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Banda de los uniformados: cinco personas detenidas

Les imputan un robo y los investigan por otros nueve hechos similares en distintas zonas de la ciudad.

Cinco personas, entre ellas una mujer, fueron detenidas ayer en el marco de la investigación de los hechos de robo que se atribuyen a la llamada banda de los uniformados. El procedimiento, que incluyó siete allanamientos en la zona oeste, fue encabezado por personal de la comisaría 5ª, que estaba tras la pista del último hecho en el que intervinieron ladrones vestidos de policías, ocurrido el lunes pasado en una vivienda de bulevar Oroño al 2700. Durante el operativo se secuestró un uniforme policial, una campera similar a la que utiliza la fuerza, un arma con municiones y algunos teléfonos celulares. La Justicia investiga si estas personas participaron en otros nueve episodios de similares características y si, además, están involucrados policías retirados, en disponibilidad o actualmente en servicio.

Ayer alrededor de las 7 se realizaron seis allanamientos en forma simultánea en distintos puntos de la zona oeste, que alteraron a vecinos de los barrios Bella Vista y Alvear. Con una orden del Juzgado de Instrucción de la 15ª Nominación, se llevaron a cabo operativos en tres viviendas ubicadas en Virasoro al 3700, dos en Iriondo al 2900, y uno en Saavedra al 4000 y Crespo al 2900. En los mismos fueron detenidos Mauro P., de 23 años; Osvaldo A. y Luis P., ambos de 28; Carlos Jesús A., de 37, y Raquel H., de 43 años. En las viviendas incautaron un uniforme policial, una campera similar a la que utilizan los efectivos de la UR II, una pistola calibre 11.25, municiones y varios celulares, dijeron fuentes del caso.

Uno de los cinco apresados, Carlos Jesús A., es conocido como Pulga y tiene numerosos antecedentes, comentaron los voceros. Uno de ellos es de 2003, cuando fue condenado junto con su hermano, apodado Gareca, a siete años y cuatro meses de prisión por robar varios campos y estancias cerca de Cañada de Gómez, en el departamento Iriondo, con una particularidad que hoy resulta al menos reiterativa: ambos usaban uniformes de la Policía Federal para ingresar a las propiedades con la excusa de un allanamiento.

En ese mismo año –aunque unos meses antes de la condena– fue apresado como partícipe del homicidio de Mario Pacheco, de 24 años, quien fue asesinado de cuatro tiros mientras dormía en su casa de Garibaldi y Patagones, en la zona conocida como Vía Honda, en el extremo oeste de la ciudad. Según las fuentes, ya había estado involucrado en el homicidio del fotógrafo Héctor Juárez, ocurrido en enero del año 2000 en una vivienda de la zona sur.

La punta del ovillo en un olvido

Según explicaron los pesquisas, las pistas que desembocaron en las detenciones se recolectaron el lunes, después de tomar conocimiento de un robo ocurrido en una casa de bulevar Oroño al 2700.

De acuerdo con la investigación, esa mañana, tres hombres armados irrumpieron justo cuando el dueño de casa abría la puerta de entrada. Dos tenían armas de fuego y vestían ropas similares a la de la Policía. El tercero tenía una cuchilla.

En menos de 10 minutos, y después de maniatar y golpear al propietario de la finca, de 76 años, y a su familia, los recién llegados se llevaron alhajas, 500 pesos, 700 dólares y se dieron a la fuga, alertados por alguien que, se presume, hacía las veces de campana en las inmediaciones y podría tener una radio con la frecuencia policial, ya que un joven que estaba esperando un colectivo vio algo sospechoso y dio aviso al Comando Radioeléctrico.

Pero en el apuro por abandonar la casa, el trío olvidó un bolso con un alicate, un par de lentes de sol, balas de grueso calibre, dos teléfonos celulares y cuatro rollos de alambre. Ésa fue la punta del ovillo y, con los teléfonos olvidados, comenzó a desenmarañarse el hilo.

Según detallaron los pesquisas, comenzaron a investigarse las líneas y con qué otros teléfonos había intercambiado mensajes y llamadas. Así, se determinaron los domicilios en donde ayer se realizaron los allanamientos, que fueron llevados adelante por los jefes de la comisaría 5ª y de Inspección 3ª Zona, pero que contaron con la colaboración de la División Judiciales y la fiscal Viviana Cingolani, de la Oficina de Imputados No Individualizados.

La fiscal Cingolani indicó que ahora se investiga si los cinco detenidos, a quienes por el momento se les atribuye el último hecho, están involucrados además en los nueve anteriores. El común denominador es que, en todos los casos, algunos de los asaltantes van vestidos de policías, y actúan en grupos de no menos de tres personas.

La mecánica era siempre la misma: personas vestidas con ropas reglamentarias de la Policía tocaban la puerta de casa y, con el pretexto de que venían persiguiendo a alguien, lograban introducirse en la vivienda. Pero ya en el interior sorprendían a quienes abrieron las puertas, ya que revelaban sus intenciones de robo. Luego, ataban con precintos o alambres a las infortunadas víctimas y revisaban todo y se llevaban lo que podían. Si bien estaban armados, nunca ocasionaron lesiones a los asaltados, por eso los pesquisas se desconcertaron un poco con el atraco del lunes en Oroño al 2700, ya que el dueño de casa fue golpeado.

El penúltimo antecedente de esta saga de hechos ocurrió la noche del viernes 5 de este mes, cuando cinco personas vestidas con uniformes policiales aprovecharon que dos adolescentes recibían a un cadete y entraron a una casa de Álvarez Thomas al 3400, en la zona norte. Luego de recolectar algunos elementos de valor, la banda huyó del lugar con las llaves de la vivienda.

Otro de los asaltos ocurrió el pasado 17 de octubre, en una distribuidora avícola de barrio Bella Vista, cuando al menos media docena de personas, tres de ellas vestidas con uniformes policiales, golpearon al hijo de la propietaria del local para llevarse tres celulares, algunas billeteras y poco dinero en efectivo. Cuatro días antes, el 12 de octubre, cuatro uniformados irrumpieron en un domicilio de la zona sur, con una falsa orden de allanamiento, y tras golpear con violencia al hijo de la dueña de casa, un médico, y encerrar en el baño a su madre y su pareja, revolvieron toda la casa y se llevaron dinero en efectivo. También se investigan al menos otros cinco hechos: uno cometido a principios de abril en jurisdicción de la comisaría 14ª, otro a comienzos de junio en jurisdicción de la seccional 2ª, y otros tres durante el mes de septiembre que son investigados por personal de las comisarías 3ª, 19ª y 32ª, explicaron voceros de la investigación.

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