Las vacantes nacionales para el ingreso de investigadores al Conicet a bajaron a la mitad. De los 600 que entraron a principios de año, en 2019 ingresarán 300: serán 150 para proyectos abiertos y 150 para estratégicos. También convocarán a ocupar otros 150 cargos en universidades y organismos nacionales que cuenten con menos de 100 investigadores.
No se sabe qué porcentaje de investigadores ingresará en Rosario. Lo cierto es que la Universidad Nacional de Rosario no podrá solicitar cargos porque los investigadores que trabajan ahí superan el límite permitido para pedir nuevas incorporaciones.
Para el director de Conicet Rosario, Roberto Rivarola, la situación es compleja. Al recorte de ingresos se suma la demora en la entrega de dinero para financiar investigaciones y equipamientos, la falta de presupuesto para 2018 y la no designación de un director para el área de ciencias exactas y naturales.
“Desde el año pasado hubo una reorientación de la ciencia hacia la aplicación tecnológica. Se redujeron los puestos accesibles en función de una política de achicamiento. Las más perjudicadas fueron las áreas de ciencias sociales y humanísticas. Es un problema de fondo y de modelo de país”, explicó Rivarola a El Ciudadano.
Menos cargos
Desde la creación en 2007 del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva ingresaron al Conicet un promedio de 600 investigadores por año. En 2015 de forma excepcional fueron más de 900. Con la asunción de Cambiemos las vacantes volvieron a 600 y el recorte para el 2019 será mayor. En dos semanas Conicet abrirá los llamados nacionales para el ingreso de la mitad de los becarios que el año pasado.
Habrá 150 vacantes para proyectos abiertos de investigación básica y otros 150 para los estratégicos: los aplicados al sector tecnológico y productivo.
La proporción de vacantes fue otra de las variables que se modificó en los últimos años en función de las nuevas políticas. Si antes los ingresos se dividían en cuartos, con un porcentaje menor para las áreas orientadas, la ecuación actual vuelca la mitad de los recursos hacia áreas estratégicas.
“Está bien plantear que tengamos un direccionamiento hacia el sector socio productivo. El problema es que no son avances graduales. Sufren áreas como las ciencias sociales y humanísticas. Si sos biólogo te podés acomodar en temas estratégicos. Para los cientistas sociales es más difícil”, explicó Rivarola.
Además de los 300 cargos para Conicet, se abrirán otras 150 vacantes para trabajar en universidades y organismos nacionales que cuenten con menos de 112 investigadores. El límite excluye a las grandes casas de estudios como la Universidad Nacional de Rosario que emplea a más de 100 investigadores de Conicet.
“Es una manera de ayudar al desarrollo de organismos y universidades más pequeñas. Además de la convocatoria, tienen que crearse las condiciones para que los investigadores puedan trasladarse hasta los institutos y tener una permanencia que les permita crear líneas de investigación y un grupo de trabajo”, agregó.
Sin caja
El director del Conicet Rosario aseguró que aún no llegó el dinero para financiar los proyectos de investigaciones anuales y de las denominadas unidades ejecutoras (UE). Se trata de proyectos destinados a reunir a la mayor cantidad de investigadores que trabajan en los distintos institutos bajo un objetivo común y potenciar el conocimiento. La primera tanda de proyectos se aprobó 2016 y la segunda en 2017. Reciben financiamiento, equipamiento y personal como becarios o técnicos. Sólo entraron los becarios y el personal de apoyo lo hizo bajo la modalidad de becas post doctorales ya que no hubo dinero para ellos. Los proyectos de 2016 recibieron un cuarto del financiamiento y los de 2017 aun no vieron un peso.
“No se efectivizaron ingresos de dinero. Se retrasa la ejecución de los proyectos y la posibilidad de cumplir los objetivos”, dijo Rivarola.
Tampoco llegó el equipamiento. Rivarola explicó que si bien había sido aprobado por Conicet, la adjudicación pasó a una segunda instancia que dependerá de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
“A través de ciertos llamados la Agencia puede proveer de equipos y becas. Los equipos que habían sido aprobados por Conicet se presentaron al llamado con el compromiso de ser aceptados. Los grupos elevaron notas al directorio porque en muchos casos presentaron dos proyectos y la Agencia adjudica solo uno. Conicet dijo que procurará conseguir fondos de otras fuentes”, señaló.
La medida no sólo retrasa la entrega de equipamiento para los proyectos aprobados, sino que recorta la posibilidad para que nuevos proyectos salgan adjudicados a través de los llamados de la Agencia.
Presupuesto congelado
“No tenemos aprobado el presupuesto de Conicet para el año. Van enviando dinero que vamos distribuyendo a medida que va llegando. No hay ingresos de personal de apoyo, de técnicos y tampoco de contratos para administrativos”, cuestionó Rivarola y estimó que el presupuesto será el mismo que en 2017.
“No considera los incrementos de costos de vida, la inflación y el aumento en los servicios. Tenemos que solventar los incremento de energía y de gas que hay que pagar con los únicos recursos que nos dan”, agregó el funcionario y dijo que la última boleta de luz que recibieron fue de 680 mil pesos para el predio de la Siberia.
Apuran la designación de un director para ciencias exactas
Hace dos años Conicet eligió directores para las grandes áreas de ciencias exactas y naturales, y ciencias agrarias, ingeniería y materiales. A fines del año pasado se nombró a Miguel Laborde como director para el área de ciencias agrarias. Para ciencias exactas y naturales el nombramiento se postergó. Habían sido electos Roberto Salvarezza, Roberto Rivarola, y Gerardo Burton de Buenos Aires. Salvarezza asumió como diputado y aun no decidieron nuevo director. Ante un amparo presentado por Salvarezza, la jueza federal María Alejandra Biotti dictaminó el pasado 9 de abril que la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación tiene 20 días hábiles para designar un director y normalizar la situación.