Desde 2013 y a metros de Colón y Uriburu funciona el Centro Cultural Alas para Crecer. Capacitan en oficios, brindan asesoramiento legal, atención psicológica y oftalmológica. En el edificio de Medici 4620 también ensaya una murga. Este viernes una hora antes de la medianoche le balearon la fachada. Al menos 8 disparos dieron contra el frente del lugar. Para los vecinos fue un mensaje para echarlos y en respuesta este lunes a partir de las 12 la agrupación Vivir y Convivir en Tablada convocó a un abrazo en la puerta del espacio para mostrar la solidaridad del barrio.
“El barrio no está dispuesto a perder lo que tanto esfuerzo y noches de trabajo les llevó conseguir. Vamos a acompañar sin una bandera política. Haremos un acto de silencio. Al bochinche de las balas le contestamos con el silencio de las acciones”, dijo a El Ciudadano Claudio Gershanik desde la organización. Vivir y Convivir en Tablada trabaja y colabora desde hace 6 años con otras organizaciones del barrio. “Nuestro reclamo debe llegar al Estado y a los ciudadanos. El Estado somos todos y la patria somos nosotros cuando estamos juntos”, agregaron desde la agrupación a través de un comunicado.
Alas para Crecer comenzó como un galpón para dar una merienda a los chicos y chicas del barrio. Con el tiempo amplió sus funciones. Fue salón de fiestas y de velorios. Sumó aulas para dar más de 10 talleres y un consultorio oftalmológico y otro para la asistencia psicológica. El viernes, cuando el salón quedó vacío, el frente recibió 8 balazos. Roxana Mansilla, la coordinadora del espacio, preguntó en su muro de Facebook cómo seguir. “Anoche todos esos logros quedaron opacados y destruidos ¿Cómo seguir cuando violentan e invaden el espacio de todos y cuándo nuestros derechos fueron vulnerados? ¿Cómo se sigue cuando hoy nos tocó a nosotros? ¿Con el «no te metas», el «nadie vio nada», el «mientras no me toquen a mí»? Hoy todo eso duele porque este lugar es de todos y porque siempre tendimos una mano. Acompañamos y ayudamos cuando pudimos y siempre estuvimos. Jamás cerramos las puertas a nadie. Entonces ¿Cómo seguimos?”, escribió Mansilla en su muro.