Barbados anunció sus planes para que la reina Isabel II deje de ser su jefa de Estado desde noviembre del año próximo y convertirse en una república, con el objetivo de dejar atrás cualquier huella de su pasado colonial.
“Ha llegado el momento de dejar completamente atrás nuestro pasado colonial”, dijo la gobernadora general de la isla caribeña, Sandra Mason, quien habló en nombre de la primera ministra, Mia Mottley.
Barbados, con una población de casi 300 mil habitantes, estuvo bajo control británico desde 1625 hasta su independencia en 1966 y recibe el apodo de “Pequeña Inglaterra” por su apego a las costumbres británicas.
Pese a romper esa cadena que la unía a Londres desde hace más de medio siglo, la isla es uno de los 15 países fuera del Reino Unido que mantiene a la cabeza de la monarquía como su jefe de Estado.
Paso lógico hacia la soberanía total
“Los habitantes de Barbados quieren un jefe de Estado de Barbados”, comentó Mason y agregó: “Esta es la máxima declaración de confianza en quiénes somos y en lo que somos capaces de lograr”.
La Gobernadora dijo que su país “dará el siguiente paso lógico hacia la soberanía total y se convertirá en una república” cuando la isla cumpla el 55 aniversario de su independencia, que se celebrará el 30 de noviembre de 2021.
Al ser consultado sobre esta decisión, un portavoz del Palacio de Buckingham sostuvo: “Este es un asunto del Gobierno y el pueblo de Barbados”.
Sacarse a la reina de encima
Muchos barbadenses pidieron en el pasado que se le retirara a la reina Isabel el cargo de jefa de Estado debido a sus persistentes asociaciones imperialistas.
“Habiendo alcanzado la independencia hace más de medio siglo, nuestro país no puede tener dudas sobre su capacidad de autogobierno”, dijo Mason.
A pesar de ser la jefa del Estado, la reina Isabel apenas viaja a Barbados y las funciones ceremoniales de la realeza son asumidas por la Gobernadora general.
Varios países retiraron a la reina como jefa de Estado y siguieron formando parte del Commonwealth o Mancomunidad de Naciones, integrada por 54 estados.
Durante el reinado de Isabel II, se celebraron ocho referendos de ex colonias británicas para convertirse en república, de los cuales se aprobaron tres: Ghana (1960), Sudáfrica (1960) y Gambia (1970).
Democracia parlamentaria pero todavía Little England
Desde junio de 2018, la isla tiene –por primera vez en su historia– a una mujer como primera ministra, la abogada Mia Mottley, representante del Partido Laborista (PLB) con una orientación de centro-izquierda. De 52 años, Mottley es parte de una familia de políticos y ya ofició como senadora y ministra de Educación, Juventud y Cultura, entre otros cargos.
Barbados es una democracia parlamentaria, que sigue el modelo del Reino Unido. Forma parte de la British Commonwealth of Nations (Comunidad Británica de Naciones), la evolución que adoptó el Imperio británico ante las presiones descolonizadoras y que funciona como una asociación de Estados que mantienen lazos de cooperación e incluye a Canadá, Australia y la India.
Por eso, el gobernador general de la isla representa a la monarquía y a su Reina Isabel II. Además, está el consejo de ministros (gabinete), encabezado por Mottley, que ejerce el control del gobierno junto al Parlamento bicameral, conformado por la Asamblea y el Senado.
Conocida como Little England (Pe-queña Inglaterra), fue colonizada por el Imperio Británico desde 1627 hasta que declaró –pacíficamente– su independencia, el último día de noviembre de 1966. Pero ¿qué sigue uniendo a la más oriental de las islas del Caribe con la madre de todas las islas de la que la separan casi siete mil kilómetros de distancia? Mucho.
Sin ir más lejos, el sistema judicial y el educativo (público y gratuito hasta terminar el secundario) siguen el modelo británico. Además, la mayoría de los locales son anglicanos, se maneja del lado izquierdo y el deporte nacional es el críquet (le siguen en importancia el polo y el golf).
El ron más añejo
Pero hay más. Según la tradición, es el lugar elegido por la realeza británica para sus vacaciones y los nombres oficiales de las calles, los parques y las iglesias tienen reminiscencias inglesas.
Si bien el acento es local se deja oír, a lo lejos, algo del tono del “inglés de la reina”. Y en el corazón de la bandera barbadense hay un tridente cercenado que recuerda la etapa de colonización bajo el mando del archipiélago considerado el rey de los mares.
En Barbados, el gentilicio local es bajan (se pronuncia bashan) y más del 90% de la población es descendiente de esclavos africanos que llegaron para trabajar en las plantaciones de caña de azúcar, el principal sostén económico de esta nación caribeña hasta fines de los años 60.
Hoy, la isla se solventa gracias al turismo y tiene algo de producción petrolera y gasífera además de reservas de oro. Por lo demás, todo es importado. Menos el ron.
La bebida alcohólica elaborada a partir de la caña de azúcar, destilada a altas temperaturas y que muchas veces es sometida a procesos de añejamiento, data de 1650. Así que la isla se arroga, con derechos, ser la acreedora del ron más antiguo del mundo.
Prisioneros, vagabundos y secuestrados
En los primeros años (1620-1640) la mayor parte de la mano de obra fue proporcionada por sirvientes europeos contratados, principalmente ingleses, irlandeses y escoceses, con africanos y amerindios esclavizados que proporcionaron poca mano de obra.
Durante la era Cromwelliana (década de 1650) esto incluyó un gran número de prisioneros de guerra, vagabundos y personas secuestradas ilícitamente, que fueron transportadas a la fuerza a la isla y vendidas como sirvientes.
Estos dos últimos grupos eran predominantemente irlandeses, ya que varios miles fueron infamemente detenidos por comerciantes ingleses y vendidos como esclavos en Barbados y otras islas del Caribe durante este período.
El cultivo de tabaco, algodón, jengibre e índigo fue manejado principalmente por mano de obra europea hasta el inicio de la industria de la caña de azúcar en la década de 1640 y la creciente dependencia e importación de africanos esclavizados.
Las personas de fe judía perseguidas durante la inquisición también se establecieron en Barbados. Desde el asentamiento inglés y a medida que la economía de Barbados creció, el país mantuvo cierta autonomía local, primero como colonia propietaria y luego como colonia de la corona.