Por Eva Moreira- Télam
La socióloga feminista Dora Barrancos cuestionó el «uso adulterado del concepto libertad» de parte de algunas de las fuerzas políticas que aspiran a ser gobierno a partir de diciembre, y advirtió que ese tipo de noción «apaga la idea de la significancia social que hay en lo humano, llevándolo a una condición prehumana».
Para la también historiadora y escritora, «históricamente hay grandes escuelas que dicen que libertad es conciencia de necesidad», a partir de lo cual «lo humano no puede darse sin esa significación social».
Así visto, «la fijación de un sentido de libertad individual extrema, que hace la suerte de una composición (…) que un individuo es libre y absolutamente libre, que no tiene ninguna atadura, ningún atajo, no es ‘lo humano’, eso es lo prehumano», reflexionó Barrancos en el marco de una entrevista con Télam.
En esa línea, la asesora ad honorem del presidente Alberto Fernández en materia de género contrapuso la concepción de libertad que pregonan en el marco de la actual competencia política fuerzas como La Libertad Avanza con las ideas que impulsó el filósofo y médico inglés John Locke, las cuales otorgaban primacía de los derechos del individuo sobre los del colectivo.
«Locke es una figura de las tesis liberales y justamente lo que dice es que hay una especie de mundo naturalizado, pero ya homínido (NdR: concepto que refiere a la evolución humana), en que la condición de libertad es la condición de igualdad. Ni siquiera ahí encontramos a un individuo que es libre solo como un lobo estepario», sostuvo Barrancos.
Por tal razón, la socióloga propuso «volver a la idea de que la libertad tiene un principio asociado y elemental: la libertad se comparte» y enfatizó que «el sentido de la libertad es inescindible al factor social de lo humano. La libertad solo se puede dar en las condiciones regulatorias de un estar con los otros porque sino no hay libertad».
En otro pasaje de la entrevista, la referente feminista se propuso «evocar» al filósofo francés Jean-Paul Sartre, exponente de las corrientes existencialista y marxista humanista de esa disciplina científica.
En relación a ello, señaló: «La libertad sí se siente cuando efectivamente se está en riesgo de perderla. (…) La libertad está dada en el existencialismo por la potencia de la decisión. Se es libre porque podés tomar una decisión en un contexto de total de sombría relación, es decir porque podés decidir en medio de un contexto sombrío».
«De estos dos rastreos que hago, tanto Locke, que es el padre del liberalismo, como Sartre, que le pone otros condimentos a la libertad humana, están asociadas estas cuestiones a la elemental condición social de los seres humanos».
«La libertad no es algo abstracto, es vinculante. Nos vincula a los seres humanos. No tiene nada que ver con el sentido de que hago lo que quiero, como si estuviera sola en el medio de una inmensidad selvática u oceánica. No, esa inmensidad son los otros, las otras, les otres. Mi libertad solo se parangona en una relación de malla social o aprendiendo el significado profundo que tiene, en todo caso, la dignidad de todos», afirmó.
Además, «en estas sintonías macabras en las que se ha puesto una semiología tan particular del concepto enorme de libertad, es evidente que se trata de un contenido muy, muy limitado de la experiencia humana, y es la experiencia de la mercantilización. Es un contenido que tiene hoy, obviamente, la fórmula de todo el capitalismo, pero que en realidad supone que estamos en circunstancia de mercantilización todas nuestras funciones corpóreas, que podemos vender así nomás nuestros órganos, inclusive el producido humano de la gestación, vender niños y demás. Eso es un estropicio, un desvío. ¡Todo menos disponer de la libertad en torno a la procreación! ¡Todo menos el aparato reproductor femenino!«, agregó.
Para la socióloga feminista, en ese ideario anida lo que denominó «una treta conservadora», que habilita la «mercatilización de todo menos ese sagrario», lo cual «tiene un condimento muy transhistórico, de gran conservatismo y patriarcalismo, que define a la mujer por ese sagrario y su destino de procreadora».
El embate libertario a las actuales políticas de género y al feminismo, así como la amenaza reiterada a eliminar al educación sexual integral (ESI) por parte de algunas de las voces que revisten en esa fuerza, plantean, en la mirada de Barrancos, una «oposición al propio concepto de la libertad humana».
«Ahí aparece un oxímoron, es decir una libertad muy condicionada -aseguró Barrancos-. ¿Condicionada para quién? Alguien dice, desde algún lugar, qué es lo que debe ser libre o no. En última instancia, la marca jalonada de eso es la libertad para esclavizar a otros, otras y otres. Es una libertad que deniega la propia libertad de conocimiento a las niñeces».
Para Barrancos, los electores están ante «una mezcla caótica de principios» por parte de fuerzas como La Libertad Avanza «que aseguran que eres libre para vender tus ojos y al mismo tiempo son completamente inhibitorios de la libertad de que conozcas tu cuerpo».
En relación a las advertencias sobre la eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad en un eventual gobierno de la oposición expresada por La Libertad Avanza o Juntos por el Cambio, Barrancos sostuvo que «no debe sorprender la arcadia patriarcal que tienen estas manifestaciones de derecha y extrema derecha. No puede sorprender; son movimientos de reverbero del patriarcalismo». Hay una condición que vuelve a ser opaca, una condición de opacidad».
«Se trata de tener políticas antiderechos equitativos, se trata de tener políticas contra las diversidades sexo genéricas», entendió la referente feminista que expresan los programas de parte de la actual oposición.