La diputada provincial y ex ministra de Educación Claudia Balagué celebró la gran convocatoria que obtuvo el reclamo contra el ajuste a las universidades, aunque lamentó los recortes del gobierno nacional y provincial. Habló de un “clima de época” que cuestiona lo estatal y consideró que el gobierno provincial está en una etapa de “mimetización” con el gobierno nacional tras algunas políticas implementadas, como por ejemplo, la reforma previsional. En ese aspecto, cuestionó que sus pares del socialismo hayan votado a favor de la ley del Ejecutivo y señaló que la mayoría absoluta de Unidos en ambas cámaras limita la posibilidad de discutir otros temas de agenda. En cuanto a la posibilidad de debatir una reforma constitucional se mostró a favor de una reforma total que permita incorporar nuevos derechos y modificar, entre otros aspectos, que el bloque con mayor votos obtenga la mayoría absoluta para ampliar la discusión.
—¿Qué opinás del desfinanciamiento de la universidad?
—Me genera sensaciones contradictorias. Por un lado, me parece buenísimo que la educación pública sea el tema que ha convocado a la mayor cantidad de actores políticos, organizaciones y gente de la sociedad que siente el compromiso de defender la educación pública. Todavía defendemos y entendemos que la educación junto con la Ciencia y Tecnología en el marco de la soberanía nacional es el camino para sacar a una nación adelante. Por otro lado, la terrible sensación de que hay un gobierno nacional que está totalmente decidido a destruir lo público y, en ese marco, engloba también a la educación y a la universidad. Los embates han sido fuertísimos desde dejar de financiar el Fondo de Incentivo Docente que afectó a todas las provincias, un desfinanciamiento sistemático de los programas nacionales, el Infod de Formación Docente, equipamiento para, por ejemplo, el Conectar Igualdad que fue un programa interesante en Argentina, y la infraestructura edilicia. Por supuesto, la afectación de los salarios docentes es tremenda. Los docentes universitarios se han formado toda la vida y se han sacrificado para pertenecer a una academia universitaria y hoy se sienten totalmente desvalorizados.
—¿Cómo ves la situación en la provincia?
—En la provincia también lo veo complejo porque se ha dado un clima de época en el que parece que van todos contra los docentes. El gobierno provincial también se suma un poco a eso. Empezó planteando que los docentes tenían una dinámica de faltas en las clases y que había que volver a instalar el presentismo, que fue lo mismo que hizo en su momento Carlos Reutemann. Hubo un concurso de ascenso docente que ha sido un fracaso porque no hubo ni la capacitación, ni la tecnología, ni todo lo necesario cuando estamos hablando de cargos de directores o supervisores que son muy importantes para el sistema educativo y merecen el mejor de los acompañamientos y la mejor de las evaluaciones. Los docentes se sienten muy desvalorizados y creo que no hay sistema educativo que funcione si el docente no se siente valorado y acompañado en su función, que es cada vez más difícil porque el clima social es de absoluto deterioro, los índices de pobreza aumentaron como nunca en Argentina y eso impacta en la escuela donde el docente se hace cargo también de muchas de esas cosas.
—En época de crisis se complejiza la tarea docente…
—Es muy compleja la tarea del docente desde ver cómo junta unos pesos para comprar unas zapatillas a un nene que no puede ir porque no tiene zapatillas, hasta atender el comedor escolar que cada vez es más demandante. Ver situaciones de violencia intrafamiliares o en el barrio, chicos que necesitan salir a cartonear con los padres. Todo eso tiene un impacto porque los chicos llegan cansados, sin comer bien, sin muchas ganas de hacer muchas cosas en la escuela por todo lo que vienen viviendo. Entonces, al docente todo eso le impacta día a día y tiene que buscar la forma de salir adelante. Esa tarea hay que valorarla y mucho. Lo mismo podría decir de quien hoy trabaja en un club de barrio o atiende situaciones en una vecinal o una ONG, pero el tema es la dimensión de la escuela. La escuela es la única institución del Estado que abarca todo el territorio, desde la escuela más chiquitita en la ruralidad, hasta la gran escuela con miles de estudiantes y todos los niveles educativos. Todas esas situaciones son atendidas por docentes.
—¿La provincia no se está apoyando lo suficiente la lucha docente?
—Me parece que no, porque se ha tratado de generar alguna estigmatización. Lo mismo pasó con la reforma previsional donde uno de los más perjudicados es el régimen previsional docente por el cambio de las edades, el 82% móvil y otras reformulaciones. Hoy vemos, por un lado, una enorme cantidad de docentes que se hubiera querido jubilar con el régimen anterior y otros que lamentan haber pasado a este régimen. El impacto y el perjuicio es real.
—¿Ves un acercamiento en las políticas del gobierno provincial a las del gobierno nacional?
—Creo que hay una especie de mimetización, de censar un clima de época que va hacia determinado lugar y que a lo mejor es útil políticamente. A lo mejor en el aspecto en que la política se transformó en un estilo de marketing también han censado que eso puede generar una mayor cantidad de votos y por eso se van tomando, en algunos aspectos, actitudes similares. Creo que como todo clima de época va a cambiar y lo importante van a ser las personas que sostuvieron valores, ideales, propuestas y que trabajaron por lo que siempre pensaron. Estas idas y vueltas al final del camino no son las que te posicionan como un político respetable. Ya la política está bastante devaluada y bastante desprestigiada, si además tenemos estas idas y vueltas y no tenemos una coherencia en nuestras definiciones políticas la cosa va a ser mucho peor.
—Un desprestigio de la política que escaló en los últimos tiempos…
—Pegarle a la política en el fondo también es pegarle a un montón de cuestiones que hacen a la organización de una sociedad, a la democracia, a la participación, a la libertad de expresión y a un montón de cosas. Por supuesto que hay un montón de gente que ha cometido una enorme cantidad de errores o que directamente se aprovecha de un puesto político para hacer negocios propios. No lo vamos a negar porque es parte de la realidad, pero otra cosa es negar la política como instrumento de transformación social, como instrumento democrático que permite que la gente se forme, participe e intente construir una sociedad mucho más justa, que en definitiva para eso está y a eso tenemos que seguir abonando y no dejarnos llevar por los climas de época.
—¿Cómo ves el debate legislativo en general y la posición que tomó el Frente Progresista en particular, por ejemplo, en el debate de la reforma previsional?
—Sigo perteneciendo al Partido Socialista, nada más que conformamos una línea interna diferente que se llama Bases y decidimos que el frente político que hoy mejor representa las ideas socialistas es el Frente Amplio por la Soberanía. El otro frente tomó otra definición y, de alguna manera, creo que es contrario a muchas otras cosas que hizo el socialismo cuando fue gobierno. El 82% móvil fue la bandera de Hermes Binner en su momento y en todos nuestros gobiernos eso fue sostenido y defendido, al igual que un montón de cosas en las que se avanzó como por ejemplo en el régimen previsional, laboral y la paritaria docente. Los comité mixtos de salud y seguridad también fueron leyes del socialismo, junto con muchísimas otras conquistas y deudas. Ir en contra de eso solo por aprovechar este momento que parece que políticamente va para ese lado no nos parece lo correcto.
—¿Es el momento para una reforma constitucional?
—Creo que siempre se tomó como justificativo que no es el momento. Nunca vamos a encontrar el momento perfecto para hacer una norma quizás. Y la verdad es que la Constitución de la provincia de Santa Fe tiene más de 60 años, fue inspirada en la Constitución italiana del 47, osea que no tiene nada que ver con el mundo actual. En ese momento, también se hizo en un marco de tensión política muy fuerte atravesado por la dictadura. Hoy podemos pensar con total libertad una reforma que garantice un montón de derechos, ampliando los ya consagrados en la normativa nacional, en la reforma del 94, en los pactos internacionales, en convenciones que han ido avanzando, en un montón de cosas en derechos humanos y tenemos que llevar nuestra Constitución a eso. Por otro lado, los nuevos derechos. El mundo también cambió y hoy tenemos que pensar muy fuertemente en el derecho a un ambiente sano, en el derecho al agua, el derecho a la identidad y tantos otros que se han ido consagrando y que nosotros tenemos que tomar en la provincia. Creo que si hacemos las cosas bien, podemos hacer una constitución de vanguardia. Por supuesto que va a haber mucho debate y distintas posiciones políticas, pero en definitiva va a ser la gente en las urnas la que elija a los constituyentes, elegirá la representatividad que sienta mejor para este momento y podremos dar los debates necesarios.
—¿Cuáles creés que van a ser los puntos más polémicos?
—Los puntos que siempre han trabado todas las reformas constitucionales tienen que ver con cuestiones más bien prácticas de organización del poder. Los temas de las reelecciones, no sólo del gobernador, sino la reelección indefinida de senadores, de diputados, de intendentes y de concejales hay que reverlo. Cuando los poderes se cristalizan de esa manera terminan haciendo mini feudos territoriales y eso tampoco le hace bien a la democracia. Muchas veces todo se enreda en esos debates y en los acuerdos políticos. Esto no tiene que ser un pacto de Olivos a la santafesina, porque realmente no puede centrarse en eso una nueva Constitución provincial. Tenemos que ver las cosas de fondo que nos permitan ver los nuevos derechos que hay que consagrar en una norma aggiornada a los tiempos actuales.
—¿Vos tenés algún proyecto presentado en ese sentido?
—Presenté un proyecto desde el Frente Amplio por la Soberanía que es el único que habla de reforma total, precisamente para no entrar en esos diálogos de las cuestiones más chiquitas. Para nosotros la reforma tiene que ser total y planteamos cuáles serían los ejes rectores que nos permitirían tener una constitución interesante en Santa Fe.
—¿Y hay algún posicionamiento con respecto a la reelección?
—No planteamos nada de ese tipo de temas. Creemos que los constituyentes electos con el poder que les da el pueblo tienen que reunirse y definir sin ningún pacto previo. Eso nos parece lo más transparente, lo más adecuado y lo que es viable para poder avanzar definitivamente después de tantos años.
Vamos a votar una ley que habilita la reforma parcial o total. Nosotros vamos por una reforma total. En la reforma parcial suelen darse negociaciones en algunos puntos entre algunos partidos.
—¿Y cómo se va a saldar ese debate?
—Públicamente todavía no empezó, aunque seguramente hay reuniones privadas de los distintos frentes políticos donde se está hablando de algunas cosas. Nosotros como frentes somos reformistas, creemos que tiene que haber una reforma en la provincia de Santa Fe. La legislatura es compleja, particularmente la Cámara de Diputados, porque tiene mayoría automática de la lista que gana, así gane por tres votos. Eso hay que cambiarlo y hacerlo más representativo de la voluntad popular, totalmente distribuido por sistema D´Hondt. Quizás muchas leyes que propone el oficialismo no saldrían o saldrían diferentes o reformuladas si la cámara tuviera hoy esa composición. Lamentablemente hoy lo que sale es lo que propone el oficialismo. Es muy difícil debatir otra ley y es muy difícil hasta que salgan del debate de comisiones otras leyes. Luego está el Senado santafesino, ultra conservador, que nunca quiso sacar una ley de Educación para la provincia. Somos la única provincia en el país que no tiene ley de Educación provincial y así un listado enorme de cosas importantísimas que nunca atravesaron el Senado.
—¿Considerás que esta mayoría condiciona ciertos debates o que ciertos temas entren en la agenda más allá de los planteados por el Ejecutivo?
—Sí, totalmente. Esta misma composición de la Cámara habilita que teniendo mayoría en Diputados y en Senadores prácticamente se trate solo lo que propone el Ejecutivo. Es muy difícil que salgan otras leyes y otras propuestas por excelentes que sean. Ése es un problema actualmente.
—¿Qué temas falta instalar en la agenda legislativa? ¿Tenés proyectos al respecto?
—Nosotros tomamos algunos ejes que nos parecen importantes y presentamos muchos proyectos en esos ejes. Por supuesto, educación, pero también salud, ambiente y los vinculados a los derechos del niño, la niña y el adolescente. En este último tema tenemos un proyecto muy importante que es el de las comisiones por la verdad para que todos los casos de abuso sexual infantil que no hayan tenido justicia por prescripciones de las causas o porque no se hayan denunciado en su momento puedan tener una comisión al estilo Conadep. Esto existe en otros países y es muy interesante porque son comisiones que recaban información, tanto institucionales como familiares, con distintos tipos de denuncias y permite instancias de reparación para esas víctimas. Me refiero al estilo Conadep porque un abuso sexual en la infancia es considerado un proceso de tortura que deja marcas para toda la vida. Esa ley la estamos impulsando con muchísima fuerza, al igual que la ley de Educación, de Educación Virtual, de Salud, de cuidado de los humedales, de reparación de zonas incendiadas en los humedales y de cómo preservar el uso del suelo. Ahora estamos trabajando en una ley de Educación Superior en Santa Fe que contempla toda la reglamentación y el funcionamiento de los Institutos de Formación Docente y de los Institutos Técnicos donde se forman profesionales en muy distintas áreas en la provincia. Para nosotros es importante ante esta embestida sobre la educación pública proteger algunas instituciones que han liderado históricamente la educación santafesina. Tenemos muchísimos más, pero todos los proyectos para nosotros son muy importantes para la provincia y damos el debate cotidianamente.
—¿En qué instancia están estos proyectos?
—Algunos ya salieron de la comisión, otros están en comisión. El proyecto de prevención de ludopatía, que es otro que nosotros encabezamos y sobre el cual varios bloques políticos han presentado proyectos, inclusive en el Senado, ya salió de la comisión de Educación y creo que va a tener finalmente una ley porque hay mucha coincidencia entre los distintos bloques políticos. El resto está en comisión, en debate, los estamos empujando y esperemos que si no es este año, el que viene puedan salir.