Este sábado Bandalos Chinos llegará a Rosario para presentar su flamante disco de estudio titulado El Big Blue. La cita que se enmarca en una gira por el país, parte de Europa y algunas ciudades de Latinoamérica, será este sábado en el Teatro Broadway.
En los últimos años Bandalos Chinos supo consolidar su poder de convocatoria en el país de la mano de sus discos Bach, Paranoia Pop y el reciente Big Blue. Para este nuevo albúm la formación contó con Adán Jodorowsky como productor y se adentró en una nueva metodología de trabajo, con los seis integrantes grabando en cinta analógica y en vivo como en los orígenes del pop: “Cada uno va haciendo su propia lectura, y el disco se empieza a resignificar a medida que pasa a las manos de las personas”, reflexionó en diálogo con la agencia de noticias Télam tras el lanzamiento del material.
“A diferencia de Paranoia Pop que era un disco un poco más empalagoso y rebuscado con las temáticas que abordaba, con El Big Blue creo que aterrizamos un poco y hablamos de situaciones de la vida como las que vive cualquier persona. Hasta mi abuela me dice que siente que hay cosas que le hablan a ella. Y es un flash eso, porque volvemos a ver que la gente se identifica con nuestras letras”, añadió Degano.
Eludiendo la sobreproducción, Bandalos Chinos apuesta por una austeridad de recursos para imprimirle a sus once canciones -donde hay aires de rancheras, valses populares y hasta baladas de telenovelas dentro de su renovada propuesta pop y cancionera latinoamericana- una cuota de honestidad y frescura que favorece el trance de un disco amable y redondo para el gran público.
Consultado sobre el proceso de grabación del nuevo material, Degano apuntó: “Si bien con el diario del lunes digo que fue una muy buena experiencia porque nos llevó a un lugar nuevo, en el momento la verdad es que lo padecimos un toque. En los primeros días hubo resistencia, porque como grupo veníamos trabajando de otra forma y, obviamente, ante los cambios uno tiene la tendencia a resistirse. ¿Por qué cambiar ahora si estábamos tan bien? Al final terminó siendo como una experiencia medio mística, medio espiritual, además de una creativa por la que terminamos grabando un disco. Nos sirvió para reconectar entre nosotros y para ir un poco más hondo. Era levantar la cabeza y tratar de entender la vibra y la energía de cada uno para poder sacar lo mejor. Al ser grabado así, con una toma completa de los seis, todos teníamos que hacerlo medianamente bien para no cagarle la mejor toma al otro. Adán, además de ser un gran productor y tener la creatividad muy a flor de piel, tiene también una parte de líder espiritual”.
“Para nosotros es como una suerte de hermano mayor”, agregó el cantante sobre Adán Jodorowsky. Y explicó: “No tiene esa energía paternal, sino la de un hermano que desde la buena onda puede ordenar las cosas y hacer que nos pongamos de acuerdo. Fue muy clave su aporte. Para mí lo primordial es la libertad con la que encara cada situación creativa, porque eso crea como una gran manifestación incluso en nosotros que creíamos haberle visto todos los trucos después de haber grabado con él dos discos. Y fue todo lo contrario: se manifestó desde ese lado. «Miren que yo también vengo re cómodo en una, pero ahora pateo el tablero». Y eso a nosotros nos estimula porque confiamos en él. También hubo situaciones más bien graciosas: como tirar las cartas la noche anterior para definir qué canción íbamos a grabar al otro día. Lo cuento ahora con el disco terminado, que está buenísimo, pero en el momento nos mirábamos y era «qué onda este chabón, está re loco». Una locura linda”.
El espacio
El lugar en el que fue grabado el disco también forma parte fundamental de su resultado, de hecho su nombre se lo debe a uno de los estudios de Sonic Ranch que fue estrenado por Bandalos Chinos. “Estuvimos estrenando el estudio Big Blue, motivo por el cual el disco lleva su nombre. Es bastante atípico estrenar un estudio, porque por lo general vas a uno donde ya tocaron un montón de bandas, donde el ingeniero conoce dónde suena mejor la batería y demás. Ellos estaban experimentando con nosotros, entonces Tony (Rancich, el enigmático y extravagante propietario del estudio) venía prácticamente todos los días. «¿Chicos, están bien? ¿Necesitan algo?». Desde una lámpara y una alfombra hasta un tachito de basura, le fuimos pidiendo. Y el tipo venía todos los días. Una historia que me llevo de esta última experiencia en el Rancho es que fue él quien termina de ponerle el nombre al disco: un día le estábamos mostrando cómo venía la grabación hasta el momento y dice que para él el disco se tenía que llamar «Big Blue». Y ahí empezamos a joder con que no, que se iba a llamar El Big Blue y así fue como terminó quedando el nombre”, relató Degano.
Y confesó: “Llegamos con las canciones sin saber cómo iban a sonar. Ni siquiera sabíamos que lo íbamos a grabar de ese modo y que iba a terminar conceptualizando un montón el cómo lo hicimos. Fue algo que fue decantando poco a poco, pero me gusta pensar que nos inspiró bastante lo visual, aunque no desde algo en particular. Sí nos pasaba, por ejemplo, que nuestro ingeniero Jerry (Ordoñez), estaba también en una etapa y nos ponía en todas las pantallas del estudio el video de un tren atravesando una montaña nevada en Japón, algo muy hipnótico. Y otros del océano, con ese gran azul, al igual que otros del cielo y el espacio. En definitiva, siento que eso nos fue entrando por distintos lugares”.
Para agendar
Este sábado, a partir de las 21.30, en el Teatro Broadway (San Lorenzo 1223) Bandalos Chinos presentará su último material de estudio titulado El Big Blue. Las entradas están a la venta en boletería del espacio y a través de tuticket.com.ar