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Bajante del Paraná: controlan el Delta ante posibles nuevos incendios

El río está atravesando una nueva bajante histórica, similar a la del año pasado. "Expone una gran área de territorio de islas que al secarse genera material combustible susceptible de quemarse, especialmente en invierno", explicó el secretario de Ambiente de Entre Ríos, Martín Barbieri

La Secretaría de Ambiente de Entre Ríos, aseguró este martes que continúa «monitoreando la situación» en el delta del río Paraná ante la nueva bajante de las aguas que genera material combustible en territorio de islas, y recordó que aún se encuentra vigente la prohibición de hacer cualquier tipo de quemas sin autorización.

«El río Paraná está atravesando una nueva bajante histórica que se asemeja a la del año pasado, y expone una gran área de territorio de islas que al secarse genera una cantidad de material combustible susceptible de quemarse, especialmente en invierno», explicó el secretario de Ambiente, Martín Barbieri.

Por ese motivo, recomendó «extremar los cuidados y no generar incendios que puedan derivar en grandes quemas», y recordó que en Entre Ríos «está prohibido quemar sin autorización y en la zona de islas», donde -además- corre una medida cautelar dispuesta por el Juzgado Federal de Paraná.

Dicha medida judicial prohíbe de manera «absoluta, acciones humanas con capacidad de alterar el medio ambiente».

En tanto, desde el gobierno de Entre Ríos explicaron que «es necesario extremar las medidas de prevención y monitoreo» a pesar de que en los últimos meses no se detectaron incendios de magnitud, ni puntos de calor.

Durante el 2020, los incendios en esa zona provocaron graves daños y gran cantidad de humo y cenizas que cubrieron a varias ciudades por lo que la provincia de Entre Ríos inició causas judiciales ya que consideró que fueron generados para «obtener rebrote como forraje para el ganado, limpieza de la zona y pesca y caza».

En la zona de las islas del delta del Paraná, los fuegos provocaron la pérdida de flora y fauna autóctona, pusieron en peligro la vida y las viviendas de lugareños, y generaron graves daños y gran cantidad de humo y cenizas que cubrieron a varias ciudades.

En ese entonces, el gobernador, Gustavo Bordet, decretó la emergencia ambiental debido a «la degradación de los humedales y los efectos negativos en la salud».

Asimismo, se instalaron torres de videovigilancia, y la Nación envió aviones hidrantes, helicópteros y personal para reforzar las acciones sobre los incendios; quienes se sumaron a brigadistas de distintas fuerzas de Entre Ríos, Chubut y Neuquén, quienes evitaron incendios de viviendas y salvaron animales autóctonos.

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