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Ay, Vladimir! Ay, Vladimir! Rusia y las diversidades sexuales

En los últimos días, el presidente ruso, Vladimir Putin, se despachó con la defensa de la familia versión “papá y mamá”, y la pretensión de prohibir constitucionalmente el matrimonio igualitario, y hasta incluir la fe en Dios en la Constitución

Instituto de Políticas Públicas LGBT+

En los últimos días, el presidente ruso, Vladimir Putin, se despachó con la defensa de la familia versión “papá y mamá”, y la pretensión de prohibir constitucionalmente el matrimonio igualitario, y hasta incluir la fe en Dios en la Constitución. Parece que para Vladimir seguimos siendo un riesgo, a pesar de las leyes para prohibir la “propaganda homosexual” que, evidentemente, no han surtido efecto.

Desayunos, chocolates, salidas, cenas a la luz de las velas, ramos de rosas, cartas y globos con forma de corazón. Postales que cada 14 de febrero, Día de San Valentín o de los Enamorados, inundan nuestros entornos. La tarea es celebrar el amor en todas sus formas, salvo que estés en Rusia.

Es que el país más extenso del mundo no se lleva bien con las “diversas formas del amor”. Sólo admite las que responsan al estereotipo heterosexual. Sino que lo diga su presidente, quien ha declarado: “Mientras yo sea presidente, no habrá matrimonio homosexual. No habrá progenitor uno y dos, habrá papá y mamá”.

Una promesa que suena a amenaza a perpetuidad. ¿Hace cuántos años que Vladimir es el líder de la Federación Rusa? ¿Por cuántos años más lo seguirá siendo? La perspectiva no es alentadora para nuestro colectivo en ese país.

Pero estas resistencias a respetar las diversidades sexuales no son nuevas. En junio de 2013 (veinte años después de haber sido despenalizada la homosexualidad en el país), el Parlamento ruso aprobó la ley que prohíbe la “propaganda homosexual” y dice buscar “proteger a los menores de la promoción de las relaciones sexuales no tradicionales”.

Así como se escribe, ni más ni menos

Esta supuesta “protección” implica en la práctica la prohibición de difundir cualquier contenido relativo a la visibilización de cualquier contenido relativo a las personas LGBT+ en internet, los diarios, la televisión o la radio.

También restringe estos contenidos en los espacios educativos, imponiendo fuertes multas a docentes y profesores que osen desconocer la ley. Y en la práctica implica la imposibilidad de realizar Marchas del Orgullo, por ejemplo, o que el colectivo de la diversidad sexual pueda organizarse a través de organizaciones que defiendan los derechos básicos.

Más allá de las dificultades que el colectivo de la diversidad sexual viene experimentando en Rusia, sin lugar a dudas la ley de 2013 contribuyó a que se intensificaran la estigmatización, el acoso y la violencia contra las personas LGBT+, legitimando la discriminación desde el propio Estado.

Las declaraciones “de amor” de Vladimir no hacen otra cosa que sumar capítulos a esta saga que, como buena novela, continuará. Ojalá con un final feliz, en el cual la revolución de la igualdad y el amor triunfen. De revoluciones y resistencias el pueblo ruso sabe bastante.

www.politicaslgbt.org

Los 70 del crimen y los 12 de la muerte

La restricción a la libre expresión y asociación por parte de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex y otras orientaciones sexuales e identidades y expresiones de género no normativas es sólo una parte de las barreras que las diversidades sexuales enfrentamos cotidianamente y que ponen en riesgo nuestra misma integridad.

Según el último informe de la Ilga (Asociación Internacional de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex) en la actualidad cerca de 70 países criminalizan la diversidad sexual en diversos grados. En 56 de esos países las penas pueden ir de 2 años a la cadena perpetua, y en otros 12 alcanzan la pena de muerte. Según registros de las organizaciones LGBT+, la mitad de esos 12 países ejecutan este tipo de sentencias en la actualidad.

Terminar con la criminalización y persecución al colectivo LGBT+ debe ser un objetivo central del accionar político de los organismos internacionales y los gobiernos de cada país. En este sentido la creación de la figura del Experto Independiente para la protección de derechos por orientación sexual e identidad de género en el seno del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la puesta en marcha de la Coalición para la Igualdad de Derechos (co presidida en la actualidad por Argentina y Gran Bretaña) son caminos a profundizar en esta materia.

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