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Balearon la fachada de un merendero ubicado a metros de la comisaría 12ª, en barrio Ludueña

Unos cinco impactos quedaron este martes cerca de las 11 en el portón del inmueble de la Iglesia Comunidad Cristiana, en Magallanes al 100 y a metros de la seccional de Solís y Casilda. Versiones indicaron que el blanco no era la institución sino un pasillo lindero donde vender drogas al menudeo

Dos atacantes en moto balearon este martes cerca del mediodía el frente de un merendero, ubicado en Magallanes al 100 y a metros de la comisaría 12ª, de Solís y Casilda, en barrio Ludueña. Algunas personas que estaban en el lugar sospechan que los tiros no estaban dirigidos sobre ese inmueble sino que el blanco era el pasillo está al lado donde venden drogas al menudeo.

Según voceros policiales, eran alrededor de las 11 de este martes cuando los vecinos de la cuadra de Magallanes, entre las vías y Arévalo, escucharon una moto acelerar, seguida de media docena de detonaciones.

Las fuentes del caso indicaron que quienes informaron de la balacera fueron los policías de la seccional 12ª que está a unos metros y que las primeras declaraciones tomadas a posibles testigos señalaron que los autores eran dos varones que pasaron a bordo de una motocicleta color negra de 150 centímetros cúbicos.

A su vez, los pesquisas contabilizaron unos cinco impactos en el portón y la pared del inmueble donde funciona los lunes, viernes y sábados por la tarde un comedor, merendero y también dictan algunos talleres de la Iglesia Comunidad Cristiana.

Para los habitantes de esa zona de Ludueña los tiros a plena luz del día no son una novedad. Una colaboradora de la iglesia, que esperaba poder ingresar para corroborar si hubo daños en el interior, aseguró a los cronistas de medios televisivos que el ataque no fue para el merendero. A su vez, algunas personas agregaron que se trató de venganza por tema drogas que se comercializa y consume en los pasillos linderos.

“La comisaría está en frente pero ellos nos explicaron que son tres, que tienen internos y que necesitan la gestión política para que ellos puedan intervenir”, indicó la mujer encargada del merendero mientras trascendidos señalaron que los agresores son conocidos de la zona.

El caso quedó a cargo del fiscal de Flagrancia en turno, quien ordenó las medidas de rigor al personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

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