La violencia no para en el Parque. Los barras son los dueños del miedo y los discursos de funcionarios, políticos y dirigentes dejan de ser creíbles cuando los violentos entran en acción, sin que nadie pueda impedirlo. Con una impunidad que asusta.
Esta vez, la lucha por el poder dentro de la hinchada de Newell’s sumó un nuevo capítulo anteanoche, cuando desconocidos balearon el frente del edificio de Rodríguez al 1600 en el que vive Claudio “Tiki” Martínez, el secretario de la actual comisión directiva.
Si bien los investigadores no identificaron a los pistoleros, ni se aventuraron a contextualizar el tiroteo, diferentes voceros consultados por El Ciudadano vincularon el ataque a una acción mafiosa realizada por una banda que pretende adueñarse de la barra leprosa.
Minutos después de las 22.30 del jueves, un auto que circulaba por calle Rodríguez cruzó Montevideo, bajó la velocidad, recorrió despacio los primeros metros y a mitad de cuadra uno de sus tripulantes sacó un arma por la ventanilla y disparó hacia la derecha siete proyectiles. Uno se incrustó en el parabrisas trasero de un auto estacionado y otros tres pegaron en una columna; los restantes cuatro impactaron de a pares en el portón y la puerta de ingreso de un edificio. No hubo lesionados.
Luego de que vecinos denunciaran lo que había ocurrido, el esclarecimiento del hecho quedó a cargo de la Unidad NN del Ministerio Público de la Acusación. Ayer a la mañana los investigadores recogieron plomos y esquirlas de la escena del crimen; entrevistaron vecinos y recolectaron filmaciones de diferentes cámaras de seguridad de la zona. Desde la fiscalía no se ventilaron hipótesis sobre los motivos del ataque. Sin embargo, diferentes fuentes del caso están convencidas de que el tiroteo fue un aviso mafioso para Claudio “Tiki” Martínez, que vive en el edificio baleado.
Fuentes consultadas que conocen en detalle la vida interna del club encuadraron el ataque en un mensaje de una facción leprosa, con mucha presencia en zona sur, que pretende quedarse con la comandancia de la barra brava y para ello busca el aval de la comisión directiva. Algunos incluso aseguran que los responsables del ataque tenían un acuerdo con los dirigentes, que no fue respetado. “El problema viene de hace rato; pero con lo de Tiki se pasaron los límites. Antes estas cosas se hacían cara a cara. Atacar el lugar donde vive la familia es una ruptura total de los códigos”, explicaron los allegados.
Petiso y bravo
Los problemas intestinos en la barrabrava de Newell’s no son nuevos. Desde la detención de Diego “Panadero” Ochoa, en agosto de 2013, la tribuna leprosa quedó acéfala. Durante un tiempo la comandancia se dividió entre tres lugartenientes que administraban los movimientos y rendían cuentas ante el capo preso, con Nelson “Chivo” Saravia como líder identificado en el club.
Sin embargo, según lo que cuentan allegados, el poder de Ochoa se fue resquebrajando a medida que pasaba el tiempo y se vio obligado a negociar su lugar. “El Panadero entregó las banderas a cambio de protección en la cárcel”, señalaron.
En medio de esta disputa, con el acuerdo de diferentes grupos leprosos, emergió la figura de Matías Hernán Francetti, el Cuatrerito. Era joven, pero en la tribuna lo respetaban “porque iba al frente”. Sin embargo su fama no le sirvió de mucho. La tarde del 7 de junio fue acribillado a plena luz del día por dos motoqueros que pasaron por la puerta del estadio de Newell’s, mientras él salía del predio junto a otros dos barras.
El Cabezón
Una de las personas que acompañaba al Cuatrerito cuando lo mataron era Maximiliano “Cabezón” La Rocca, quien al ser entrevistado por la fiscal de Homicidios Dolosos Marisol Fabbro, aseguró que el día del ataque se salvó de milagro, porque los asesinos de Matías intentaron gatillarle varios plomos, pero se les trabó el arma. Sin embargo en la interna leprosa muchos piensan que él tuvo que ver con el homicidio.
En la tardecita del 28 de junio hubo una reunión en los parrilleros del club entre la barra y allegados a la nueva comisión directiva, confió un vocero del caso. Allí acordaron que La Rocca fuese el nuevo capo del paraavalanchas. El título le duró poco. Unos minutos antes de las 23 de ese mismo día el Cabezón fue acribillado frente a una farmacia de Pellegrini y Camilo Aldao.
Y la situación no parece tener una solución inmediata. En el inicio de la venta de entradas por el Clásico de Copa Santa Fe fueron detenidos por la zona del Parque cerca de cuarenta hinchas, algunos por portar armas. Y durante la disputa del partido, con 700 efectivos afectados al orden, y mientras el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro hablaba de “un operativo exitoso”, en el entretiempo hubo corridas en la popular local y hasta se llegó a decir que “alguien sacó un arma”.
La reacción inmediata del gobierno provincial fue ampliar a 76 personas la lista de derecho de admisión en Newell’s, una medida que para resultar exitosa necesitaba de apoyo judicial. Aunque la medida inmediata dejó en claro que el éxito estaba lejos y el propio ministerio decidió “suspender” el banderazo previo al segundo Clásico.
La prueba iba a ser el partido por Copa Argentina entre Newell’s y Deportivo Morón a disputarse en Lanús. Movilizar a diez mil hinchas y evitar una confrontación podía ser un mensaje positivo. Pero una vez más los violentos ganaron. El atentado en el domicilio de Tiki Martínez generó que Aprevide decidiera que los hinchas leprosos se quedaran sin viajar (ver aparte). Así, la saga por el poder en la barra leprosa sigue escribiendo capítulos, y por ahora lo único cierto es que los violentos son los que deciden el libreto.
En pocas palabras:
“Enviamos una nota a organización de Copa Argentina para que Newell’s juegue sin público. Las hinchadas más peligrosas hoy no son las de los clubes grandes, sino las que están vinculadas con el narcotráfico” (Juan Lugones, titular de Aprevide).
“Esperamos encontrar a los culpables lo antes posible. Saludamos que haya fiscales abocados al tema, pero a esta altura necesitamos rápidamente la determinación de culpables” (Pablo Farías, ministro de gobierno).
“Nuestra solidaridad con Claudio Martínez y su familia. Estamos para acompañarlo en estos momentos, que no son otros que los que nos quieren imponer los violentos y no encuentran respuesta” (Eduardo Bermúdez, presidente de Newell’s).
Con Morón por la Copa Argentina, a puertas cerradas
Sin hinchas para el partido por Copa Argentina ante Deportivo Morón. La noticia que recién se confirmó por la tarde, fue un mazazo para la gente de Newell’s que tenía programado viajar el miércoles para apoyar a la Lepra frente al Gallo. El atentado en el domicilio de Claudio Martínez, el jueves por la noche, fue decisivo para que se tome esta determinación. Si bien la dirigencia leprosa buscó que los organismos de seguridad garantizaran el viaje a Lanús y permitiera así la presencia de hinchas leprosos, la negativa del Aprevide fue el punto final a la expectativa de Newell’s. Hubo cierta presión de los organizadores de la Copa Argentina, que insistían con la presencia de hinchas leprosos, lo que les garantizaba cerca de 3 millones de pesos de recaudación. Pero no hubo vuelta atrás. Entonces, el partido del miércoles será a puertas cerradas.Y la dirigencia manifestó su enojo ya que otra vez la violencia se impuso y una vez más la solución fue prohibir.