De esta forma, los ministros avanzaron en promover la vuelta a las clases presenciales para los alumnos que finalizan los ciclos de primaria y secundaria y los que no tuvieron ningún contacto con la escuela durante la pandemia y que viven en las urbes de más de 500.000 habitantes.
Los funcionarios mantuvieron reuniones virtuales con el ministro de Salud, Ginés González García, y el de Educación, Nicolás Trotta, a quienes les relataron las realidades que atraviesan en sus localidades y los mecanismos que se deberían adoptar para volver a las clases presenciales en los grandes conglomerados.
Las actividades escolares que se desarrollarían y la elaboración de un indicador epidemiológico son los aspectos que se terminarán de definir mañana, cuando los equipos educativos de cada una de las provincias se reúnan con los de salud de cada jurisdicción para terminar de delinear un protocolo para cada uno de estos conglomerados que incluye a la Ciudad de Buenos Aires.
Las diferentes provincias debatieron diversas propuestas de revinculación de los alumnos con la escuela en el caso de los que no las han tenido desde marzo pasado, cuando se suspendieron las clases presenciales.
Incluyeron además a los alumnos que finalizan los ciclos tanto primario como secundario, para quienes también el Ministerio de Educación previó que realicen un módulo especial, entre febrero y abril del año que viene, con el fin de que terminen de cerrar ese ciclo.
Las actividades educativas no escolares que se debaten realizar en las grandes urbes son aquellas relacionadas con las actividades artísticas, deportivas, y recreativas, entre otras en espacios abiertos y habilitar acciones en las escuelas con estudiantes del último año de primaria y secundaria junto a sus familias.
«No hace falta la vacuna para volver a clases, pero tiene que haber datos objetivos que nos permitan dar pasos seguros», dijo Trotta antes de ingresar a la reunión.
El 2 de julio pasado la cartera educativa nacional elaboró un protocolo marco para el regreso seguro a clases en aquellas regiones del país en que la situación epidemiológica lo permitiera.
Tras una reunión entre las autoridades educativas de la Ciudad de Buenos Aires y del Ministerio de Educación de la Nación, se avanzó en la idea de elaborar un índice epidemiológico para estas grandes urbes que, de otra manera, en ningún modo iban a poder alcanzar un nivel bajo o nulo de circulación del virus antes de fin de año, tal como refiere el protocolo.
Este índice propone niveles bajo, mediano o alto para clasificar los lugares o regiones que cuentan con mayor o menor peligro de que las actividades escolares sean propagadoras del virus.
«En todas las provincias que regresamos pusimos prioridad en los que terminan nivel, como ocurrió en la provincia de San Luis o en Formosa, que ya lleva más de un mes de dictado de clases presenciales», afirmó Trotta.
Al momento, las provincias que han regresado y pudieron sostener la reapertura de escuelas son La Pampa, Formosa y San Luis, mientras que en San Juan, Catamarca y Santiago del Estero se dieron pasos en el retorno pero tuvieron que dar marcha atrás por el aumento de casos, que si bien no se relacionó a las instituciones educativas, hicieron pasar a Fase 1 a los distintos territorios provinciales.