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Babasónicos renovó el romance

El sábado, la banda presentó “Impuesto de fe” en un colmado teatro El Círculo.

“Qué barbaridad haber tenido que esperar para vernos de tan cerca”, reza “Puesto”, un tema que Babasónicos incluyó en su disco Anoche (2005) y que ahora, reversionado para Impuesto de fe, podría sintetizar lo que pasó el sábado en un teatro El Círculo colmado en su capacidad. Cercanos e íntimos, los músicos recrearon la experiencia de Desde adentro casi tal cual. En el especial de televisión del que se desprende el disco Impuesto de fe, los instrumentistas se formaron circularmente y entre el público; el sábado, sobre el escenario, formaron un semicírculo dejando que Dárgelos, en medio, despliegue su ya reconocido histrionismo.

Si bien no estaban entre el público, y más allá de que en un momento el vocalista apareció cantando entre los presentes, la cercanía se sintió todo el concierto: rompieron la famosa cuarta pared que los separaba de la platea para brindar uno de los shows más intimistas de sus ya 25 años de carrera.

La velada comenzó cerca de las 22. “El colmo” e “Irresponsables” fueron las elegidas para dar el puntapié inicial y una idea de lo que iba a pasar. Las nuevas versiones, algunas incluidas en Impuesto de fe y otras que eran escuchadas por primera vez, fueron desplegadas ante una platea que no dejó de cantar y que respondió a las arengas de Dárgelos cada vez que él se tomaba el tiempo para disfrutar de los aplausos y pedir más.

Entre los nuevos temas como “Vampi”, uno de los inéditos del disco que estaban presentando; los clásicos infaltables como “Putita” y algunas canciones de sus primeros discos como “Su ciervo” (Dopadromo de 1996), Babasónicos renovó su romance con el público local. “Todos los años, las entrañas de Rosario nos reclaman”, dijo en un momento el vocalista describiendo su sentir sobre la ciudad.

Capitulo aparte merece el despliegue de instrumentos que pudo verse sobre el escenario. Batería, bajo, guitarra, armónica, panderetas, teclados, un theremín y hasta un gong fueron algunos de ellos. Los instrumentistas: Diego Tuñón, Mariano Roger, Diego Castellanos, el genial Carlos Hernán Carcacha, conocido como Carca, y Diego Uma.

La sorpresa de la noche llegó con la interpretación de “Camarín”. Las luces, que fueron también protagonistas marcando los tiempos, espacios y climas, se apagaron  casi por completo. Un potente rayo de luz amarilla comenzó a reflejarse en el gong que oscilaba. La platea atenta disfrutaba de su sonido y el espectáculo que generaba el juego de luces, cuando de repente la voz de Dárgelos comenzó a oírse. Una luz blanca se posó en uno de los palcos del teatro donde apareció el vocalista cantando entre la gente. Respetuosos, filmando y sacando fotos, los que estaban alrededor disfrutaron de la cercanía, el resto aplaudió y ovacionó el gesto.

Sorpresa. Una de las perlas del show fue cuando Dárgelos se apareció cantando entre el público
Sorpresa. Una de las perlas del show fue cuando Dárgelos se apareció cantando entre el público.

El concierto duró casi dos horas y tuvo su despedida, la de rigor, con temas como “Rubí”, “Yegua” y “Soy rock”, entre otros, para dar paso a los bises entre los que sonaron “Chisme del zorro”, “Shambala” y “Natural”. Así, Babasónicos se despidió de Rosario sabiendo que va a volver el 16 de septiembre con esta nueva y destacada versión de si mismos.

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