Roberto Lenzi sabe que vienen meses difíciles. Desde principio de año las ventas de las heladeras Briket que fabrica junto a más de 300 empleados cayeron un 50 por ciento porque los aparatos chinos, brasileros y mexicanos entran cada vez más a competirle. Son un 20 por ciento más baratos que los nacionales y, en un contexto de baja en el poder adquisitivo, terminan siendo la opción sensata.
El año pasado Lenzi, presidente de una de las fábricas más grandes de Argentina, apostó a uno de los mandatos del gobierno nacional: recortó las horas extras de los empleados e invirtió 50 millones de pesos para modernizar la planta de Ovidio Lagos al 7000. El problema es que aún no pudo poner a andar las máquinas porque no consigue un crédito en un banco con una tasa no atada a la convulsión financiera de mayo.
A la industria de línea blanca llega el invierno, la temporada baja por tradición, y el Mundial de Rusia que mete la cola como prioridad para el hogar. Una de cal y una de arena. El frío tampoco parece ayudar a los productores de calefones y termotanques. Este martes en San Luis, una fábrica decidió no continuar los contratos de más de 100 operarios porque no pueden competir con los aparatos chinos.
En baja
Desde el año pasado la fábrica Briket trabaja en dos turnos y a diferencia de la década pasada no ofrece a los trabajadores horas extras para producir más. «Las ventas cayeron entre marzo y abril por el aumento de la importación y la baja en el poder adquisitivo de las personas. Tratamos de hacer todo lo posible para modernizarnos, pero la situación en los bancos no ayuda», dijo a este medio el presidente de la firma que el año próximo cumplirá 70 años.
Según el empresario, no van a reducir personal y cuidarán los gastos hasta llegar al verano con la esperanza de que no haya un ingreso desmedido de productos de China, Brasil y México. “Va a ser un semestre complicado. Tenemos la misma tecnología que los países que importan, pero nuestros costos hacen que no podamos exportar y suframos la baja en el mercado local. Te empuja a achicar o cerrar», señaló y habló del problema de fondo: qué hacer con la competencia con los productos importados.
Según Lenzi, la secretaría de Comercio de la Nación, la encargada de regular qué productos entran y salen del país, cambió la forma de trabajar en 2018. «Ya no es necesario para los países que traen mercadería pedir una licencia y ser evaluados para ver qué traen y cómo trabajan», señaló el empresario. La versión respaldó los datos publicados este martes por el ex ministro de Producción y actual diputado del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS), Luis Contigiani.
“Durante el primer trimestre de 2018 se importaron 135 por ciento más heladeras que el año pasado”, escribió en redes sociales. El radical también describió que casi la totalidad de las fábricas de heladeras del país están en el sur de Santa Fe. Además de Briket, están las plantas de Electrolux (antes Gafa), Bambi, El Dorado Inelro, entre otras. Trabajan en la Cámara Argentina de Industrias de Refrigeración y Aire Acondicionado (CAIRAA). «No estamos en contra de las importaciones. Hay muchos productos de alta gama donde no competimos y está bien. El problema es que flexibilizaron las condiciones de traer productos y ahora pueden entrar la cantidad que quieran sin licencia. Es una invitación para productores grandes, que tienen otros costos, de avanzar con todo», concluyó Lenzi.