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Barras de Independiente de Medellín están varados en Argentina desde el partido con Boca

El grupo de 15 hinchas es parte del micro que pararon este jueves en la General Paz, Buenos Aires. Los simpatizantes del DIM están desde el 10 de marzo intentando regresar a su país

La noche del 10 de marzo Boca recibió en la Bombonera a Independiente de Medellín. Aquella noche el Xeneize disputó su último partido de la Copa Libertadores antes de que se decidiera parar el fútbol por el avance del coronavirus. Desde ese martes, un grupo de 15 hinchas del elenco de Colombia vive una odisea para regresar a su país.

La noticia del micro que salió de Jujuy y que fue detenido el jueves en la General Paz, en Buenos Aires, recorrió todos los portales y programas televisivos. Dentro del micro, que contaba con 61 pasajeros, 52 de ellos extranjeros, estaban los 15 barras de Independiente de Medellín.

Llegaron al país con la pasión como motor, pero con el correr de los días, el viaje terminó siendo una odisea que incluyó pasos fronterizos ilegales, amenazas de muerte, noches en plazas y parques y maltrato policial.

Para el partido de la Libertadores, fueron 250 los miembros de la barrabrava “Rexixtenxia Norte” los que arribaron a Buenos Aires. Muchos lo hicieron en avión y otro grupo eligió viajar por tierra. Cuando terminó el partido copero, 15 de ellos decidieron quedarse para recorrer la Capital. Para cuando decidieron que ya era tiempo de volver a Colombia, el Coronavirus ya no era una amenaza sino una realidad. El martes 17 de marzo emprendieron viaje hacia La Quiaca. El plan era pasar desde ahí a Bolivia, tomar un micro hacia Perú, otro para atravesar Ecuador y un último hasta llegar a su país natal. El plan funcionó hasta que llegaron a La Quiaca y quisieron pasar por el camino que comunica la ciudad argentina con Villazón, en Bolivia. No los dejaron entrar, las fronteras estaban cerradas y sólo podían ingresar bolivianos.

“Los argentinos nos miraron rápido los papeles y nos hicieron pasar. Pero del otro lado no nos dejaron entrar y tuvimos que pegar la vuelta. Como era tarde de noche, pensábamos que al otro día de mañana no habría problema, entonces nos fuimos a dormir a la plaza de la ciudad. Ahí apareció la policía local que nos dijo que no nos querían ahí y que al otro día mejor que ya estuviésemos en Bolivia”, contó Michael Taborda, vocero de los 15 barras de Independiente Medellín al diario Infobae.

“Regresamos al mediodía y otra vez la misma historia. Nos rechazaron. Entonces volvimos al pueblo. Apareció la Policía otra vez, explicamos la situación y nos dijeron que nos iban a meter por un paso ilegal, porque en La Quiaca no éramos bienvenidos y que no querían que trajéramos el Coronavirus. Al rato apareció un camión, nos cargaron y nos llevaron hasta un río. Y nos dijeron: ‘Cuando lo terminen de cruzar, están en Bolivia, apenas ingresen se van a la terminal de micros sin pasar por el control de frontera’. Nosotros aceptamos porque lo único que queríamos era volver a nuestro país. Fue un error. Cuando estábamos por la mitad del trayecto con el agua arriba de las rodillas, aparecieron militares bolivianos con armas largas, nos apuntaron y gritaron: ‘Si dan un paso más, disparamos’. Y lo decían en serio. Así que volvimos para atrás”, continuó.

Y amplió: “Ya se había hecho tarde así que otra vez fuimos a dormir al parque. Encima esa noche hubo tormenta. Al día siguiente un periodista de una radio local nos entrevistó, hizo conocida nuestra historia en el lugar y se empezó a acercar gente para alimentarnos. Nos trataron de maravillas pero justo volvió la Policía con la orden de llevarnos a cuarentena. Nos pusieron en un comedor escolar llamado Disney y nos hicieron la prueba del Coronavirus y nos dio negativo. Los dos o tres primeros días estuvieron tranquilos pero después fue un desastre: nos pegaban, nos humillaban, dejaban que sólo saliera uno para ir al almacén a comprar algo para todos y nos robaron algunos efectos personales. Fue una pesadilla. Por suerte, el martes pasado nos dijeron que se terminaba el encierro y que como no teníamos la enfermedad nos mandaban a Buenos Aires que ya estaba arreglado nuestro regreso por avión a Colombia con el consulado”.

Lo que parecía ser la solución, finalmente no sucedió: “Nos subieron a un micro junto a otros turistas y nos dijeron que nos estaban esperando en Jujuy Capital para hacer el trasbordo. Una vez que llegamos nos llevaron a una dependencia donde nos desnudaron a todos, nos requisaron como en una comisaría, nos robaron las botellas de fernet que habíamos comprado para darles de probar a nuestros compatriotas a la vuelta y recién después pudimos subir. Había como 40 personas más que jamás habíamos visto en La Quiaca”.

Taborda afirmó que al preguntar que estaba sucediendo se acercó una persona que se presentó como funcionario “asegurando que nos llevaban directo al consulado en Buenos Aires”.

“Pensábamos que era verdad, porque para esa altura toda la barra del DIM que estaba en Medellín se había movido por nosotros. Pero lo que sucedió fue peor. Cuando al micro lo pararon en Buenos Aires, nadie tenía idea de qué hacíamos ahí. Nos decían que éramos ilegales porque habíamos pasado de Bolivia a la Argentina por el paso ilegal del río, pero eso era mentira, la propia Policía nos había dicho de cruzar por ahí para eludir el control de Bolivia. Pero a nadie les importó”, destacó.

El hincha de Independiente relató lo que vivieron cuando requisaron el colectivo en la General Paz: “Nos tuvieron un par de horas arriba y nos informaron que nos iban a meter otra vez en cuarentena sin importarles que ya teníamos el examen que decía que no teníamos el virus. Tampoco nos dejaron hablar con el consulado, no se acercó nadie de la embajada y vamos a tener que estar encerrados otra vez”.

Consultado sobre si se arrepienten de haber venido a Argentina, Taborda fue sincero: “No. A nosotros nos gusta ser barras. Pero jamás pensamos que siendo latinoamericanos, íbamos a terminar siendo considerados parias en países del propio continente”.

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