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Bancos estatizaron algo del costo griego

Tras el triunfo del No en el referendo realizado en Grecia sobre las medidas de ajuste pretendidas por los acreedores internacionales, el país heleno se encuentra más cerca de salir de la zona euro salvo que en lo inmediato se arribe a una propuesta que satisfaga a ambas partes, algo que por el momento se ve bastante complicado.

Tras el triunfo del No en el referendo realizado en Grecia sobre las medidas de ajuste pretendidas por los acreedores internacionales, el país heleno se encuentra más cerca de salir de la zona euro salvo que en lo inmediato se arribe a una propuesta que satisfaga a ambas partes, algo que por el momento se ve bastante complicado.

Si bien el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, afirmaron que han tenido en cuenta el rechazo de los griegos en el referendo a las propuestas de los acreedores, se ocuparon de recordarle a Grecia que hay otros 18 países cuya opinión debe ser también tenida en cuenta.

Una de las razones principales, según señalan noticias provenientes del Viejo Continente, es que los bancos han tenido la habilidad de reducir sus préstamos a Grecia dejando a los Estados los «pasivos tóxicos». De esta forma, se reduce la posibilidad de un contagio de la crisis griega sobre el sistema financiero, pero hace caer sobre los contribuyentes europeos el desajuste de la economía helena.

Cabe señalar que, hacia fines del año 2009, ningún país europeo había otorgado créditos a Grecia. En cambio, los bancos franceses eran los más expuestos, con préstamos por 79.000 millones de dólares, seguidos por los alemanes que habían prestado 45.000 millones de dólares.

Quién pagará el costo

La situación cambia radicalmente en los últimos años. Con datos de septiembre de 2014, se observa que los bancos galos redujeron a 1.800 millones de dólares sus créditos a Grecia y los alemanes a 13.500 millones de dólares.

Mediante los distintos mecanismos de salvataje, los Estados europeos, por el contrario, fueron aumentando su exposición, al punto que hoy el Estado de Francia es acreedor en 46.000 millones de euros, en tanto que el gobierno alemán prestó casi 62.0000 millones de euros.

Estos números explican en parte la intransigencia del gobierno alemán que también se debe a sus votantes.

Bancos libres

Si se toman los datos sumados de los bancos de Francia, Alemania, Italia y Holanda, resulta que cinco años atrás eran acreedores de Grecia por una cifra del orden de los 143.000 millones de dólares. Esta cantidad se redujo a casi la décima parte en septiembre de 2014, cuando disminuyó a 17.500 millones de dólares.

Estados alterados

Como se señaló antes, estos Estados no habían prestado ni un euro a los griegos, pero ahora las acreencias de los Estados francés, alemán, italiano y holandés supera los 162.000 millones de euros.

De acuerdo con opiniones como la del profesor Douglas Elliott, de Brookings, el resultado del referendo griego ha aumentado tanto las posibilidades de una salida que mejore significativamente la posición negociadora de Grecia como así también el riesgo de un fracaso total en las conversaciones.

A su juicio, hoy las posibilidades de permanencia de Grecia en la zona euro tienen tantas chances como su salida. En los mercados financieros, los pronósticos llegan a ser más pesimistas, con dos posibilidades entre tres de un Grexit. Cualquiera sea el resultado, los platos rotos no los pagarán sólo los griegos, sino también los restantes ciudadanos de Europa.

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