Le faltaba un día para cumplir 18 cuando quedó involucrado en uno de los atentados que sufrió el Ministerio Público de la Acusación en agosto de 2018. Quedó a disposición de la Justicia de menores tras su detención y al dictársele la prisión preventiva, fue derivado a la cárcel de Piñero. Su defensor apeló la decisión y el viernes pasado el camarista Alfredo Ivaldi Artacho confirmó la medida cautelar. Tras la finalización de la audiencia, el detenido comenzó a llorar y gritar, circunstancia en la que se paró de la silla y le pegó una patada a la puerta de acceso de los detenidos a la sala 4 del Tribunal. Por este hecho se le inició una nueva causa penal en su contra por daño calificado.
Cerca de las 2.45 del 14 de agosto de 2018, el frente de la sede del Ministerio Público de la Acusación ubicado en calle Montevideo al 1900 fue baleado desde un auto. Según la imputación, Matías César –pareja de Lucía Estefanía Uberti–, tomó la orden de atacar el lugar y el día previo a la balacera junto a su novia le encargaron Matías Ezequiel F. –entonces de 17 años–, el ataque a cambio de 20 mil pesos para lo que le dieron un arma.
La Fiscalía explicó que la noche previa al ataque, Uberti realizó tareas de inteligencia en la zona y pasó en un Chevrolet Cruze por el lugar junto a su hijo y filmó la fachada. Cerca de las 2.45 pasó un Renault 9 del que partieron los disparos. La teoría fiscal afirmó que José Alberto C. iba al volante junto a Matías F. y su hermano Leonel y dispararon al menos en 6 oportunidades contra el frente.
El auto huyó pero fueron ubicados por un móvil del Comando Radioeléctrico que intentó identificarlos y se inició una persecución. El auto se detuvo en Crespo y Changay, donde le dispararon al auto policial. Siguieron hasta Crespo y 24 de Septiembre cuando se detuvieron y dispararon otra vez contra la policía. Continuaron la marcha y en Iriondo y Saavedra, los hermanos se bajaron y huyeron a pie mientras el chofer continuó por unas cuadras más. Finalmente fue detenido en Avellaneda y Seguí.
En octubre, varios de los sospechosos cayeron presos. Pero como Matías F. era menor al momento del hecho quedó a disposición de la Justicia de menores que lo derivó, en arresto preventivo, a la cárcel de Piñero. Allí fue sometido al régimen de preso de alto perfil.
La decisión de dejarlo detenido preventivamente fue apelada por su defensor Nelson Flores. Planteo que resolvió el viernes pasado el camarista Alfredo Ivaldi Artacho, quien confirmó la decisión.
Tras finalizar la audiencia y retirarse el fiscal, la asesora de menores y el magistrado, se dispuso su traslado, explicó una fuente.
«En ese momento Matías F. comenzó a llorar. Ya con las esposas puestas levantó la voz y se paró de la silla en la que estaba sentado haciendo bruscos movimientos que terminaron con una patada contra la puerta de acceso de los detenidos a la sala generando un agujero en la madera, indicaron. Por esta circunstancia, además de la causa por la balacera enfrentará una investigación por daño agravado», describieron fuentes judiciales.