener gente bailando y que la música excediera el límite de horario permitido, no contaba con mesas y sillas necesarias para un bar, por ende, la acumulación de advertencias municipales terminó de manera definitiva para el local de la movida tropical.
Cabe señalar que “Ay, Ramírez” fue denunciado por vecinos en reiteradas ocasiones y, en consecuencia, fue inspeccionado casi todos los fines de semana. De acuerdo a los datos suministrados, en 2010 se hicieron 52 inspecciones, en 2011, 78, en 2012, 51 y en lo que va del año ya se llevaban realizadas 4 auditorías.
Desde la Dirección de Inspección se verificó “la mayoría de las veces conductas presuntamente constitutivas de infracción relacionadas con la tergiversación del rubro habilitado” ante la presencia de gente bailando. Tampoco poseía la cantidad de mesas y sillas correspondiente al rubro.
Además, sucedieron hechos de violencia vinculados directamente con el desarrollo de la actividad del establecimiento por parte de las personas que allí asistían, lo que generó la intervención de la Policía y la determinación del Departamento Ejecutivo por intermedio de la Subsecretaría de Prevención y Seguridad Ciudadana de resolver la clausura del comercio en diferentes oportunidades, siendo la última de ellas en fecha 3 de septiembre de 2012.
Esta medida fue llevada a cabo por orden del Juzgado de Faltas de la 1ª Nominación en virtud de que los titulares presentaron una acción de amparo.
Dado que ante las medidas preventivas que venía coleccionando el local y visto que no había respuesta favorable en cuanto al cumplimiento, “el Tribunal Municipal de Faltas, conforme la legislación vigente y haciendo un análisis de las conductas, por parte del infractor, verificadas por esta Dirección General resolvió el 14 de febrero sancionar a Carlos Dante Palacio –titular– con la caducidad de la habilitación”, informó el escrito oficial.