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Balance 2012: Newell’s y un año positivo con el sello del Tata

Por Mariano Faurlin y José Odisio.- Con la llegada de Gerardo Martino, el Rojinegro encauzó el rumbo y se alejó de la zona de peligros.

Después de un 2011 deficiente por donde se lo mire, Newell’s afrontó el 2012 con la obligación de sumar para no tener complicaciones con el descenso. La patriada no pintaba sencilla, sobre todo porque el antecedente inmediato hablaba de dos torneos de 16 puntos. Pero la Lepra contó con una ayuda inmejorable e imprescindible: la llegada de Gerardo Martino. El Tata absorbió la presión y decidió hacerle frente al año calendario con una idea de juego que se fue consolidando partido a partido. Así Newell’s sumó 32 puntos en el Clausura y 36 en el Inicial, y aunque en ambos tropezó en instancias decisivas que le impidieron llegar al final de cada torneo con chances, logró el objetivo de engrosar el promedio y ganó tranquilidad para el futuro.

Un inicio alentador

Con la llegada de Martino, Newell’s cambió su manera de encarar los partidos. El Tata instaló una idea de protagonismo permanente con algunas pautas claras: solidez, presión para una rápida recuperación, juego asociado, movilidad en ofensiva y eficacia en los últimos metros. La Lepra empató en el debut con Estudiantes, venció a Argentinos en el primer partido de local y luego sufrió dos derrotas consecutivas: Boca y Belgrano. Entonces apareció la mejor versión del equipo, que estuvo diez partidos sin perder que le permitieron llegar a la punta del torneo. Pero tropezó ante Tigre y frente a San Lorenzo, ambos como visitante, y dejó pasar el tren de llegar a la última fecha con chances de alcanzar el título. Igual, metió 32 puntos y empezó a oxigenar su situación en los promedios.

Jerarquía y consolidación

El torneo Inicial arrancó con sensaciones encontradas. Newell’s empezó en el último lugar en la tabla de promedios, obligado a mantenerse enfocado en el objetivo de sumar 30 puntos o más para conseguir algo de respiro.  El empate inicial sin goles ante Independiente presagiaba un torneo donde todo iba a costar, incluso la victoria una semana después ante Lanús no dio rienda suelta a la euforia.  Pero partido a partido, el equipo fue mostrando una identidad que ya había insinuado en el Clausura y, a partir de los buenos resultados y algunos rendimientos individuales importantes, el panorama comenzó a aclararse.

Gabriel Heinze con su presencia imponente en defensa, Hernán Villalba como el equilibrio, Lucas Bernardi como el cerebro del equipo y un Nacho Scocco intratable en la red llevaron a la Lepra a lo más alto de la tabla y el sufrimiento del descenso comenzó a dejarle lugar a la ilusión por el título, que se fortaleció aún más tras ganarle a Vélez 1-0 en el Coloso.

Newell’s pintaba para campeón, pero en el tramo final aparecieron los imprevistos y una mala racha lo dejó sin chances. Todo empezó en el segundo tiempo ante Godoy Cruz cuando 1-0 arriba y con un hombre de más la Lepra no pudo aguantar el resultado y empató. Luego no pudo con Quilmes, Boca, All Boys y Unión.

Quedaron los premios consuelo, no menos importantes: Entrar a la Libertadores, tener el goleador del torneo (Ignacio Scocco) y llegar a 36 puntos para respirar tranquilos. Apelar a la “memoria”, como pide el Tata, no está mal. En enero Newell’s era un barco a la deriva y el horizonte estaba lleno de nubarrones. Hoy el rumbo parece encauzado y permite mirar el futuro con optimismo.

Sigue otros seis meses

Gerardo Martino finalmente confirmó su continuidad para los primeros seis meses de 2013. El Tata evitó durante un buen tiempo hablar sobre el tema para no influenciar en la campaña política, pero apenas se supo que no habría elecciones, el entrenador aseguró que seguirá al frente del plantel, como mínimo, hasta junio del año que viene.

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