Tres impactos en el frente y una nota. Esos son los rastros de otro ataque amenazante a una escuela en Rosario. Pasadas las 23 de este martes, el blanco elegido fue el complejo educativo Rosa Ziperovich, en avenida Sabin casi Juan B. Justo, en la zona norte. En el edificio funciona la escuela Tigoye 1344, que ya había sido baleada elmes pasado. Es el mismo colegio al que asistía Máximo Jerez, el niño de 11 años asesinado en marzo pasado al quedar en medio de una confrontación entre dos bandas, en el sector de Empalme Graneros conocido como Los Pumitas.
Frente al colegio, y debido al atentado anterior, había estacionado un móvil de la Guardia de Infantería, sobre Sabin. Pero el personal de la fuerza de seguridad apostado no logró anticipar el hecho ni detener a los autores, que según una versión preliminar llegaron y escaparon del lugar a pie.
Este martes, a la hora de los disparos, no había personal en el establecimiento ni pasaba gente por la vereda, por lo que no hubo heridos. La policía comprobó tres impactos de bala sobre el frente de ladrillo visto del colegio, levantó otras tantas vainas servidas del suelo y secuestró una nota manuscrita sobre papel que dejaron los agresores en una ventana que da a calle Juan B. Justo.
La misiva, con la particular grafía que caracteriza anteriores amenazas, está dirigida al Servicio Penitenciario, en especial al «Director de Pinero Brondeta, alkaide Lemon y Andres y todos los reqisa», y alude al verdugueo a las visitas a los detenidos de alto perfil. Otro cartel hace referencia a Walter Gálvez, secretario de Asuntos Penitenciarios.
El complejo educativo Rosa Ziperovich ya había sido baleada a principios de abril, a mismo tiempo que la escuela «José Mármol», de Larrea al 300. Por tenía asignada una custodia policial que no inhibió a los atacantes.
Desde el Ejecutivo provincial, responsable primario de la seguridad pública, apenas atinaron a expresar sorpresa por el nuevo atentado contra una escuela de Rosario. «El ataque al complejo Rosa Ziperovich es una afrenta al Estado. La escuela tenía custodia policial», dijo el ministro de Gestión Pública, Marcos Corach consultado por la radio LT9. «Estamos luchando y enfrentando a fuerzas que cada vez toman más riesgos. Nos preguntamos para qué harían semejante cosa», comentó el funcionario.