Dos jóvenes resultaron baleados en la mañana de este martes frente a una canchita de fútbol en Villa Banana, según testimonios de allegados, cuando quisieron impedir el robo a una vecina: los asaltantes les dispararon. La cantidad de vainas servidas, siete en total, que recogieron los investigadores pusieron en entredicho esa versión y abrieron otras hipótesis sobre la agresión. Los heridos, de 19 y 18 años, se recuperan en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez y en el Centenario, respectivamente.
Alrededor de las 10, el potrero sin pasto en la zona de Dean Funes al 4500 se llenó de gendarmes minutos después del ataque a tiros que quebró la calma de la mañana. Testimonios de vecinos recogidos en el lugar por El Ciudadano apuntan a que Agustín V., de 19 años, y Jonatan C., de 18, salieron a comprar unas facturas y en el camino vieron cómo una pareja en moto abordaba a una mujer para robarle. Hubo gritos de los muchachos y los asaltantes reaccionaran a los tiros. Esa es la versión que dio la cuñada del mayor de los heridos.
“Yo le di 50 pesos para que me vaya a comprar facturas, y cuando salió con el compañero de fútbol vio que le estaban queriendo robar a una vecina. Él intercedió en el robo, dijo «ey, no», y el delincuente le pegó primero al compañero, que quedó tirado. Mi cuñado empezó entonces a correr y el que quiso robar le tiró, se cayó y en el piso le volvieron a disparar”, contó la mujer.
Fuentes judiciales confirmaron que Agustín V. recibió un disparo en el pecho que lo dejó internado en Heca. A Jonatan lo hirieron en una pierna y se recupera en el Centenario de esa lesión, a la que calificaron de leve. El estado de salud de los dos es estable, completaron el cuadro.
La Fiscalía de Flagrancia solicitó la intervención de Gabinete Criminalístico de la Policía de Investigaciones para que entreviste a posibles testigos. Personal de Gendarmería juntó en la escena siete vainas calibre 9 milímetros.
La versión de los allegados a las víctimas no es la única. Otra, en boca de vecinos que solicitaron anonimato, apunta a móviles diferentes al de una respuesta ante el intento de impedir un arrebato. Este relato coloca a los dos heridos en el potrero cuando fueron emboscados por la pareja en moto que, a la orden de “¡bailen!”, les comenzó a disparar. Los agresores, por el momento, no están identificados.