Una banda integrada por al menos cinco personas protagonizó ayer a primera hora de la mañana un cinematográfico asalto a la sucursal del banco Macro de la localidad de San Jerónimo Sud. El robo transcurrió en dos planos. Primero, uno de los ladrones fue a la comisaría del pueblo, donde con un engaño logró reducir a los dos efectivos policiales que se encontraban de guardia. Luego, otros dos integrantes de la banda, uno de ellos vestido de policía, se subieron al patrullero de la seccional y se dirigieron al banco, adonde relevaron a la uniformada que estaba custodiando la sucursal bancaria. Una vez adentro, y sin la posibilidad de que llegara la Policía, redujeron a los presentes antes de que abrieran las puertas al público y se hicieron de un botín de 200 mil pesos. Se dieron a la fuga sin dejar rastro.
San Jerónimo Sud es un pueblo de 3 mil habitantes, en su mayoría agricultores, ubicado a unos 40 kilómetro al oeste de Rosario, en el departamento San Lorenzo. Es un lugar tranquilo, donde no existen los edificios, ni los robos ocasionales. La seccional 8ª, que controla la zona, sólo cuenta con un móvil policial y unos pocos efectivos. Como dijo un vecino a El Ciudadano: “Acá nunca pasa nada”. Pero ayer a la mañana, un hecho revolucionó la calma local.
Según voceros de la Unidad Regional XVII –con sede en la ciudad de San Lorenzo–, alrededor de las 6.45 de ayer un hombre ingresó a la comisaría del pueblo, ubicada sobre calle Nápoles al 300, y pidió utilizar el teléfono. El recién llegado dijo que era camionero, que su vehículo se había averiado sobre la ruta y que necesitaba llamar a la empresa para la que trabajaba para que le enviaran ayuda.
En ese momento en la seccional 8ª sólo había dos uniformados, un hombre y una mujer, quienes abrieron la puerta de la oficina para que el supuesto trabajador pudiera realizar el llamado. “Cuando esta persona pasó del otro lado del mostrador sacó una pistola 9 milímetros, amenazó a los dos efectivos, los hizo ir hasta la cocina, tirarse al piso, para luego atarlos de pies y manos con alambres con la ayuda de una persona que ingresó un instante después”, señalaron fuentes de la pesquisa, quienes no salían de su asombro.
Con los policías maniatados, los ladrones les dieron a otros dos cómplices las llaves del patrullero de la comisaría, con el que fueron a buscar a una uniformada que realizaba horas adicionales custodiando la sucursal local del banco Macro, situada en Nápoles al 200, a menos de 100 metros de la seccional. “Uno de los asaltantes que iba en el patrullero llevaba uniforme reglamentario y su acompañante tenía ropa oscura. Como los efectivos que hacen adicionales vienen de otras localidades y no se conocen entre sí, la policía que estaba en el banco no dudó y aceptó el relevo”, explicó una fuente del caso, quien detalló que esa sucursal del banco se encuentra en reparación, por lo que cuenta con custodia las 24 horas.
Según los pesquisas, el asaltante que vestía de policía quedó dentro del banco mientras que la uniformada abandonó la entidad bancaria y, confiada, ingresó al patrullero. Enseguida fue maniatada y trasladada hasta la comisaría, donde en ese momento ya eran tres los efectivos reducidos.
En tanto, dentro del banco el falso custodio amenazó a los cuatro empleados bancarios que se encontraban en el lugar –entre ellos la gerente y la tesorera–, y los encerró en el baño de mujeres. Todo esto con la ayuda de un quinto integrante de la banda.
Con el pueblo libre de policías y testigos, ya que aún no eran las 7 y las calles todavía estaban oscuras, la banda robó todo el efectivo que había en la caja chica y el cajero del banco, haciéndose de un botín de unos 200 mil pesos. Además se llevaron una Itaca 4 pistolas 9 milímetros pertenecientes a la comisaría del pueblo.
Para las 7.15 –horario en que el banco debía abrir sus puertas al público– en el pequeño pueblo no quedaban ni rastros de los asaltantes. “Esta gente no hizo todo este trabajo por 200 mil pesos. Acá en el medio pasó algo, estuvieron muy poco tiempo como para intentar robar el tesoro del banco. Evidentemente algo les salió mal”, señaló un vocero de la UR XVII.
Ayer, los investigadores peritaban las cámaras de seguridad de la entidad bancaria, a la espera de encontrar pistas que ayuden a dar con los ladrones. “Vamos a mirar las filmaciones de los que pasó hoy (por ayer), y las de la últimas semanas”, contaron los pesquisas, que sospechan que pudo haber movimientos extraños en la zona ya que, por las características del robo, hubo un trabajo de inteligencia previo.
