La película británica Berberian Sound Studio, de Peter Strickland, ganó ayer el premio a la mejor película del 15º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), donde a su vez La Paz, brillante y emotiva historia de Santiago Loza, obtuvo el premio mayor de la Competencia Argentina. La película de Strickland, que también obtuvo el premio ADF al mejor director de fotografía por la labor de Nick Knowland, es un thriller psicológico donde un ingeniero de sonido británico llega a un estudio de grabación italiano, poblado de burócratas y vampiresas, para realizar el diseño sonoro de un film de horror del cual termina convirtiéndose en víctima.
Los premios fueron anunciados por el director artístico del Bafici, Marcelo Panozzo, quien estuvo flanqueado por su equipo de programadores y acompañado por el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, en una breve ceremonia donde además presentaron el nuevo “premio físico” del certamen porteño: la estatuilla de un búho blanco que también se ilumina en la oscuridad.
En la Competencia Internacional del festival, que concluyó anoche con la ceremonia oficial, la entrega de los premios y la proyección del film francés Au bout du conte, de Agnés Jaoui, hubo también un Premio Especial del Jurado para la película argentina Leones, ópera prima de la joven directora y artista plástica Jazmín López.
Los personajes de Leones se manifiestan como entelequias, almas en pena, fantasmagorías cautivas de un laberinto circular del cual no pueden escapar y en donde la genial cámara de Matías Mesa los sigue permanentemente en larguísimos y elaborados planos secuencias.
El jurado internacional integrado por Andrés Di Tella, Chinlin Hsieh, Marie-Pierre Macia, Peter Mettler y Veronika Franz entregó una mención especial al film suizo Playback, de Antoine Cattin y Pavel Kostomarov, y el premio al mejor actor a Francesco Carril, por Los Ilusos, del español Jonás Trueba.
María Villar, Agustina Muñoz, Elisa Carricajo y Romina Paula, protagonistas de Viola, del argentino Matías Piñeiro, que también ganó el premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci), compartieron el premio a la mejor actriz de la Competencia Internacional, donde el mejor director fue el estadounidense Matt Porterfield, autor de I Used to be Darker.
El cine argentino fue uno de los grandes protagonistas de este Bafici, con una competencia oficial muy pareja en la que un jurado integrado por Christoph Hochhausler, Dominga Sotomayor, Giovanni Maderna, Michael Wahrmann y Yulene Olaizola eligió a La Paz, de Santiago Loza, como el mejor largometraje de la sección.
Así, Loza recibirá un subsidio de 150 mil pesos otorgado por la Secretaría de Cultura porteña, además de servicios técnicos de conformado y corrección de color, efectos visuales, generación de una copia en formato DCP para su próximo proyecto, mientras que los cines Village le darán una semana de exhibición en todos sus complejos.
La Paz, que también obtuvo el Premio de la Asociación de Cronistas Cinematográficos (Acca), describe con una mirada tierna y luminosa el drama existencial de un joven de clase alta que sufre porque necesita ser aceptado por el mundo y encuentra en su mucama boliviana su único refugio afectivo.
Por su parte, convertido ya en un veterano de este festival, en el cual se vieron la mayoría de sus películas, el prolífico Raúl Perrone recibió el premio al mejor director de la Competencia Argentina por P3ND3JO5, una “cumbiópera” en blanco y negro y muda, en la que aborda diferentes problemáticas adolescentes, lo que es ya una constante de toda su obra.
Perrone recibirá así un subsidio de 10 mil pesos del Ministerio de Cultura porteño además de cuatro semanas de rodaje y post producción de sonido entregados en conjunto por las empresas Alta Definición Argentina y La Burbuja Sonido.
En la misma sección, el jurado entregó una mención especial a El loro y el cisne, tercer opus de Alejo Moguillansky, que renueva la voluntad lúdica y dinámica que ya había demostrado en Castro hace algunos años, esta vez con una comedia romántica sobre un sonidista que se enamora de una de las bailarinas de uno de los ballets que está documentando.
En tanto, en la Competencia Vanguardia y Género, una nueva sección inaugurada este año por el Bafici, el gran premio fue para Arraianos, del español Eloy Enciso Cachafeiro; el premio al mejor largometraje fue para Joven y alocada, ópera prima de la chilena Marialy Rivas, y el premio al mejor corto fue para A Story for the Modlins, del español Sergio Oksman.
El premio al mejor cortometraje argentino fue para 9 vacunas, de Iair Said, mientras que el segundo premio fue para Yo y Maru 2012, de Juan Renau, al tiempo que La mujer perseguida, de Jerónimo Quevedo, y Un sueño recurrente, de Santiago Esteves, recibieron sendas menciones especiales.
Por último, el premio del público a la mejor película Baficito fue para Rodencia y el diente de la princesa, de David Bisbano, el Premio del Público I-Sat Cinecolor fue para Ramón Ayala, de Marcos López, y el premio de la Competencia Derechos Humanos fue para Materia oscura, de los italianos Massimo D’Anolfi y Martina Parenti.