Télam, por Laura Ferré
Joan Baez, un ícono de la poesía de protesta hecha canción, regresa al país para hacer dos recitales, el jueves 6 y el viernes 7 de marzo en el Gran Rex.
En relación a su figura, la artista afirmó: «Mi presencia guarda recuerdos, pero decidí no transnformarme en un objeto de culto para la nostalgia». «Estoy entusiasmada con esta gira. Volver a la Argentina, un país donde tengo muchos seres queridos, el país de mi gran amiga Mercedes (Sosa), donde viví situaciones duras durante los años oscuros. ¿Sabés de qué estoy hablando?» , dice la voz de Joan Báez del otro lado de la línea.
Ambos shows en el país integran la gira por Latinoamérica que la llevará a visitar Chile, Brasil y Uruguay y que se llama «Gracias a la vida», un título que eligió, señala, «por tantas razones ligadas a la historia, a la década del 70 y en homenaje a Violeta Parra (autora de la canción homónima que da nombre al tour)».
La dama, de 73 años, tiene en su haber más de 30 discos, un best seller discográfico bautizado «Gracias….» con canciones -ya devenidas himnos- como «La llorona» o «Te recuerdo Amanda» que estarán presentes en los shows.
«Pero no voy a instalarme en la nostalgia. Andaré por búsquedas nuevas y hasta puede haber algún invitado sorpresa», anuncia en entrevista con Télam.
Baez llama ella misma, sin representantes ni secretarios que medien y, durante la charla, se esfuerza por escapar del lugar de póster, de emblema del arte comprometido y pregunta por cómo vivimos aquí, que música se escucha y cómo se caminan las calles urbanas.
Consultada sobre su decisión por un repertorio obsesionado por la paz, destaca que ese fue «el tema que me trajo complicaciones en Argentina».
«Fui abucheada por hablar de la no violencia sobre el escenario la primera vez que vine en 1974, pero Mercedes se subió y logró la comunión y terminamos cantando todos juntos», relató.
Según la cantante, «no percibo a Latinoamérica más violenta que en otros momentos, aunque no soy una experta en el tema». «Me pone contenta el triunfo de Bachelet (Michelle) en Chile. Quiero llegar y mirar lo que sucede bien de cerca, ver qué me pasa con eso», acota.
El rol de la mujer como cronista y hacedora de su época siempre fue parte de su vida y subraya que «hay dos mujeres presidentas en América Latina: son fuertes, con carácter y la gente parece aceptarlas. Eso ya quiere decir algo». La pasión por el compromiso signa sus trabajos y alguna vez se autodefinió como alguien que «vivía en el foco de la tormenta», una fuerza que la llevó a «componer mis propios temas, aún sabiendo que nunca tendrían la belleza de las canciones de otros». «Lo hice hasta que volví a retomar la poética ajena», ríe a carcajadas.
Consultada por la vigencia del cancionero de protesta, su voz crece al asegurar que «rebosa de buena salud», y agrega: «Hay muchas motivaciones dando vueltas para que los temas nazcan y crezcan».
Su voz poderosa -y fragil a la vez- podrá disfrutarse durante los dos conciertos de marzo, donde estará acompañada por Dirk Powell en banjo, mandolina, guitarra, acordeón y teclados, y Gabriel Harris en percusión.
Para los devotos, promete recorrer algunos clásicos de Bob Dylan -con quien vivió un romance- como «Farewell Angelina» o «With God on Our Side» y al respecto señala que «la gente ama aquella historia de amor».
«No lo veo mucho a Bob, pero sólo porque a él lo social no lo tienta» y se despide no sin antes volver a reír. (Télam).-